Ucranianos se vuelcan con las víctimas y el ejército tras letales ataques contra Leópolis

Por Rostyslav Averchuk

Leópolis (Ucrania), 5 sep (EFE).- En medio del duelo por los últimos y letales ataques contra Leópolis y otras ciudades, que muchos ucranianos consideran un intento deliberado de Moscú de aplastar su voluntad de resistencia, los habitantes de esta y otras localidades se han volcado a donar sangre, reparar edificios dañados o ayudar a comprar material para el ejército.

En el Centro de Sangre de Leópolis (oeste) se formaron largas colas de donantes después del ataque con misiles rusos que conmocionó el miércoles a la ciudad y que llevó a los hospitales a pedir ayuda para tratar a los más de 50 heridos.

En las primeras horas tras el ataque donaron 109 voluntarios, mientras que al día siguiente vinieron otros 93, informó el Centro a EFE.

Para Anna Goshko, una guía turística que dona sangre desde hace tiempo, fue una reacción natural después de que varios de sus conocidos sufrieran el ataque, tanto física como psicológicamente, explicó a EFE.

Resistir al terror

Muchos de los donantes se animaron a acudir al Centro tras enterarse de más informaciones sobre las víctimas.

De entre los siete muertos a los que llora la ciudad, la historia de la familia Bazilévich ha resultado particularmente desgarradora.

Yevguenia y sus tres hijas murieron en su casa mientras que el padre, Yaroslav, resultó herido.

"Nuestra familia es increíblemente amable y harmoniosa. Mi familia es una fuente inagotable de apoyo que me ayuda a superar cualquier obstáculo", había escrito recientemente la hija mediana Daria, de 18 años, en una carta de motivación que difundió la universidad en la que estudiaba.

Rusia ha recurrido desde hace tiempo a la táctica de atacar zonas densamente pobladas, con el objetivo de aterrorizar y subyugar a la población, mientras que sus avance en el campo de batalla son lentos y costosos.

"Los brutales y constantes ataques aspiran a que los ucranianos se sientan desesperanzados y asustados por su futuro y el futuro de sus hijos, y a causar otras reacciones irracionales y emocionales", escribió en sus redes sociales el conocido publicista Yuri Bogdánov.

Aunque los sondeos más recientes reflejan el cansancio acumulado y la exasperación frente a la cautela de los aliados de Ucrania, es poco probable que los últimos ataques contra Leópolis, Poltava, Kiev y otras ciudades puedan quebrar el espíritu de resistencia, creen analistas y sociólogos.

"Nunca hemos salido del país durante la guerra y no lo haremos ahora. Alguien debe quedarse y luchar por nuestro derecho a vivir aquí", dijo a EFE Anastasia Gnátiv, madre de tres hijos y vecina de la familia muerta en el ataque.

"Ucrania es una nación fuerte. Estamos agradecidos por toda la ayuda que recibimos. Juntos podemos vencer, si nuestros aliados se dan cuenta de que Rusia no es una amenaza solo para nosotros, sino para ellos también", subrayó.

Reparar los daños y ayudar al ejército

"Espero que el mundo vea lo que esa sabandija, Putin, está haciendo con nosotros", dijo a EFE Oksana, una enfermera cuyo marido pudo haber quedado seriamente herido después de que el cristal de una ventana se rompiera en cientos de fragmentos sobre la cama en la que dormía.

Su marido siguió temblando durante horas después del ataque, pero la familia comenzó de inmediato a limpiar los restos de la explosión y la gruesa capa de polvo que cubrió su patio.

En algunas de las más de 3.200 ventanas rotas han aparecido ya paneles de madera temporales, ya que muchos inquilinos se han centrado en las tareas más urgentes en medio de la destrucción.

"Lo único que siento es el impulso de ayudar a nuestros defensores", señaló por su parte Goshko, que compartió el enlace de una campaña de micromecenazgo, de entre las muchas que emplean miles de ucranianos para comprar equipos para soldados.

El propio ayuntamiento de Leópolis lanzó este jueves una gran campaña junto con la ONG "Vuelve a casa vivo", una gran fundación que ayuda a equipar al ejército ucraniano, con el objetivo de recaudar el equivalente a 4,4 millones de euros para la compra de armas y drones.

"El león quiere venganza", comentó el alcalde, Andrí Sadovi, en alusión al emblema de la ciudad.

(c) Agencia EFE