La quieren desalojar con 97 años, pero encontró ayuda donde menos la esperaba

Una anciana de 97 años con cáncer y amenazada de desalojo ha recibido solidaridad de donde menos lo esperaba: cientos de personas desconocidas, y gracias al poder de Internet.

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Marie Hatch. Foto de Reuters.

Marie Hatch ha vivido alquilada durante 66 años en la misma casa de la localidad de Burligame, en California, pero el último dueño de la propiedad decidió venderla.

Desafortunadamente para Hatch, las leyes de Burligame no la protegen del desalojo. De hecho, no protegen a ninguna persona sobre la base de longevidad, enfermedad o etnicidad, como sí sucede en ciudades como San Francisco.

Por suerte para Hatch, su amiga Lisa Krieger acudió a Internet y estableció una página GoFundMe para ayudarla. En tan sólo 3 días casi 1,000 personas han aportado más de 41,000 de los 50,000 dólares necesarios que la anciana enferma pueda hallar un lugar donde pasar los últimos días de su vida.

“No puedo creer las muestras de amor y compasión por Marie. Realmente muestran lo mejor de la humanidad”, dijo Krieger.

Hatch paga 900 dólares al mes por la casa que comparte junto a su compañera de 85 años de edad, Georgia Rothrock, unas 20 millas (32 km) al sur de San Francisco. El alquiler promedio de un apartamento de dos dormitorios en el condado es de 2,800 dólares al mes.

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Marie Hatch. Foto de ABC

La historia, publicada primero por el diario San Francisco Chronicle, ha generado un verdadero movimiento de solidaridad hacia Hatch y hostilidad hacia el dueño de la propiedad, David Katz, que planea vender el área de esa casa y la contigua por hasta 3 millones de dólares.

De acuerdo con Krieger, la dueña de la casa hizo una promesa verbal de permitirle a Hatch vivir allí por el resto de sus días, pero Kantz niega que ese acuerdo verbal haya existido, y por demás no tendría validez.

Dave Crow, de la firmada de abogados Crow and Rose, dijo que hay muy poco margen de acción para que Hatch pueda quedarse en la casa. “¿Es inmoral? Completamente. ¿Es legal? Completamente”, dijo Crow a Reuters.

Por suerte, donde las leyes no ayudan la solidaridad humana ha tendido una mano.