“Trabajamos 24 horas al día, sin descanso”: cómo se preparan los rescatistas para desastres como el terremoto de Turquía

Un hombre es rescatado entre los escombros en Hatay, tras permanecer 210 horas semi sepultado en las ruinas
Un hombre es rescatado entre los escombros en Hatay, tras permanecer 210 horas semi sepultado en las ruinas - Créditos: @BULENT KILIC

El 6 de febrero pasado el mundo entero despertó con la noticia de un terremoto que arrasó con ciudades de Turquía y de Siria, dejando a su paso miles de muertos, heridos y destrucción. Ese mismo día, una delegación israelí de 171 personas –a la que luego se sumaron 59– partió a la zona del desastre con la misión de salvar vidas.

Peni Daddon, oficial en el Comando de Defensa Civil del Estado de Israel, fue uno de los enviados al lugar. Junto a sus compañeros de la delegación Ramas de Olivo –así se la llamó oficialmente– lograron rescatar a 19 personas en una semana, “un número récord teniendo en cuenta la magnitud del daño”.

En esta entrevista con LA NACION explica cómo se lleva a cabo un operativo, qué equipamiento utilizan, cuál es el procedimiento para rescatar heridos atrapados bajo los escombros, y cuándo se decide finalizar con la misión.

Peni Daddon
Peni Daddon

-Frente a un evento particular, en este caso un terremoto, ¿cómo se decide quiénes viajarán y cómo será el operativo?

-El gobierno de Israel es quien toma la decisión de hacer un rescate en otro país. En nuestra unidad –Comando de Defensa Civil– ya existe un protocolo sobre cómo proceder frente a estos eventos, entonces no hubo que elegir quién iba a viajar, porque ya estaba predefinido con anterioridad.

En mi caso, mi comandante me llamó por teléfono el lunes 6 de febrero a las 10 de la mañana y me dijo que iban a precisar mi ayuda en la delegación de Turquía. Por supuesto que me alegré mucho y estaba dispuesto, porque creo que es el sueño de todo rescatista colaborar en eventos como éste donde nos necesitaban tanto. Dejé entonces todo lo que tenía para hacer, me preparé y fui al punto de encuentro donde nos citaron, para hacer todas las pruebas médicas necesarias (y chequear si tenemos las vacunas al día) y los papeles burocráticos. Luego, el comandante de la delegación nos reunió a las 171 personas que íbamos a viajar y nos explicó cómo estaba la situación en Turquía –con miles de edificios colapsados y destruidos y muchísima gente herida– y cuál era nuestra misión allí: salvar vidas. El paso siguiente fue subirnos al avión con destino al aeropuerto de Adana, para llegar siete horas después en colectivo a la ciudad de Kahnamanmarash.

Apenas llegamos, empezamos a hacer nuestra actividad de rescatismo: trabajamos 24 horas al día, sin descanso. Luego de las 48 horas, ya empezamos a hacer turnos de 12 horas.

-¿Cuáles son los roles de las personas que viajaron en auxilio a Turquía y qué equipamiento llevaron?

La primera delegación que mandamos, y que llegó el lunes 6 de febrero, estaba conformada por 171 personas, entre las cuales había: ingenieros, psicólogos, personal del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, bomberos, oficiales de salud mental, comandantes y soldados de combate, que son quienes saben trabajar con perros rescatistas.

Al día siguiente, asistió una segunda delegación, conformada por 59 personas, que se ocuparon de levantar un hospital de campaña, que funcionó hasta el 15 de febrero. En total, participamos del operativo 230 personas.

Con respecto al equipamiento, en el viaje llevamos con nosotros nuestro equipo ligero y personal: cascos, abrigos para el frío y la lluvia, guantes especiales, gorros, pantalones, camas para dormir y para proveer atención médica, utensilios básicos de medicina y el uniforme general de trabajo. A las pocas horas que llegamos al lugar, recibimos el equipo pesado –máquinas para levantar escombros, para excavar, etc.–, que llegó primero en aviones especiales al aeropuerto y luego en camiones al punto donde nos encontrábamos trabajando.

También trajimos con nosotros la comida empacada que se les da a los soldados en el frente de batalla: conservas, sopas, café, latas tanto de pescado como de legumbres, entre otros productos.

-¿Cómo es la coordinación con las fuerzas locales?

La cooperación es siempre muy buena: trabajamos hombro con hombro y tomamos las decisiones en conjunto, pensando siempre en la misma meta que es, en definitiva, salvar vidas. Quiero remarcar que los turcos tuvieron un trato muy cálido con nosotros, estaban muy agradecidos.

Residentes trasladan sus pertenencias desde su vivienda en un edificio destrozado por un potente sismo, en Samandag, en el sur de Turquía, el 16 de febrero de 2023. (AP Foto/Francisco Seco)
Residentes trasladan sus pertenencias desde su vivienda en un edificio destrozado por un potente sismo, en Samandag, en el sur de Turquía, el 16 de febrero de 2023. (AP Foto/Francisco Seco)

-¿Cuál es el procedimiento para buscar y rescatar sobrevivientes entre los escombros?

Tenemos muchos mecanismos para localizar dónde es posible que haya personas atrapadas: cámaras inteligentes, micrófonos y los perros rescatistas, que son una muy buena herramienta para encontrar vida en lugares más inaccesibles. Sin embargo, lo más importante sigue siendo lo que llamamos “inteligencia de la población”, que es el hecho de escuchar a los vecinos que conocen a la gente que vive en la zona, que se acerca y te brinda información, que escucha gritos, etc.

Una vez que efectivamente sabemos que hay alguien bajo los escombros, lo primero que hacemos es establecer contacto con esa persona y mantenerlo todo el tiempo. Lo segundo es llegar físicamente a él, ya sea rompiendo concreto o lo que sea necesario. Depende la situación, un rescate puede llevar dos o 10 horas.

En este último evento, rescaté a un niño de entre los escombros. Él estaba muy contento porque pudo salir, vio a sus tíos en el lugar, y estaba muy emocionado, pero también asustado. En cuanto a mí, yo no puedo describir la sensación con palabras, porque como rescatista y combatiente, llevo toda mi carrera esperando salvar personas. Solo puedo decir que siento muchisimo orgulloso y satisfaccion con lo que pasó.

-¿Qué se tiene en cuenta a la hora de decidir finalizar con el rescate?

Nosotros salimos a la misión con el objetivo de salvar vidas, y en el momento en el que nos damos cuenta que la posibilidad de seguir salvando vidas es muy baja por la cantidad de tiempo que transcurrió desde que pasó el evento, decidimos finalizar con el rescate. En el caso de Turquía, estuvimos una semana en el lugar y volvimos por el motivo que indiqué. No hubo ningún problema de seguridad ni de amenazas.

Residentes locales queman libros para mantener el calor entre los escombros en Hatay, Turquía
Residentes locales queman libros para mantener el calor entre los escombros en Hatay, Turquía - Créditos: @BULENT KILIC

-¿Cuáles son las diferencias entre este rescate y otros anteriores?

El terremoto de Turquía fue muy significativo por la magnitud del daño que causó y por el gran número de gente que estuvo atrapada bajo de los escombros. Teniendo en cuenta este escenario, el número de gente (19 personas) que lograron salvar los rescatistas israelíes fue muy alto. Si comparo el número de gente que mandamos a esta delegación con delegaciones previas, puedo decir que ésta fue más grande porque la magnitud del evento era mayor.

-¿Cuáles son los aprendizajes de este rescate?

Es muy importante que es la preparación de la población civil antes de que llegue un desastre. Es decir, cómo educar y trabajar para que la gente sepa cómo comportarse cuando hay una emergencia. También aprendimos temas relacionados con cambios organizacionales: cuáles son las maneras más eficientes de escoger y dividir los equipos.

En 7 preguntas es una serie de entrevistas a especialistas para entender los temas más relevantes del escenario global de la mano de quienes más los conocen. Podés acceder a todas las notas en este link.