Después del tiroteo en el centro comercial de Indiana tenemos un héroe, pero eso no es una solución definitiva

Policía en la escena de un tiroteo masivo mortal en el centro comercial Greenwood, en Indianápolis, el domingo 17 de julio de 2022. (Lee Klafczynski/The New York Times)
Policía en la escena de un tiroteo masivo mortal en el centro comercial Greenwood, en Indianápolis, el domingo 17 de julio de 2022. (Lee Klafczynski/The New York Times)

Fue un acto de valor y aplomo digno de una película. Pero sucedió en la vida real: el domingo en la noche, un hombre fuertemente armado salió de un baño en un centro comercial de Greenwood, Indiana, y comenzó a disparar hasta que fue abatido por un transeúnte armado.

Mike Wright, gerente de Luca Pizza di Roma en el área de comida del centro comercial, recuerda haberse puesto a resguardo cuando comenzó el tiroteo para después salir, cuando este se detuvo, y ver a un transeúnte detrás de un murito con una pistola apuntada hacia el agresor, al que ya había matado.

“El hombre estaba de pie a unos ocho o nueve metros del cuerpo y mantuvo la pistola apuntada hasta que llegó la policía”, recordaba Wright el martes. “El buen samaritano se veía sereno y bajo control. Parecía una persona muy disciplinada”. Jim Ison, el jefe de la policía local, también añadió que su enfrentamiento con el atacante, quien ya había asesinado a tres personas, fue “un acto totalmente heroico”.

Pero junto con el horror, el drama y el elogio vino un clamor y una controversia renovada en un país unido por su repugnancia a una plaga incesante de violencia armada, pero tremendamente dividido con respecto al ablandamiento de las restricciones sobre el control de armas, como en el caso de la ley de Indiana que se aprobó hace poco, que le permite, en primera instancia, al transeúnte de 22 años, Elisjsha Dicken, portar su pistola de 9 milímetros.

Quienes proponen que se amplíe el derecho a las armas no tardaron en elogiar las acciones de Dickens. “Volveremos a decirlo: la única manera de detener a un malo con un arma es un bueno con un arma”, escribió la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por su sigla en inglés) en un tuit el lunes en la mañana.

No obstante, el acto de Dickens, aunque heroico, también es un unicornio estadístico. De acuerdo con la información del Centro Avanzado de Capacitación para una Respuesta Rápida de las Fuerzas Policiales de la Universidad Estatal de Texas, un estudio de 433 ataques de tiradores activos en Estados Unidos entre los años 2000 y 2021 reveló que solo 22 de ellos terminaron cuando un transeúnte le disparó al agresor. En diez de esos casos, este transeúnte era un guardia de seguridad o un oficial de la policía que no estaba en servicio. En otros encuentros, los civiles que intentaron enfrentar y detener al atacante murieron por disparos de la policía.

“Esto es una excepción más que una regla; sucede con muy poca frecuencia”, comentó Adam Skaggs, abogado en jefe y director de políticas en el Centro de Leyes Giffords para la Prevención de Violencia con Armas de Fuego, acerca de los escenarios como el de Indiana. “La realidad es que el hecho de que haya más personas con armas de fuego implica que más conflictos escalen a una violencia mortal y mueran más personas por disparos de estas armas”.

Elisjsha Dicken ha sido identificado como el transeúnte "buen samaritano" en el tiroteo que tuvo lugar en el interior de un centro comercial de Greenwood, Indiana, el 17 de julio de 2022. (vía The New York Times)
Elisjsha Dicken ha sido identificado como el transeúnte "buen samaritano" en el tiroteo que tuvo lugar en el interior de un centro comercial de Greenwood, Indiana, el 17 de julio de 2022. (vía The New York Times)

La policía identificó al atacante del centro comercial Greenwood Park como Jonathan Douglas Sapirman, de 20 años de edad, pero no ha hablado del móvil. Sin embargo, es casi seguro que la participación de Dickens salvó vidas: la policía afirmó que Sapirman, quien disparó 24 cartuchos, había ido al lugar con más de 100 cartuchos de municiones, dos rifles y una pistola. Dickens mató al agresor quince segundos después de que comenzó el tiroteo, señaló Ison el martes, cuando corrigió un comunicado anterior.

Este ataque fue asociado con otro acto de violencia masiva que acentuó la pesadilla, similar a la que vive el protagonista de la película Hechizo del Tiempo, y de la cual parece que Estados Unidos no puede despertar. Unas horas después del tiroteo en el centro comercial, les dispararon a cuatro personas, una de las cuales falleció, en una vigilia sin relación alguna en un parque a catorce kilómetros al norte de Greenwood.

Ese mismo día, un comité especial de la Cámara de Representantes de Texas publicó un informe de 77 páginas en el que reprobaba la respuesta de la policía a la acción del agresor de la masacre del 24 de mayo en una escuela primaria de Uvalde, Texas, en la cual casi 400 oficiales de la policía esperaron para confrontarlo mientras morían diecinueve niños y dos maestras.

La información de la Universidad Estatal de Texas señala que los tiroteos masivos en Estados Unidos van en aumento. Al mismo tiempo, la ley de Indiana forma parte de un intento concertado de los legisladores conservadores estatales por facilitar el porte de armas. Indiana es uno de los 25 estados que han aprobado las leyes constitucionales de porte que permiten que la gente lleve un arma de fuego oculta sin que se necesite tener una licencia.

Paul Helmke, un profesor de la Escuela de Asuntos Públicos y Medioambientales O’Neill de la Universidad de Indiana y expresidente y director general de la Campaña Brady para Prevenir la Violencia con Armas de Fuego, comentó que la maniobra de Dickens hizo que el tiroteo en el centro comercial terminara “mejor de lo que podría haber sido”.

Pero señaló que las situaciones donde hay un tirador activo tienden a ser demasiado caóticas —y demasiado propensas a terminar en tragedia— como para confiar en la intervención de transeúntes armados, quienes a veces pueden interferir en una respuesta eficaz de las fuerzas policiales, cosa que dificulta a los oficiales de la policía distinguir entre un atacante y un civil armado bien intencionado.

“Se tiene que tomar una decisión en fracciones de segundo, y uno de los problemas con los ciudadanos armados es que cuando la policía responde, o cuando otro transeúnte lo hace, no siempre se sabe quién es el bueno”, comentó.

En un debate de Fox News sobre el tiroteo de Indiana, Brandon Tatum, un comentarista conservador y exoficial de la policía, se sumó a la postura de la NRA de que los transeúntes armados podrían contribuir de manera importante para mantener la paz. “Creo que los portadores de armas buenos, o al menos los que poseen armas de manera legal, son la receta para tener éxito en combatir a las personas que no quieren respetar la ley”, comentó Tatum.

Esta semana, en The Federalist, un sitio web conservador, el editor en jefe David Harsanyi señaló una serie de incidentes recientes en los que personas armadas pudieron evitar que gente con malas intenciones cometiera actos violentos. Harsanyi argumentó, entre otras cosas, que la información de los investigadores de la Universidad Estatal de Texas era engañosa.

“A menos que seamos capaces de leer el pensamiento, es imposible cuantificar la frecuencia con la que la presencia de personas buenas armadas disuade a los asesinos”, escribió. “Es probable que los atacantes, suicidas o no, prefieran blancos fáciles que permitan que el impacto sea más terrible, cosa por la cual sencillamente no entiendo por qué no querríamos entrenar a los maestros (que tengan disposición) a usar armas de fuego”.

Pero Adam Winkler, un especialista en políticas de armas de la Facultad de Derecho de la Universidad de California, campus Los Ángeles, señaló que en Estados Unidos hay 400 millones de armas, pero que este país tiene uno de los peores historiales de muertes por armas. “Si el hecho de que hubiese más armas ayudara a que disminuyeran los delitos, Estados Unidos sería el país más seguro del mundo”, aseveró.

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