La trágica muerte de jugador de los Steelers nos recuerda la triste pérdida de José Fernández | Editorial

Lamentablemente, un informe de toxicología sobre el quarterback de los Pittsburgh Steelers Dwayne Haskins, publicado esta semana, muestra que Haskins murió como otros jóvenes atletas prometedores, celebridades y gente común: una mala decisión en el sur de la Florida, centro de la fiesta.

El informe básicamente rellena los espacios en blanco sobre el accidente del 9 de abril en la carretera Interestatal 595 en el Condado Broward que acabó con la vida de Haskins, y lo conecta con la muerte de un atleta estrella local hace seis años.

Haskins se encontraba en Miami entrenando para pelear por el puesto de titular que quedó libre tras el retiro del quarterback estrella Ben Roethlisberger. Tras una noche de cena y bebida, Haskins se quedó sin gasolina en la I-595 en dirección oeste, justo al oeste de la I-95. Eran las 6:30 a.m., el final de una de las muchas veladas de este tipo, la cual terminó sin incidentes.

El informe toxicológico determinó que los niveles de alcohol de Haskins eran de 0.20 y 0.24 en dos muestras distintas. En la Florida, se considera que los conductores conducen bajo los efectos del alcohol con una tasa de alcohol en la sangre de 0.08 o más. Una muestra de orina también dio positivo a ketamina y norketamina, que se encuentra en el cuerpo después de que se metaboliza la ketamina, un antidepresivo.

En su estado de embriaguez, Haskins salió de su coche para buscar una gasolinera, cerca de la concurrida interestatal, justo antes del amanecer. Conductores informaron que habían visto a Haskins “haciendo señas a los coches para que se detuvieran” mientras estaba en el arcén en dirección oeste de la interestatal, según el informe. Como aparentemente nadie se detuvo, Haskins debió abandonar el arcén, tal vez intentando cruzar la carretera.

Según la Patrulla de Carreteras de la Florida, fue atropellado primero por un camión de volteo y luego por el conductor de un Subaru Outback.

Qué error tan horrible, un error de cálculo que le costó la vida.

La muerte de José Fernández

La muerte de Haskins nos recuerda a la del popular lanzador de los Miami Marlins José Fernández, quien también tenía 24 años cuando murió en un horrible accidente de navegación en Miami Beach en la madrugada del 25 de septiembre de 2016.

Fernández, también tras una noche de copas en el mar, estrelló su embarcación de 32 pies contra los espigones de roca de Government Cut, muriendo él y otros dos hombres.

En ese momento, el locutor deportivo de la radio nacional Dan Le Batard dijo que la liga había perdido a “su lanzador más emocionante en el béisbol”, era el pitcher estrella de origen cubano que había sido nombrado Novato del Año en 2013. Fernández estaba en la cúspide de convertirse en una estrella de las Grandes Ligas y de firmar contratos multimillonarios. Todo murió con su mala decisión.

El informe toxicológico de Fernández también reveló que tenía cocaína en su organismo y que estaba legalmente ebrio, con una tasa de alcohol en sangre de 0.147, casi el doble del límite legal. Había estado buscando amigos y jugadores para salir de fiesta la noche en que murió.

En el caso de Haskins, el informe de la Oficina del Médico Forense de Broward dice que el novato había estado entrenando en el sur de la Florida con sus compañeros de equipo, y todos fueron a cenar. Luego Haskins y un familiar fueron a un club, posiblemente en Miami, donde “bebieron en exceso” y se separaron tras una pelea.

Esa serie de eventos llevó a Haskins a estar en ese tramo de la carretera, ebrio, sin gasolina, en la oscuridad.

¿Podía Haskins, que fue seleccionado en la posición número 15 del draft de 2019, haberse convertido en un quarterback titular en la NFL? Ahora nunca lo sabremos.

Como siempre, lamentamos la pérdida de jóvenes tan talentosos y prometedores, sin importar la causa, famosos o no.