A Trump le escandalizan los tratos con empresas extranjeras… a menos que los concrete él

Jared Kushner, el yerno del expresidente Donald Trump, en la conferencia Future Investment Initiative en Riad, Arabia Saudita, el 25 de octubre de 2022. (Tamir Kalifa/The New York Times)
Jared Kushner, el yerno del expresidente Donald Trump, en la conferencia Future Investment Initiative en Riad, Arabia Saudita, el 25 de octubre de 2022. (Tamir Kalifa/The New York Times)

WASHINGTON — Tras su cuarta acusación formal, que eleva a 91 el total de cargos en su contra por delitos graves, el expresidente Donald Trump publicó en línea la semana pasada un video en el que tilda de delincuentes al presidente Joe Biden y su familia.

“La familia de delincuentes Biden”, según él, recibió millones de dólares de países extranjeros. “Creo que tenemos un presidente que es vulnerable”, señaló Trump, y añadió: “Es un pelele. Por eso el corrupto Joe deja que otros países pisoteen a Estados Unidos”.

Para Trump, la indignación es un lujo que puede darse o no si el tema a discutir es que las familias presidenciales acepten millones de dólares de países extranjeros. Durante sus cuatro años en la Casa Blanca y los más de dos años y medio que han pasado desde entonces, Trump y sus familiares han recibido dinero de todo el planeta en cantidades muy superiores a las que, según se ha informado, recibió Hunter Biden, el hijo del presidente.

A diferencia de otros presidentes modernos, Trump nunca renunció al control sobre sus extensos negocios con intereses en múltiples países y tampoco dejó de hacer negocios en el extranjero, incluso durante su mandato como presidente. Ganó dinero y promovió con total descaro la empresa familiar, ignorando todo tipo de normas. Por ejemplo, el hotel de lujo que abrió muy cerca de la Casa Blanca se convirtió en el destino preferido de grupos de cabildeo, negociadores y gobiernos extranjeros, incluidos los de Arabia Saudita, Kuwait y Baréin, que gastaron a manos llenas en hospedaje, galas y otros eventos.

Además, Trump permitió que su familia ocupara puestos en el gobierno sin ninguna división clara con sus intereses privados. A diferencia de Hunter Biden, tanto la hija de Trump, Ivanka Trump, como su yerno, Jared Kushner, formaron parte del personal de la Casa Blanca, donde podían definir políticas decisivas para las empresas del extranjero.

Kushner estuvo muy involucrado en la definición de la estrategia del gobierno para Medio Oriente y estableció múltiples contactos en la región. Después de devolver su gafete de la Casa Blanca, Kushner fundó una firma de capital de inversión con 2000 millones de dólares en fondos de Arabia Saudita y cientos de millones más de otros países árabes para los que las políticas estadounidenses fueron ventajosas y a los que les conviene que Trump ocupe la presidencia por segunda ocasión.

Hunter Biden, hijo del presidente Joe Biden, sale del tribunal federal de distrito en Wilmington, Delaware, el 26 de julio de 2023. (Kenny Holston/The New York Times)
Hunter Biden, hijo del presidente Joe Biden, sale del tribunal federal de distrito en Wilmington, Delaware, el 26 de julio de 2023. (Kenny Holston/The New York Times)

“Los enredos comerciales en el extranjero de la familia Trump fueron mucho más numerosos e involucraron decenas de conflictos con empresas extranjeras”, señaló Norman Eisen, abogado que objetó ante tribunales, sin éxito, la costumbre del expresidente de aceptar dinero del extranjero durante su mandato.

Estos enredos “implicaban a gente como Jared e Ivanka, que sí trabajaban en el gobierno; Hunter, en cambio, nunca fue empleado de gobierno”, añadió Eisen. “De hecho, el mismo Trump se benefició abiertamente, mientras que no hay ni la más mínima prueba de que Biden padre se haya beneficiado nunca".

Los negocios de Hunter Biden generaron inquietudes debido a que, tanto en testimonios como en noticias, se dio a entender que aprovechó su apellido para concretar acuerdos lucrativos. Un antiguo socio comercial les comentó a investigadores del Congreso que el joven Biden aprovechaba “la ilusión de acceso a su padre” para conseguir posibles socios.

No se ha presentado ninguna prueba real de que Joe Biden, mientras fue vicepresidente, haya participado en esos negocios o se haya beneficiado por ellos, ni de que haya aprovechado su cargo para beneficiar a los socios de su hijo.

No obstante, aunque Biden afirma haberse mantenido distanciado de las actividades de su hijo, sus afirmaciones se han visto socavadas porque, según algunas declaraciones, Hunter puso a su padre en el altavoz durante conversaciones con socios internacionales de negocios; el futuro presidente hablaba sobre temas informales como el clima, no de negocios, según las declaraciones, pero al parecer el objetivo era impresionar a los colaboradores de Hunter.

Todo esto por lo regular daría pie a algún tipo de escrutinio en Washington, donde los familiares de los presidentes desde hace tiempo han aprovechado su posición para ganar dinero. La fama y el acceso al poder valen mucho en la capital de la nación, así que un familiar que frecuenta Camp David, tiene un buen asiento en una cena oficial o vuela en el Air Force One tiene garantizado que le regresen las llamadas. Esta tradición ha enfadado a muchos estadounidenses, e incluso los demócratas expresan en privado su desagrado por las actividades de Hunter Biden.

“Si hizo negocios gracias a la influencia de su padre, debería rendir cuentas por ello”, dijo hace poco el representante Jim Himes, demócrata de Connecticut, en MSNBC. “Y lo enfatizo porque nunca nadie ha escuchado a un republicano decir lo mismo sobre Donald Trump o su familia”.

Los republicanos que investigan a la familia Biden señalan que ganaron más de 20 millones de dólares de fuentes extranjeras en China y Ucrania, entre otros lugares, pero un análisis de memorandos del Congreso realizado por el Washington Post indicó que la mayoría del dinero lo recibieron sus socios de negocios y la familia Biden solo obtuvo 7 millones de dólares, principalmente Hunter.

“Lo que tienen en común Hunter y Jared es que son hijos bien educados de personas prominentes, además de que sus relaciones familiares sin duda les ayudaron en los negocios”, explicó Don Fox, antiguo abogado general de la Oficina de Ética del Gobierno de Estados Unidos. “Pero las similitudes no pasan de ahí”.

“Hunter nunca ha ocupado un cargo en el gobierno y realizó gran parte de su trabajo relacionado con Ucrania cuando su padre no estaba en el poder”, prosiguió Fox. La cantidad de dinero que Kushner podría ganar gracias a los fondos que invirtieron los sauditas, añadió, “eclipsa lo que cualquiera le haya pagado a Hunter”.

La analogía con Hunter Biden irrita a Kushner, que ya tenía una larga trayectoria en los negocios antes de trabajar en el gobierno y se enorgullece de haber negociado los Acuerdos de Abraham, los convenios diplomáticos que normalizaron las relaciones entre Israel y varios de sus vecinos árabes.

Algunas personas de su círculo cercano afirman que la inversión de los sauditas y otros árabes se debe a que confían en que puede ayudarles a ganar dinero, no a que estén agradecidos por las políticas que promovió. Además, resaltaron que el gobierno de Biden no ha dado marcha atrás a esas políticas, sino que ha tratado de lograr más avances a partir de los Acuerdos de Abraham.

“No existe ninguna comparación de hecho entre Hunter y Jared”, indicó un representante de Kushner en un comunicado. “Jared ya era un empresario exitoso antes de incursionar en la política, logró concretar acuerdos de paz y de comercio históricos y, al igual que muchos antes que él, regresó a los negocios después de prestar sus servicios gratuitamente en la Casa Blanca, donde cumplió por completo con las normas de la Oficina de Ética del Gobierno”.

Chad Mizelle, director legal de Affinity Partners, la empresa de Kushner, señaló en un comunicado: “Fuera de la política partidista, nadie ha identificado nunca algún lineamiento específico, legal o ético, que Jared o Affinity hayan contravenido”.

Uno de los contados republicanos que han criticado la forma en que la familia Trump combinó el servicio en el gobierno con los negocios en el extranjero es Chris Christie, antiguo gobernador de Nueva Jersey que compite con el expresidente por la nominación republicana. “La familia Trump ha estado involucrada en actividades fraudulentas desde hace algún tiempo”, aseveró en CNN en junio.

Durante su tiempo en la Casa Blanca, Kushner reafirmó las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita y convenció a su suegro de que el reino fuera su primer destino en el extranjero como presidente, ayudó a negociar miles de millones de dólares en ventas de armas y forjó una relación estrecha con el príncipe heredero Mohamed bin Salmán.

Kushner defendió al príncipe heredero Mohamed después de que los agentes sauditas asesinaron a Jamal Khashoggi, columnista de The Washington Post y residente de Estados Unidos. La CIA concluyó que el príncipe heredero Mohamed ordenó el asesinato en 2018. En 2021, el fondo soberano del príncipe heredero Mohamed aprobó la inversión de 2000 millones de dólares en la nueva firma de Kushner, a pesar de las objeciones de los propios asesores del fondo.

Trump nunca ha sido alérgico al dinero extranjero. Incluso cuando era candidato en 2016, trató de concretar en secreto un convenio para construir una Torre Trump en Moscú hasta después de haber obtenido la nominación republicana. Uno de sus abogados se comunicó con el Kremlin para lograr que apoyaran el proyecto, el mismo Kremlin con el que interactuó Trump unos meses más tarde en carácter de presidente.

Para calmar las inquietudes en torno a sus intereses financieros fuera del país, Trump prometió no buscar nuevos negocios en el extranjero mientras ocupara la presidencia. Pero no renunció a los numerosos proyectos que ya tenía en otros países y que le generaban dinero, y su empresa, Trump Organization, cuyos directores formales son sus hijos Donald Trump Jr. y Eric Trump, tampoco dejó de ampliar sus operaciones en el extranjero.

Durante los cuatro años de Trump en la Casa Blanca, Trump Organization recibió la aprobación de 66 marcas comerciales en el extranjero, según un informe de la organización Citizens for Responsibility and Ethics en Washington, la mayoría de ellas de China y otras de Argentina, Brasil, Canadá, Perú, Filipinas, Indonesia, México, Emiratos Árabes Unidos y la Unión Europea.

Las empresas extranjeras fueron buenos clientes de Trump. Mientras estuvo en el cargo, 145 funcionarios extranjeros de 75 gobiernos visitaron inmuebles de Trump y gobiernos extranjeros o grupos afiliados a ellos organizaron 13 eventos en sus hoteles y resorts, según el informe del grupo defensor de la ética.

Aunque Trump describió en el video de la semana pasada a Biden como marioneta de los chinos y agregó la falsedad de que “China le ha pagado una fortuna”, su propia familia ha tenido relaciones significativas con Pekín. Además de las marcas comerciales mencionadas, Forbes calculó que un negocio de Trump durante su presidencia recaudó por lo menos 5,4 millones de dólares por concepto de renta del Banco Industrial y Comercial de China, controlado por el gobierno.

La familia de Kushner negoció con firmas chinas y cataríes el rescate de la torre ubicada en el número 666 de la Quinta Avenida en la ciudad de Nueva York, que estaba sumida en deudas, y al final se concretó un contrato de arrendamiento de 1100 millones de dólares con una empresa estadounidense que tenía entre sus inversionistas al fondo soberano de Catar (para entonces, Kushner había vendido la parte de la torre que era de su propiedad a un fideicomiso familiar del que no era beneficiario, y las personas involucradas en el acuerdo indicaron que los cataríes no supieron nada de ese acuerdo con anterioridad).

Por su parte, cuando se integró al personal de la Casa Blanca, Ivanka Trump conservó en un principio su línea de ropa y accesorios y recibió autorización para 16 marcas comerciales de China en 2018; más adelante, decidió suspender las operaciones del negocio.

Aunque Eisen y otros promovieron demandas por violaciones a la cláusula de emolumentos de la Constitución, ninguna autoridad ha declarado ilícita alguna de las operaciones comerciales de la familia Trump en el extranjero. Tampoco ha sido así en el caso de Hunter Biden.

Pero, según Donald Trump, un negocio es suficiente para comprometer a un presidente y del otro no hay que hablar.

c.2023 The New York Times Company