Terapia conductual, una salida contra el trastorno por atracones: estudio


Un nuevo estudio de la universidad de Yale encontró que los pacientes con trastorno por atracones (BED) y obesidad pueden ser ayudados rápidamente y beneficiarse significativamente de una terapia conductual específica y un medicamento específico.

El estudio, publicado en The American Journal of Psychiatry, probó el tratamiento de pérdida de peso conductual, es decir, una terapia conductual centrada en cambios graduales en el estilo de vida conductual, incluidas reducciones moderadas en la ingesta calórica y aumentos en la actividad física, y el aprendizaje de técnicas conductuales, autocontrol y habilidades de resolución de problemas para abordar los desafíos.

También probó un tratamiento farmacológico específico (medicamentos combinados de antrexona-bupropión que está aprobado por la FDA para la pérdida de peso en personas con obesidad). Estos tratamientos se probaron solos y se combinaron en 136 pacientes con BED y obesidad coexistente.

Los investigadores descubrieron que la terapia conductual para perder peso y la naltrexona-bupropión se asociaron con mejoras significativas en el BED.

Los resultados mostraron un patrón consistente de terapia conductual que era superior a la ninguna terapia para los resultados primarios de reducción de la atracones y la pérdida de peso, y para las medidas secundarias de reducción de la psicopatología del trastorno alimentario, la depresión y la mejora de las variables cardiometabólicas.

EL ATRACÓN DE COMIDA OCURRE CON FRECUENCIA CUANDO ESTÁN SOLOS

El estudio no encontró una interacción significativa para las terapias conductuales y farmacológicas, lo que sugiere pocas ventajas para combinar los tratamientos para las personas con BED.

Las personas con BED comen cantidades inusualmente grandes de alimentos en cortos períodos de tiempo mientras experimentan una sensación subjetiva de pérdida de control sobre la alimentación.

El atracón de comida ocurre con frecuencia cuando están solos, a pesar de no tener hambre. A menudo conduce a molestias físicas y emocionales, y generalmente se acompaña de fuertes sentimientos de angustia, vergüenza y disgusto.

BED es un gran problema de salud pública. Está fuertemente asociado con la obesidad, con un riesgo significativamente mayor de comorbilidades psiquiátricas y médicas asociadas, y con una serie de deficiencias funcionales y problemas psicosociales.

Sigue siendo poco reconocido o diagnosticado y tratado con poca frecuencia, aunque está asociado con una alta utilización de la atención médica para otros problemas de salud o asociados.

El estudio fue dirigido por el primer autor Carlos Grilo, PhD, profesor de psiquiatría y psicología en la Escuela de Medicina de Yale, y colegas de Yale POWER, que tiene como objetivo desarrollar y mejorar los tratamientos para los trastornos alimenticios y la obesidad. N

Newsweek en Español te recomienda también estas notas:

La demencia podría afectar a 78 millones de personas para 2030: OMS

Cómo detectar los primeros signos del alzhéimer

La indiferencia, el ‘asesino’ de las relaciones humanas de hoy