Una terapia génica podría ofrecer un anticonceptivo para gatos

Gatas domésticas adultas involucradas en el estudio de un nuevo anticonceptivo no quirúrgico basado en la administración por vectores virales de una sustancia llamada hormona antimülleriana felina, que interfiere en el desarrollo de los folículos ováricos. (Zoológico y Jardín Botánico de Cincinnati vía The New York Times)
Gatas domésticas adultas involucradas en el estudio de un nuevo anticonceptivo no quirúrgico basado en la administración por vectores virales de una sustancia llamada hormona antimülleriana felina, que interfiere en el desarrollo de los folículos ováricos. (Zoológico y Jardín Botánico de Cincinnati vía The New York Times)

Por cada gato que comparte nuestro hogar como animal de compañía, hay un enorme mundo oculto de gatos callejeros: una horda que crece y se reproduce con rapidez.

Su vida está plagada de enfermedades infecciosas, depredadores y autos a gran velocidad. Además, por su cuenta, son grandes cazadores de millones de aves y pequeños mamíferos al año.

En Estados Unidos, hay voluntarios cuyo objetivo principal es atrapar gatos, llevarlos a clínicas para esterilizarlos por cirugía y devolverlos a sus colonias. Sin embargo, controlar las poblaciones de gatos callejeros es costoso y complicado a nivel logístico. Muchas comunidades, sobre todo en países fuera de Estados Unidos y Europa, carecen de recursos veterinarios y económicos para coordinar esas iniciativas.

“Hallar una alternativa a la cirugía ha sido el objetivo de mucha gente durante décadas y simplemente no ha habido nada más que haya demostrado ser eficaz”, comentó William Swanson, director de investigación animal del Zoológico y Jardín Botánico de Cincinnati.

Dicho método podría estar por fin en el horizonte. En un estudio publicado la semana pasada en la revista Nature Communications, una inyección única de una terapia génica impidió el embarazo en gatas durante al menos dos años. El estudio fue extremadamente pequeño: se compararon seis gatas que recibieron la inyección de terapia génica con tres que no la recibieron.

Al limitar el tamaño del estudio a unas pocas gatas, los investigadores pudieron realizar un monitoreo exhaustivo de cada una, en el que analizaron 15.220 muestras de heces liofilizadas para determinar los niveles de estrógeno y progesterona, y examinar 1200 horas de video de conducta de apareamiento, explicó Swanson.

La inyección anticonceptiva administra un gen que penetra en las células musculares, lo cual les permite bombear una sustancia llamada hormona antimülleriana (AMH, por su sigla en inglés) que interfiere en el desarrollo de los folículos ováricos.

Los investigadores advirtieron que se necesitará mucha más investigación para comprobar los resultados preliminares. Y si estudios más amplios confirman que el tratamiento —la primera terapia génica desarrollada en específico para animales— es seguro y eficaz durante toda la vida de un gato, el control de su población no requerirá la experiencia quirúrgica de los veterinarios, afirmó Swanson.

David Pépin, biólogo de la reproducción en el Hospital General de Massachusetts en Boston, en un inicio estudiaba la AMH como posible terapia contra el cáncer de ovario, pero decidió analizar su efecto en los ovarios. Cuando inyectó la hormona en ratonas, sus ovarios se redujeron al tamaño de una recién nacida, lo cual sugiere que la AMH podría tener propiedades anticonceptivas.

Pépin está investigando el uso potencial de la AMH en personas, no como terapia génica, sino como píldora o inyección para tomarse de manera continua. La mayoría de los anticonceptivos actuales impiden la ovulación, pero la AMH actuaría antes, bloqueando la maduración de los folículos.

Pépin cree que podría ser útil para las mujeres que no pueden tomar píldoras anticonceptivas con progesterona o estrógenos por razones médicas o que podría ayudar a preservar la fertilidad en las mujeres que estén en tratamientos contra el cáncer. “Es una hormona con la que no habíamos jugado antes y que podría tener muchas aplicaciones diferentes en la salud de las mujeres”, afirmó.

Es poco probable usar la AMH como terapia génica permanente en personas. “Pero en realidad es la herramienta perfecta para controlar la superpoblación felina”, aseguró Pépin. Cuatro de las gatas del estudio no mostraron comportamientos que indicaran que estaban listas para aparearse y dos permitieron que gatos machos se aparearan con ellas, pero no ovularon.

Pépin y Swanson, un experto en reproducción felina (y miembro del consejo asesor científico de la Fundación Michelson Found Animals, la cual financió el trabajo), están planeando un estudio más amplio que podría respaldar una solicitud presentada en la Administración de Alimentos y Medicamentos para que esta considere la comercialización de la terapia en gatos.

También están probando la terapia en cachorros de gato, los cuales pueden tratarse a partir de las ocho semanas, así como en perros, que también tienen enormes poblaciones callejeras, en particular en otros países.

“Esto es muy emocionante y espero que dé resultado”, opinó Julie Levy, veterinaria de la Escuela de Medicina Veterinaria en la Universidad de Florida, en Gainesville, Florida, quien no participó en el estudio. “¿No sería genial enviar a un técnico al campo a inyectar a los gatos y luego dejarlos ir?”.

El estudio es un ejemplo de una práctica de la fundación Michelson, la cual “destina mucho dinero al problema” para encontrar métodos anticonceptivos no quirúrgicos para perros y gatos callejeros, según Levy, quien trabaja con gatos en colonias al aire libre y refugios, tanto en Estados Unidos como en el extranjero.

Sin embargo, Levy advirtió que todavía faltaba mucho por aprender de un estudio de mayor envergadura, como cuánto dura la inyección, si es tan segura como parece y cuál es en realidad la proporción de gatas que protegerá del embarazo, “porque es probable que no sea el 100 por ciento”.

Hay quienes señalan que podría no ser tan fácil. Si la inyección es eficaz, duradera y más barata que la cirugía de esterilización y castración, podría ser muy valiosa, opinó Autumn Davidson, veterinaria de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de California, campus Davis. No obstante, para recibir la inyección hay que capturar a los animales y las gatas sin esterilizar que son expertas en eludir las trampas de la gente todavía podrían complicar el control de la población.

c.2023 The New York Times Company