Ucrania acusa a Rusia de vaciar el embalse de Kajvoka, de importancia clave

Leópolis (Ucrania), 15 feb (EFE).- Ucrania acusa a Rusia de terrorismo ecológico por provocar la drástica caída del nivel del agua en la presa de Kajovka, lo que puede impactar en la agricultura y ecología del país y crear riesgos adicionales a la cercana central nuclear de Zaporiyia.

El embalse de Kajovka se extiende a lo largo de unos 230 kilómetros del Dnipro, el río más largo de Ucrania, y abastece de agua a unos 3,5 millones de habitantes del sur del país, relativamente seco, al igual que su industria agrícola.

La presa está en estos momentos bajo ocupación de las fuerzas rusas, que durante la retirada de Jersón el pasado noviembre volaron de forma intencionada parte de la carretera que transcurre por encima.

Ahora, representantes públicos ucranianos, entre ellos el primer ministro Denys Shmyhal, afirman que los rusos abrieron de forma deliberada las compuertas para lograr la reducción de los niveles de agua en el embalse, acreditada por imágenes de satélite, aunque las autoridades instaladas en Zaporiyia por las fuerzas rusas han rechazado estas alegaciones.

"Es difícil calificarlo de algo que no sea terrorismo por parte de Rusia", dice a EFE Tetiana Zhavzharova, directora de la ONG "Ecosense", desde Zaporiyia y subraya que los habitantes de la zona están preocupados por la caída drástica en el nivel de agua del embalse.

Según el análisis del diario local "Zapsich", los niveles empezaron a bajar hace por lo menos dos meses y han caído entre un metro y medio y dos metros tan sólo el último mes, mientras que las pérdidas diarias equivalen a un millar de metros cúbicos.

"Las aguas se han retirado en las riberas entre 10 y 20 metros y se ven muchos peces jóvenes muertos, lo que seguramente afectará a la calidad del agua cuando suban las temperaturas", indica Zhavzharova.

La directora de la ONG teme que la destrucción de los ecosistemas ribereños sea tal que la recuperación tarde años en producirse y que el suministro de agua centralizado se vea afectado al ser necesario buscar fuentes de agua alternativas.

La caída en los niveles de agua también es preocupante porque el embalse habitualmente acumula agua en invierno que se usa para el riego en la estación seca.

Maksym Soroka, experto en catástrofes ambientales de la Universidad Estatal de Ucrania de Ciencia y Tecnología, explicó en declaraciones citadas por "Zapsich" que las acciones de Rusia incrementan el riesgo de hambrunas y pueden causar la quiebra de muchas pequeñas empresas agrícolas.

Una reducción de la cosecha afectaría a las exportaciones de productos agrícolas, lo que dañaría a la economía ucraniana y a los mercados alimentarios a escala global.

Además, en los territorios ocupados por Rusia muchos hogares ya dependen de los productos que cultivan en sus jardines, y, por ende, del agua del embalse de Kajovka.

Por otro lado, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, advirtió este martes de que la disminución en los niveles de agua puede producir fallos en el funcionamiento del sistema de refrigeración de la planta nuclear de Zaporiyia.

Shmyhal instó al "mundo civilizado" a no permanecer en silencio y a ejercer presión sobre Moscú para que cierre las compuertas de la presa y reconstruya las infraestructuras parcialmente dañadas de la planta hidroeléctrcia de Kajovka.

El agua del embalse es clave para refrigerar los reactores de la mayor central nuclear de Europa, bajo control de las fuerzas rusas pero operada por personal ucraniano, según advirtió este mes el director general del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi.

"Aunque los niveles de agua reducidos no suponen un riesgo inmediato para la seguridad nuclear, pueden convertirse en un motivo de preocupación si continúan", afirmó.

Por su parte, el director general de Ukrhydroenergo, Ihor Syrota, explicó este martes que el nivel actual es de 13,9 metros y el riesgo para la seguridad nuclear se produce a partir de 13,5, y agregó que en los últimos días la situación ha mejorado ligeramente debido al deshielo.

Rostyslav Averchuk

(c) Agencia EFE