Trump reconoce su derrota en las elecciones presidenciales y condena el asalto al Capitolio

WASHINGTON — El presidente Donald Trump reconoció el jueves su derrota ante el presidente electo Joe Biden y condenó a las personas que participaron en los disturbios del miércoles en el Capitolio de la nación.

En un nuevo mensaje de video, Trump dice que ahora que el Congreso ha certificado los resultados, “el nuevo gobierno arrancará el 20 de enero” y que ahora se enfocará “en garantizar una transición de poder ordenada y sin problemas”.

También se pronunció en contra de la violencia, y calificó la invasión del Capitolio como un “ataque atroz” que lo dejó “indignado por la violencia, la anarquía y el caos”.

Trump no se refirió a su propio papel en la incitación a la violencia. Agregó que aunque sabe que sus seguidores están “decepcionados”, quiere que sepan que “nuestro increíble viaje apenas está comenzando”.

Después de alentar a sus seguidores a marchar hacia el Capitolio de los Estados Unidos el miércoles, provocando el caos dentro de los pasillos del Congreso mientras buscaba rechazar su derrota en las elecciones presidenciales de 2020, Donald Trump regresó a las redes sociales después para llamar por un momento de "sanación y reconciliación".

“Como todos los estadounidenses, estoy indignado por la violencia, la anarquía y el caos”, dijo en un breve mensaje de video.

Dijo que los alborotadores "que se infiltraron en el Capitolio han profanado la sede de la democracia estadounidense".

“Para aquellos que participaron en los actos de violencia y destrucción, ustedes no representan a nuestro país”, dijo. "A los que violaron la ley, la pagarán".

Sus comentarios contrastan radicalmente con los mensajes que dio a sus partidarios cuando aterrorizaron al Capitolio, ya que acusó a su vicepresidente Mike Pence de deslealtad, insistió falsamente en que les robaron las elecciones y no expresó urgencia por condenar la violencia en su país, en lugar dijo que los ama y que son especiales.

En su mensaje pregrabado de la Casa Blanca, el presidente mintió diciendo que desplegó "inmediatamente" a la Guardia Nacional y a la policía federal, dejando a los legisladores y al personal atrincherados en las cámaras y oficinas de la Cámara y el Senado, y declaró que su "único objetivo" en su falso esfuerzo legal a nivel nacional para socavar los votos de millones de estadounidenses fue "asegurar la integridad del voto".

“Acabamos de pasar por una elección intensa y las emociones son altas, pero ahora, los ánimos deben calmarse y restablecerse la calma”, dijo. “Mi campaña buscó enérgicamente todas las vías legales para impugnar los resultados de las elecciones. Mi único objetivo era garantizar la integridad del voto. Al hacerlo, estaba luchando por defender la democracia estadounidense".

Al menos cinco personas han muerto a causa del caos, incluida una mujer baleada por la policía del Capitolio, un oficial de policía que murió por sus heridas y tres personas más por emergencias médicas.

Llueven las críticas a la actuación policial en el asalto al Congreso

El inaudito asaltó al Congreso de Estados Unidos por parte de seguidores radicales del presidente Donald Trump ha generado una lluvia de críticas al gobernante, por haberlo instigado, pero también a la seguridad encargada de la custodia del Capitolio.

Nadie se explica cómo pudo ocurrir que una protesta convocada hacía días, y que el propio Trump había anticipado que sería "salvaje", acabaría con gente con banderas por los pasillos del Congreso, tomándose fotos o sentándose en los escaños de los legisladores tras haber superado por la fuerza un cordón policial claramente insuficiente para detener a una multitud violenta.

El presidente electo, Joe Biden, cuya victoria electoral estaban confirmando entonces los congresistas, criticó este jueves la actuación policial y, como muchos otros, se preguntó qué habría pasado si en vez de seguidores de Trump los violentos asaltantes de las vallas policiales hubieran sido afroamericanos.

LA JUSTICIA CON DIFERENTE RASERO

Se produjo un "fallo claro a la hora de aplicar la justicia con el mismo rasero", dijo hoy en una rueda de prensa Biden, que en dos semanas habrá de hacerse cargo de la Presidencia.

"Nadie puede decirme que si hubiese sido un grupo del movimiento Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan) el que protestaba ayer, no habría sido tratado de manera muy, muy diferente que a la turba de maleantes que irrumpieron en el Capitolio", aseguró.

Pese al despliegue de 340 soldados de la Guardia Nacional ante una protesta que preveía unos 15.000 participantes, incluidos radicales de derechas y supremacistas blancos, las autoridades tuvieron que pedir ayuda sobre la marcha a cuerpos de policía cercanos y otros 150 guardias para recobrar el control de la ciudad.

A diferencia de los gobernadores de los estados, la alcaldesa de la capital, Muriel Bowser, no puede convocar a la Guardia Nacional por su cuenta, sino que necesita la aprobación del Pentágono, algo que consiguió anoche gracias a la intervención, no de Trump, sino del vicepresidente Mike Pence.

UN ASALTO ANTICIPABLE

Además, los propios convocantes habían advertido de que la protesta, que coincidía con la sesión del Legislativo para confirmar la victoria electoral de Biden, tenía como fin impedirlo.

"Le toca a la ciudadanía estadounidense" impedir el fraude, había dicho en su convocatoria "March for Trump", haciéndose eco de las constantes denuncias infundadas de irregularidades hechas por el gobernante.

El secretario del Ejército, Ryan McCarthy, dijo hoy que una agresión contra el Capitolio como la que se produjo, que dejó cinco muertos, incluido un policía, no estaba ni en su "imaginación más salvaje".

Por su lado, el jefe de la policía metropolitana de Washington, Robert Contee, apuntó que ninguna "información de inteligencia" parecía sugerir que habría un asalto al Capitolio.

Sin embargo, en redes sociales, los grupos extremistas cercanos a Trump venían desde hacía días discutiendo planes para lograr ingresar a la sede legislativa e interrumpir la confirmación de Biden.

La alcaldesa Bowser tuvo que decretar de manera urgente un toque de queda que hoy prorrogó hasta el próximo 21 de enero, un día después de que tome posesión Biden, preguntándose si la violencia política se va a convertir en "la nueva normalidad" de EE.UU.

El secretario del Ejército indicó que también se mantendrán hasta después del relevo presidencial la activación de la Guardia Nacional en la capital y nuevas cercas que se han montado en torno al Capitolio a raíz de los graves incidentes del miércoles.

PETICIONES DE RENUNCIA

La respuesta policial al asalto llevó hoy a los líderes demócratas de la Cámara Baja y del Senado, Nancy Pelosi y Charles Schumer, a pedir la dimisión del jefe de la policía del Capitolio y de los responsables de la seguridad de ambas cámaras.

Horas después, el jefe de la policía del Capitolio, Steven Sund, presentó su renuncia, efectiva a partir del 16 de enero, tras ser objeto de las críticas más duras de Pelosi.

"Señor Sund, ni siquiera nos ha llamado desde que sucedió esto", dijo la presidenta de la Cámara Baja en una rueda de prensa.

Los legisladores de ambas cámaras y de ambos partidos se comprometieron hoy a investigar cómo la seguridad del Capitolio permitió que la turba penetrara en el edificio.

Lo sucedido fue "un fracaso masivo de las instituciones, los protocolos y la planificación para proteger la primera rama de nuestro Gobierno federal", dijo el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, que culpó, en última instancia, a "los criminales desquiciados que derribaron puertas, pisotearon la bandera de nuestra nación, lucharon con las fuerzas del orden y trataron de perturbar nuestra democracia, y a quienes los incitaron".

McConell no mencionó en ningún momento a Trump por su nombre.

Con información de AP / EFE y The Independent

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