Los Troisgros, artistas culinarios, ante la cámara de Frederick Wiseman
El Instituto Lumière de Lyon, cuna del cinematógrafo, acogió al que quizás sea el mejor documentalista vivo, Frederick Wiseman, con casi 50 películas en su haber, que presentó, a la edad de 93 años, su nueva película "Menus Plaisirs, Les Troisgros", rodada en la región de Auvernia-Ródano-Alpes, a unos cien kilómetros de Lyon, cerca de Roanne, en el Loira.
Un templo gastronómico con tradición familiar
En Ouches, "Le Bois Sans Feuilles" se ha convertido en el templo de la gastronomía bajo la dirección de Michel Troisgros (heredero de su padre y de su abuelo, fundador del primer restaurante), con la ayuda de su esposa, Marie-Pierre, de su hija Marion y su hijo César. Su otro hijo, Léo, se hace cargo de "La Colline du Colombier", en el pequeño pueblo cercano de Iguerande.
Cuando Frederick Wiseman llegó a Borgoña, no lejos de Roanne, se alojó en casa de unos amigos y, para agradecerles la acogida, eligió un gran restaurante cerca de su casa. Era "Le Bois Sans Feuilles". La comida, por supuesto, estuvo deliciosa y durante la velada, como es tradición, Michel Troisgros acudió para comprobar si los clientes estaban satisfechos. En ese momento, el cineasta le preguntó si estaba interesado en hacer una película sobre su restaurante. Después de consultar Wikipedia, Troisgros volvió rápidamente para decirle que aceptaba incondicionalmente.
En la piel de Troisgros
Wiseman pasó varias semanas en el establecimiento, un comedor de ensueño. El cineasta estadounidense tiene cerca de 50 filmes en su haber. Muchos se centran en las principales instituciones, entidades y organizaciones estadounidenses, desde la Seguridad Social ("Welfare") hasta la Biblioteca Pública de Nueva York ("Ex Libris"), pasando por barrios de Nueva York ("Central Park", "In Jackson Heights"). También rodó varias películas en Francia, en lugares de renombre como la Ópera de París y la Comédie-Française. En "Le Bois Sans Feuilles" se enfrentó a un monumento culinario, 3 estrellas Michelin y regularmente citado en el Top 10 de los mejores restaurantes del mundo.
El resultado es magistral. Con el sabor de una comida gourmet, en 4 horas, Frederick Wiseman consigue hacernos comprender el día a día de un restaurante de 3 estrellas como Troisgros, desde la búsqueda de las verduras y las hierbas adecuadas en el mercado, pasando por la huerta o el ganadero que elige las parcelas de hierba para pastar; hasta llegar, por supuesto, a la cocina, corazón palpitante del restaurante. Allí se desviven para ofrecer los mejores platos cada día, con los mejores alimentos, a sus clientes; el último paso y juicio final de la calidad del trabajo realizado en la cocina.
“Los documentales son una forma de deporte”
Sin comentarios, ni entrevistas, ni sonidos o música adicional, Wiseman aporta al espectador la experiencia de la duración y, como un pintor impresionista, añade sucesivos toques de color y detalles de la vida del restaurante para darnos, al final, un retrato similar y casi hiperrealista de lo que ocurre en la casa Troisgros.
Y, como es costumbre, Frederick Wiseman escribe, filma y edita las cintas él mismo. Una forma de sumergir por completo al espectador en la temática y ponerle en sintonía con los personajes.
El resultado es digno de una comida 3 estrellas: finura, sabor, excelencia y variedad.
La película recibió una gran ovación en Venecia y se estrena en las salas francesas a partir del 20 de diciembre.