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Trabajar más de 40 horas a la semana después de los 40 años podría causar daños en el cerebro

Yahoo Finance Canada/Google – Un nuevo estudio ha revelado que las personas con más de 40 años que trabajaban más de 25 horas a la semana experimentaron una disminución de sus facultades cognitivas.

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Muchos países han optado por aumentar la edad de jubilación para reducir así el gasto público. Sin embargo, un nuevo estudio arroja luz acerca de los potenciales efectos negativos sobre el cerebro en personas de mediana edad que trabajan a jornada completa.

El artículo publicado por la Universidad de Melbourne (Australia) dice que las 40 horas semanales que solemos dedicar al trabajo podrían causar un deterioro en las funciones cognitivas de las personas de más de 40 años.

“El trabajo puede estimular la actividad cerebral y ayudar a mantener las funciones cognitivas en trabajadores de edad avanzada, esta es la hipótesis de la frase ‘o la usas o la pierdes’ [la mente]”, le explicó a la BBC Colin McKenzie, profesor de economía de la Universidad Keio (Tokio) y uno de los autores del artículo.

“Pero al mismo tiempo, las jornadas laborales excesivamente largas pueden causar cansancio y estrés físico o psicológico, lo cual produce daños potenciales en las funciones cognitivas”.

El estudio descubrió que las personas de más de 40 años que trabajaban más de 25 horas a la semana experimentaron una disminución de sus facultades cognitivas.

En aquellos que tenían una jornada laboral a tiempo parcial de hasta 25 horas semanales se apreciaron resultados opuestos.

Más concretamente, los hombres que participaron en el estudio mostraron resultados más positivos en términos cognitivos trabajando entre 25 y 30 horas, mientras que las mujeres obtuvieron mejores resultados con una carga horaria un poco más reducida, entre 22 y 27 horas.

A partir de ese límite, el trabajo tiene un efecto negativo.

“El trabajo es un arma de doble filo, ya que puede ayudar a estimular la actividad cerebral, al tiempo que muchas horas de trabajo y cierto tipo de tareas pueden producir cansancio y estrés con un potencial efecto dañino sobre el sistema cognitivo”, señaló McKenzie.

El estudio usó datos de la encuesta Household, Income and Labour Dynamics (Hogar, ingresos y dinámicas de trabajo) realizada en Australia, dirigida por la Universidad de Melbourne y financiada por el gobierno nacional. En ella se preguntó a los encuestados acerca de su bienestar, sus finanzas, su familia y sobre otra información relacionada con el ámbito laboral.

Se analizó la muestra número 12 junto a los datos que arrojaron tres cuestionarios de capacidades cognitivas: el de dígitos regresivos (BDS), el de modalidades del símbolo de dígito (SDM) y una versión del test nacional australiano de lectura para adultos.

El BDS consiste en una prueba de memoria en la que se pide a los participantes que lean una secuencia de números de un dígito y que después la repitan en orden inverso.

El test SDM pone a prueba la exploración visual de las personas, su velocidad motriz y atención dividida pidiéndoles que asocien símbolos con números mediante una lista impresa de respuestas.

La versión del test nacional australiano de lectura usado en la encuesta pedía a los participantes que leyesen correctamente 25 palabras escritas con faltas de ortografía.

Esto proporciona un panorama de la inteligencia cristalizada, o su capacidad para aprender capacidades, conocimientos y experiencias nuevas. No es una forma de memoria, pero se relaciona con la capacidad de acceso a la memoria a largo plazo.

McKenzie le dijo a la BBC que parece que los 40 años son el punto de inflexión para la mente, porque la inteligencia más fluida, así como la capacidad para identificar problemas y aplicar la lógica para resolverlos sin necesidad de recurrir a conocimientos adquiridos en el pasado comienza a menguar a partir de los 20 años.

Y la inteligencia cristalizada comienza a disminuir a partir de los 30 años.

A los 40, dice McKenzie, la mayoría de la gente comienza a obtener resultados más bajos en lo referido a la memoria, el reconocimiento de patrones y los ejercicios de agilidad mental.

Concretamente, el estudio indica que el hecho de trabajar muchas horas y de hacer cierto tipo de tareas puede provocar cansancio y estrés, algo que podría causar un “daño potencial” en estas funciones cognitivas.

“Estos resultados sugieren que la gente de edad avanzada podría preservar sus facultades cognitivas con trabajos a media jornada, entre unas 20 y 30 horas a la semana”, según aconsejan los autores del estudio.

El artículo señala que estos descubrimientos son cada vez más relevantes para muchas de las naciones occidentales –como Bélgica, República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Irlanda, Países Bajos y España– que planean retrasar la edad de jubilación, situada en los 65 años.

Por Michael Shulman
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