El Tour de Francia cumple 120 años: por qué es la carrera ciclística más exigente del mundo y cuáles secretos esconde su historia
En Dinamarca y Eslovenia no cantan la canción de La Mosca “Muchachos”, pero como los argentinos antes del Mundial de fútbol de Qatar, vuelven a ilusionarse y quieren ganar la tercera. En 2022, Jonas Vingegaard fue el segundo danés en triunfar en el Tour de Francia luego de que Bjarne Riis lo hiciera en 1996. Tadej Pogacar fue el mejor clasificado en 2020 y 2021 y así se convirtió en el corredor más joven en conquistar la prueba francesa.
Este año, Vingegaard y Pogacar vuelven a ser firmes candidatos a vencer en la competencia ciclística más importante del mundo, que en Europa es seguida con una pasión similar a la que existe por la Copa del Mundo de fútbol. Daneses y eslovenos, ilusionados, quieren “ganar la tercera”, ganar el Tour de France.
An iconic moment 🇩🇰
Jonas Vingegaard and his family on the balcony 👏#letourdk #TDF2022 pic.twitter.com/xGfHLncb9l— Grand Départ 2022 🇩🇰 (@letourdk) July 27, 2022
La partida es en Bilbao
El sábado 1 de julio, 176 corredores, que se reparten entre 22 equipos de ocho integrantes cada uno, largarán desde Bilbao en el País Vasco, en España, y buscarán llegar el 23 de julio a París, luego de 21 etapas y de recorrer 3.404 kilómetros en la que se considera una de las pruebas deportivas más exigentes. El Tour de Francia no sólo es la carrera ciclística más trascendente del planeta, sino una de las más antiguas: se corre desde 1903 y en 2023 festeja los 120 años.
Más de 10 millones de espectadores acompañan a un costado del recorrido la carrera que se trasmite en 190 países a decenas de millones de televidentes. La web oficial recibe más de 40 millones de visitas y otros 10 siguen la competencia por las redes sociales. El Tour, junto con Roland Garros, son los dos eventos deportivos icónicos de Francia y parte esencial de la cultura del pueblo galo.
A la lista de favoritos que encabezan Pogacar y Vingegaard se le suman el ecuatoriano Richard Carapaz, que ganó el oro olímpico en Tokio; el australiano Jai Hindley, que en 2022 obtuvo el Giro de Italia; su compatriota Ben O’Connor; el colombiano Egan Bernal, que se recuperó de un durísimo accidente en el que se salvó de quedar parapléjico, y los españoles Enric Mas y Mikel Landa.
Para la carrera más importante del planeta la pandemia no ha quedado definitivamente atrás. El temor a los contagios está latente, y aún se mantienen restricciones para los corredores y recomendaciones para los aficionados. De hecho, Amaury Sport Organisation (ASO), la empresa que organiza el Tour, tiene un antecedente importante todavía fresco y desea evitar lo que ocurrió en el Giro de Italia, en mayo, en el que hubo más de 30 abandonos por la enfermedad, entre ellos, el del belga Remco Evenepoel cuando lucía la camiseta rosa de líder.
Argentinos en el Tour de Francia
Maximiliano Richeze es uno de los cuatro argentinos que participó en el Tour de Francia junto con Juan José Haedo, Eduardo Sepúlveda y Juan Flecha, aunque este último, que es el único ganador de una etapa... aunque en representación de España por su doble ciudadanía. Richeze corrió en 2014, 2016, 2018 y 2019 y cuenta a LA NACIÓN: “Si bien el Tour de Francia no es el recorrido más duro entre las grandes vueltas, porque el Giro de Italia es más difícil por el clima y la geografía, sin duda es la carrera más exigente porque están los mejores corredores y le imponen un ritmo más intenso. Al ser la más importante, todos buscan el mejor resultado y se potencia la competencia al máximo. El nivel de concentración es altísimo por la obligación de no cometer ningún error y estar a la altura de lo que se espera de vos. El Tour de Francia puede ser el salto en la carrera de un ciclista. Un buen resultado te abre puertas y contratos que de otra forma es muy difícil alcanzar”.
Richeze ganó en 2019 el Campeonato Argentino de ciclismo de ruta, obtuvo etapas en carreras importantes alrededor del mundo y participó en la Vuelta de España y el Giro de Italia en varias oportunidades. “Cada equipo profesional de ciclismo tiene entre 20 y 30 corredores que se reparten entre las carreras más importantes, pero para el Tour eligen a los ocho mejores y dentro de estos se definen uno o dos líderes y el resto de los integrantes trabaja apoyándolos”.
El ciclismo de ruta en etapas no es sólo una competencia de velocidad, es un juego de estrategia. “La tarea de los gregarios, que son los integrantes del equipo que acompañan a los líderes, es cuidarlos durante el recorrido, brindarles apoyo y “tirar” de ellos para dejarlos lo mejor posicionados en los momentos de definición”, explica Richeze. La diferencia de esfuerzo entre los que van al frente del pelotón y los que pedalean en el medio es muy significativa.
Los estudios sobre la reducción de la carga aerodinámica afirman que ir “a rueda”, pegado detrás de otros corredores y en el medio del pelotón, implica la mitad del esfuerzo. “Cuando vas en el medio del grupo cubierto del viento, apenas tenés que pedalear y sólo mantener el ritmo y la cadencia para no generar ningún problema, pero la diferencia de esfuerzo con los que van al frente es abismal”, compara Richeze.
El gran riesgo de los pelotones son las caídas porque concentran a decenas de corredores que se mueven como una masa uniforme, donde cualquier mal movimiento o descoordinación produce un efecto dominó y deriva en accidentes masivos, casi siempre a mucha velocidad. Richeze subraya que rodar en el pelotón implica un riesgo, pero allí surgen la habilidad y el profesionalismo de los ciclistas. “Es muy riesgoso y se va al límite, pero hay códigos y mucho respeto por parte de todos. Los ciclistas conocemos a lo que nos exponemos y por ese motivo somos cuidadosos, aunque esto no elimina el riesgo”, sostiene el argentino.
Etapas de montaña y contrarreloj
El Tour se combina entre etapas que son escaladas a grandes de montañas que llaman puertos con vertiginosos descensos, recorridos llanos y pruebas más cortas que se denominan contrarreloj. En estas pruebas en las que se lucen los velocistas cada ciclista se lanza individualmente, a la mayor velocidad posible en bicicletas especiales en las que llevan una posición aerodinámica y con cascos que les permiten minimizar el rozamiento con el viento. “Cada etapa tiene lo que denominamos especialistas. Hay corredores que por características físicas son sprinters, en general más altos y de piernas largas, que se destacan en las cronos o contrarreloj, y por otro lado están los escaladores de montaña, que son ciclistas más livianos y que pueden subir a muy buen ritmo”, cuenta Maxi.
Otra particularidad del Tour, también llamada “Grande Boucle”, es que alguna de sus etapas se desarrolla en caminos de adoquines que los franceses denominan pavée y que son una tortura para los ciclistas debida al golpeteo incesante y a las innumerables caídas.
Este año, el Tour contará con mayoría de etapas de montaña, que recorrerán los cinco grandes macizos franceses que incluyen los Pirineos y los Alpes. La única contrarreloj del Tour 2023 serán los 22 kilómetros entre Passy y la estación de Combloux de Alta Saboya, pero los sprinters tendrán ocasión de lucirse en las llegadas de las etapas en Bayona y en Burdeos, así como en Limoges, Moulins o Poligny, y en el último tramo de la carrera, que es la llegada a la meta en los Campos Elíseos, en un sprint final que muchos pelean por ganar porque es una de las etapas más prestigiosas y de mayor exposición. En 2022, esa última etapa se la llevó el belga Jasper Phillipsen, del equipo Alpecin-Deceuninck.
La pasión de la gente
Richeze describe al Tour como el mayor desafío de su trayectoria: “Es una combinación de situaciones que la hace una carrera única. A la presión por dar lo mejor de vos en todo momento se le agrega el clima. Es pleno verano en Europa, con un sol muy intenso sobre todo en la montaña, con subidas muy duras, etapas de adoquines, rutas angostas con mucha gente al costado de la ruta. Todo eso la hace una carrera con mucho riesgo. Tengo presente una etapa de unos 200 kilómetros donde hubo público al costado del camino todo el tiempo y se me hacía imposible escuchar las indicaciones en los auriculares por el nivel del ruido ambiente”, recuerda.
El público es un elemento omnipresente en el Tour. Al igual que en las competencias de rally o que las históricas carreras de Turismo Carretera en ruta en nuestro país, el público se instala al costado del camino ya días antes para tener una mejor ubicación con carpas y motorhomes, lo que le da un color y un ambiente inigualable.
El ciclista galés Geraint Thomas, ganador del Tour en 2018, segundo en 2019 y tercero en 2022, contextualizó sobre el público que los respalda a un costado: “A veces le sientes el aliento a cerveza, de tan cerca que gritan”. Tom Pidcock explicó sorprendido, luego de su primer Tour en 2022, la sensación que tuvo en las subidas de montaña, donde el público se agolpa frente a los ciclistas que se desplazan lentamente: “Es como si el mar se abriera en dos frente a ti. Es increíble que no derriben a ningún corredor”.
Récord de velocidad
El Tour 2022 fue el más rápido de la historia con un promedio de carrera del ganador Vingegaard de 42,026 km/h. “Esa media no ha hago yo ni en moto”, dijo en la meta el siempre gracioso ciclista colombiano Rigoberto Urán del equipo EF, sobre el ritmo desenfrenado de la prueba. Lo comentó luego de su novena participación en la competencia y de un puesto 40 muy por debajo de su expectativa.
Al ritmo frenético del danés se sumó el increíble descenso de Tom Pidcock, el joven ciclista inglés de 22 años, que luego de coronar el Col du Galibier se lanzó a la montaña y superó los 100 kilómetros por hora llevándose la etapa mítica de Alpe d’Huez.
En la serie que Netflix estrenó en junio pasado llamada: “Tour de France: En el corazón del pelotón”, el director general del equipo EF Education-Easy Post, Jonathan Vaughters, describe la hazaña de Pidcock y asegura: “En los descensos alpinos debes ser increíblemente hábil en la coordinación de tus ojos, manos y equilibrio. Si giras de más en una curva caés en la montaña. Es como si condujeras por una autopista a 100km/h vestido con un traje de baño, abrís la puerta y saltás del auto. Así será la caída”.
¿Qué significan los “maillots” de colores?
Inicialmente, cada corredor viste la camiseta de su equipo, que en ciclismo se denomina maillot, pero dentro del pelotón se observan indumentarias de diferentes colores y cada una tiene un significado. Por un lado, está el amarillo, que lo lleva el puntero en la clasificación general de acuerdo con la suma de tiempos descontando bonificaciones y sumando penalidades, y será el que reciba el ganador de la prueba.
Otro “jersey” especial es el blanco con puntos rojos, que se le adjudica al mejor de la montaña de acuerdo con los puntos obtenidos por la clasificación en las etapas de escalada.
También se suma la camiseta verde, que se le otorga al ganador de la clasificación por puntos de la competencia que puede no ser el que esté primero en la clasificación por tiempo porque se obtiene por la suma de puntos obtenidos en cada una de las etapas.
El maillot blanco se le entrega al corredor mejor ubicado menor de 25 años, sin tener en cuenta el ganador del amarillo. En 2022, Vingegaard obtuvo el amarillo con 25 años y Pogacar, el blanco con 22.
El premio a la combatividad se le otorga al corredor elegido por un jurado de acuerdo con la entrega y al protagonismo en cada etapa y en este caso no se identifica por un maillot diferente sino por el dorsal del corredor, que es un cuadrado rojo con los números blancos.
Un premio muy importante es la clasificación por equipo, pero en este caso no se otorga una camiseta diferente y lo podemos ubicar en el pelotón observando el color del dorsal de los corredores, que en el caso de los punteros, es de fondo amarillo.
Por último, se encuentra el maillot arco iris que usa el Campeón del Mundo de Ruta y es de fondo blanco con los cinco colores de los anillos olímpicos; azul, rojo, negro, amarillo y verde y se lleva en todas las etapas menos en las contrarreloj, donde lo usará el campeón de esa especialidad.
Todos los ciclistas están en comunicación con los directores y coordinadores de cada equipo que siguen la carrera en auto detrás del pelotón y dan indicaciones acerca de la estrategia por seguir y de los movimientos de cada competidor. Este vehículo cuenta con un set de bicicletas de repuesto, hidratación, comida y todo lo necesario para asistir a los corredores durante la carrera. Es frecuente que los gregarios también brinden apoyo a los líderes alcanzándoles líquido, brindando ayuda y hasta entregando su bicicleta si la de un líder se daña y el auto del equipo no llega a tiempo.
El ciclismo vivió una época oscura, marcada por el doping. El norteamericano Lance Armstrong ganó siete Tours entre 1999 y 2005, pero en 2012 comenzó un proceso que culminó con la anulación de todos los resultados conseguidos por Armstrong desde el 1 de agosto de 1998 en adelante, incluyendo una sanción de por vida para la práctica del deporte profesional. El 22 de octubre de 2012, la UCI (Unión Ciclista Internacional) hizo efectiva la sanción de por vida y le quitó los siete títulos ganados. Si bien el caso de Armstrong fue el más conocido por la magnitud de sus triunfos, otros ciclistas enfrentaron sanciones y muchos confesaron el dopaje argumentando que durante muchos años fue una práctica frecuente y masiva en el ciclismo profesional.
La confesión de Lance Armstrong
“Hoy cada ciclista esta incluido en un programa de monitoreo. Hay que cargar en una pagina los próximos tres meses detallando cada movimiento y el lugar donde te vas a encontrar para estar disponible para cualquier control sorpresivo. En mi caso han caído a las 3 de la mañana en mi casa para un control de sangre y orina. Al principio lo viví con un poco de incomodidad, porque es un muy intrusivo y requiere mucho rigor de parte de uno para registrar todos los movimientos pero después me di cuenta que es la manera de evitar suspicacias y sospechas y que todos compitamos limpios. Un ciclista profesional tiene dos cosas en la cabeza: entrenar y completar la página con todos tus movimientos”, precisa Richeze.
“El argentino elegante”
“El ciclismo argentino es todavía un deporte casi amateur, y si bien contamos con pruebas internacionales como la Vuelta de San Juan estamos muy lejos del nivel europeo”, afirma Richeze, aunque la historia guarda sorpresas porque el Tour de Francia cuenta con un doble ganador que se formó deportivamente en nuestro país. En 1907 y 1908 el francés Lucien Petit Bretón fue el primer ciclista en ganar dos veces el Tour.
Lucien transcurrió buena parte de su vida en Argentina porque llegó con su familia a nuestro país cuando tenía 8 años y a los 16 comenzó su carrera como ciclista. Aquí ganó dos veces la Luján-Buenos Aires en la categoría amateur y el Campeonato de Ciclismo de Fondo en 100 kilómetros. A los 19 años volvió a su Francia natal, donde construyó una exitosa carrera como deportista profesional. A Petit Breton, sus compatriotas lo llamaban “L’elegant argetin” porque se peinaba a la gomina con aire tanguero, usaba bigotes finitos y sacos entallados que copió de los arrabales porteños.
Lucien Petit - Breton (Fra) 1907 & 1908 Tour de France winner was born Lucien Mazan and was raised in Argentina from age 6. pic.twitter.com/7rHsiTiLzT
— The World of Cycling (@twocGAME) June 26, 2023
El Tour de Francia festeja 120 años y lo hace con un recorrido que rememora épicos ascensos de su historia. Arrancará en Bilbao, a poco de comenzar se internará en los Pirineos, luego cruzará el suroeste de Francia y después trepará a los principales macizos montañosos del país Galo. Finalmente agasajará, en un majestuoso París vestido de amarillo, a los héroes que soporten los algo más de 3400 kilómetros de la prueba ciclística más apasionante del planeta.