Tigres y su apuesta por Veljko Paunovic con la que arriesgan y se salen de la comodidad de siempre

Veljko Paunovic en noviembre pasado en un partido entre Chivas y Cruz Azul. (ULISES RUIZ/AFP via Getty Images)
Veljko Paunovic en noviembre pasado en un partido entre Chivas y Cruz Azul. (ULISES RUIZ/AFP via Getty Images)

Tigres ha encontrado un nuevo director técnico. Se trata del serbio Veljko Paunovic, que volverá al futbol mexicano desde de su paso por Chivas. Hasta diciembre del año pasado, Pauno dirigió al Rebaño Sagrado, pero finalmente salió del club tapatío. Su máximo alcance fue, justamente, disputar una final de Liga MX ante los propios Tigres, en la que perdió por 3-2 tras llevar una ventaja de 2-0 durante mediotiempo. Fue un desenlace traumático para la afición rojiblanca, pero de alguna forma dejó reflejada la capacidad de Paunovic, pues se trató de su primer torneo en México y llegó a esa instancia con un futbol sólido y atractivo, mismo que Chivas no había ejecutado desde hacía mucho tiempo.

Su segunda campaña no igualó ese rendimiento, pero al menos logró entrar de nuevo a la Liguilla tras superar una mala racha. Con ese resurgimiento, Paunovic dejó claro que podía sortear también los momentos negativos. Tras medio año sin club, Tigres lo ha traído de vuelta a México para tomar el lugar que dejó vacante Robert Dante Siboldi (irónicamente fue con él con quien Paunovic perdió la final). Se trata de un movimiento peculiar, pero que está muy bien pensado: Tigres otorga las llaves del club a un entrenador que ya probó su capacidad en México y que, además, aporta algo diferente a lo que se ve siempre en el entorno nacional.

Durante mucho tiempo, tanto a Tigres como a su vecino Rayados se les ha cuestionado algo elemental al momento de contratar entrenadores: por qué no buscan a gente más allá de los nombres de toda la vida. Suelen ir a la segura con personajes de amplia experiencia, que están calados en México y han hecho una carrera longeva, pero que no garantizan innovación en los métodos de entrenamiento ni de juego. Y claro, no es que provenir de Europa garantice un sistema moderno, pero las evidencias hablan por sí solas: Chivas, con Paunovic, mostró un nivel superior a lo visto con entrenadores tradicionales. Estuvo, como se decía antes, a 45 minutos de ser campeón en apenas su primer torneo.

En ese sentido, Tigres ha elegido un camino de equilibrio: un entrenador que le puede aportar diferentes dinámicas a su equipo y que, al mismo tiempo, conoce ya el futbol mexicano. De esta forma, se han ahorrado la curva de aprendizaje y adaptación que se les supone a los entrenadores que llegan de otros países. Fue lo que hizo el América también cuando eligió a André Jardine por el trabajo que había hecho con el Atlético San Luis. Primero demostró que comprendía el futbol mexicano ahí y luego en el América dejó claro que su capacidad no estaba en tela de juicio.

Además, en esta elección, destaca un factor: Tigres ha valorado un subcampeonato; es decir, el trabajo que hubo de Paunovic para llegar hasta ahí. Esa no ha sido la norma en sus últimas contrataciones, en las que habían ponderado a directores técnicos con pasado ganador inmediato: Piojo Herrera, Diego Cocca, Robert Siboldi. Todos, cuando llegaron a Tigres, ya habían sido campeones de la Liga MX al menos en una ocasión. En esta oportunidad, han visto más allá del oro y apostado por un proyecto que pinta ambicioso.

Ahora, desde luego, el reto será que Veljko Paunovic demuestre que puede hacer jugar bien a un equipo con este poderío. Se puede argumentar que la lupa es mayor en Chivas, pero el entorno local de Tigres ejerce una presión igual o hasta superior, además de que ahora contará con un plantel más vasto que lo obligará a ofrecer un rendimiento satisfactorio desde las primeras jornadas y, desde luego, a contender por el título del futbol mexicano.

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