Esta tierra se convirtió en su tierra; los ciudadanos estadounidenses nuevos alcanzan una cifra sin precedentes en 15 años

Mom Leveille de pie en el balcón de su casa en Fort Worth, Texas, el 1 de enero de 2023. (Emil Lippe/The New York Times).
Mom Leveille de pie en el balcón de su casa en Fort Worth, Texas, el 1 de enero de 2023. (Emil Lippe/The New York Times).

Una mañana de mucho viento de la primavera pasada, Mom Leveille se puso un holgado vestido rojo y sandalias de tacón alto y se dirigió nerviosa a un estadio de beisbol en el distrito de Brooklyn en la ciudad de Nueva York. Casi dos años antes, Leveille, una refugiada de Camboya, había solicitado la ciudadanía estadounidense y por fin se acercaba el momento en que prestaría el juramento permanente de lealtad al país en el que su familia había encontrado un lugar seguro.

Leveille se sumó a 250 personas de 65 países que, en las gradas del Parque Maimónides, prestaron su juramento ante los jueces vestidos con sus togas negras. Al igual que Leveille, de 39 años, muchos de los nuevos estadounidenses habían esperado más de un año para ser invitados a la ceremonia de naturalización desde que presentaron sus solicitudes.

Ese día, Leveille se secó las lágrimas cuando se levantó para pronunciar un discurso acerca de la seguridad, el voto electoral y la responsabilidad que implicaba convertirse en ciudadana. “El proceso duró muchísimo tiempo y esto fue muy emotivo”, comentó.

Tras un largo paréntesis debido a los confinamientos por el COVID-19 que ocasionaron la suspensión de reuniones públicas, el cierre de las oficinas de inmigración y el retraso de las solicitudes de ciudadanía, las ceremonias de naturalización se están volviendo a celebrar en los estadios, los recintos deportivos y los juzgados de todo el país.

Casi un millón de inmigrantes obtuvieron la ciudadanía durante el año fiscal que terminó el 30 de septiembre; esta fue la cifra más alta en casi quince años y la tercera en toda la historia, de acuerdo con un análisis reciente del Centro de Investigaciones Pew que demuestra el impacto cada vez mayor que tiene la inmigración respecto a quien vive, trabaja y vota en Estados Unidos.

“Las personas tienen incentivos para obtener la ciudadanía”, señaló Jeffrey S. Passel, un demógrafo sénior del Centro de Investigaciones Pew, quien es coautor de este estudio basado en los datos del gobierno. “Las cifras no solo han repuntado, sino que están llegando a niveles que pocas veces hemos visto en la historia de nuestro país”.

El número total de personas que quieren obtener la ciudadanía no se refleja en los datos de fin de año y de hecho es mucho más elevada debido a la acumulación de solicitudes. Alrededor de 670.000 naturalizaciones todavía siguen pendientes.

La abogada de inmigración Ana Maria Schwartz en su oficina de Houston, el 31 de diciembre de 2022. (Ilana Panich-Linsman/The New York Times)
La abogada de inmigración Ana Maria Schwartz en su oficina de Houston, el 31 de diciembre de 2022. (Ilana Panich-Linsman/The New York Times)

El gobierno de Biden ha tomado diversas medidas para agilizar el proceso, como la simplificación de los formatos y la reorientación de los entrevistados, de ciudades cuyas oficinas de inmigración están saturadas a las que tienen capacidad. Eso ha ayudado a reducir el retraso de más de un millón de solicitudes pendientes en diciembre de 2020.

Hace poco, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por su sigla en inglés), la agencia encargada de gestionar las solicitudes, también anunció que pronto llevaría a cabo el ensayo de una prueba de naturalización modificada con la intención de que sea más justa y consistente. Para la evaluación oral, se les pedirá a los candidatos que describan tres fotografías de algunas actividades cotidianas, del clima y de la comida. El propósito es probar su uso habitual del inglés, y no en preguntas complicadas cuyas respuestas pueden diferir de manera considerable de acuerdo con la historia personal de los inmigrantes y sus países de origen. (De todos modos, se les pedirá a los solicitantes que contesten en inglés por separado algunas preguntas de seguridad como parte del examen).

“Es bueno para la nación que las personas se integren a ella de la manera más completa que puedan”, afirmó Ur M. Jaddou, directora del USCIS. “Eso ha sido una prioridad desde el inicio de este gobierno”.

Las iniciativas del gobierno de Biden van en sentido contrario a las del gobierno de Trump, que aumentó el análisis de las solicitudes e hizo que la prueba para obtener la ciudadanía fuera más complicada y difícil como parte de su plan para limitar la inmigración legal.

Pero esa postura del gobierno sobre la inmigración fue contraproducente e hizo que muchas personas que tenían mucho tiempo siendo residentes legales tomaran conciencia sobre el hecho de que un permiso de residencia no los protege de la deportación. Y muchas se sintieron impulsadas a solicitar la ciudadanía para así poder ejercer su voto.

“Una de las estrategias más miopes adoptadas por el gobierno de Trump fue reducir de manera deliberada las tasas de naturalización”, señaló Wayne A. Cornelius, director fundador del Centro de Estudios Comparativos sobre la Inmigración de la Universidad de California, campus San Diego.

“El repunte en el gobierno de Biden refleja principalmente la inseguridad provocada por la incesante satanización de los inmigrantes por parte de los políticos republicanos, así como una mayor confianza de que pueden pasar la prueba modificada”, explicó. (El presidente Joe Biden reincorporó la prueba anterior después de que asumió el cargo, a fin de prepararse para renovarla todavía más).

Los inmigrantes que demuestren tener una residencia permanente legal ininterrumpida en Estados Unidos de al menos cinco años, o tres años si su cónyuge es ciudadano estadounidense, son candidatos para solicitar la ciudadanía. Deben aprobar una investigación de antecedentes, presentar una gran cantidad de documentos de respaldo y aprobar pruebas de civismo e inglés durante la entrevista.

Las 970.000 naturalizaciones del año fiscal de 2022 fueron las más numerosas desde el año fiscal de 2008, cuando 1,05 millones de inmigrantes obtuvieron la ciudadanía, que fue una cifra sin precedentes. (Las cifras se han registrado desde el año 1907).

En 1997, hubo un repunte de las solicitudes de naturalización después de que 2,7 millones de inmigrantes que vivían de manera ilegal en el país cambiaron su situación legal gracias a un programa de amnistía de 1986, el cual hizo que fueran candidatos a la ciudadanía años más tarde. La cantidad de solicitudes también aumentó en el año fiscal de 2005, antes de que incrementaran las tarifas.

Ahora, las tarifas del gobierno suman 725 dólares y contratar a un abogado puede añadirle varios miles de dólares a ese costo.

De acuerdo con los cálculos del Centro de Investigaciones Pew, la población de los ciudadanos naturalizados en Estados Unidos se triplicó entre 1995 y 2019 y pasó de 7,6 a 22,1 millones. El porcentaje de todos los inmigrantes elegibles que fueron naturalizados ha aumentado de manera constante, del 38 por ciento en 1995 a casi dos terceras partes en 2019.

Los nuevos electores podrían ser determinantes en estados como Pensilvania, Nevada, Míchigan y Arizona, cuyo gran electorado de ciudadanos naturalizados ha sido muy importante. Es probable que en los próximos años se naturalicen muchos más residentes permanentes en esos estados decisivos.

“Estos nuevos electores están listos para la movilización y ayudarán a decidir qué partido predominará en estos estados”, señaló Louis DeSipio, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de California, campus Irvine. “Sobra decir que estos estados determinan qué partido gana la presidencia”.

Alrededor de nueve millones de inmigrantes en Estados Unidos son residentes legales permanentes elegibles para obtener la ciudadanía.

Menos de la mitad de quienes proceden de México, El Salvador, Guatemala, Honduras y Japón están naturalizados, en comparación con al menos el 80 por ciento de los originarios de Camboya, Irán, Laos, Polonia y Vietnam.

Además de otorgarles el derecho al voto, la ciudadanía autoriza a las personas a formar parte de un jurado y apoyar a otros familiares para que obtengan su residencia en Estados Unidos. También les proporciona el acceso a ciertas prestaciones federales y empleos en el gobierno.

Sin embargo, según los expertos, pese a los esfuerzos del gobierno de Biden para agilizar el proceso, tendrá que pasar algún tiempo para que haya un impacto significativo en la acumulación de las solicitudes de ciudadanía.

“Las cosas van en buena dirección, pero no es fácil ponerse al corriente”, comentó Xiao Wang, director general de Boundless, una empresa de tecnología que ayuda a las familias a transitar por el sistema de inmigración.

“Están naturalizando a más personas, pero el tiempo de espera sigue siendo largo: de 15 a 18 meses”, aseveró.

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