Teléfono. Llaves. Cartera... ¿Cerebro?

Los expertos señalan que algunas fallas en la memoria son parte normal del funcionamiento del cerebro. (Nicolàs Ortega/The New York Times)
Los expertos señalan que algunas fallas en la memoria son parte normal del funcionamiento del cerebro. (Nicolàs Ortega/The New York Times)

Hace poco estaba en el supermercado cuando una mujer se me acercó corriendo. “¡Jancee!”, dijo. “¿Cómo estás?”.

Sonreí. Me parecía conocida, pero ¿cómo se llamaba? Mientras conversaba, recité en silencio el alfabeto con la esperanza de que me refrescara la memoria. Por favor, que no se llame Zoe, pensé; ya no puedo seguir fingiendo.

Es normal preguntarse si nuestra memoria empeora con la edad, y no es una preocupación irracional: unos 5,8 millones de estadounidenses padecen demencia, que se caracteriza por una pérdida significativa de las funciones cognitivas y el mayor factor de riesgo de la demencia es el envejecimiento.

No obstante, algunas fallas de la memoria relacionadas con la edad no son motivo de preocupación. Conversé con cuatro expertos sobre cómo cambia la memoria, cómo podemos recordar un poco más y cuándo hablar de los olvidos con un médico.

Olvidar nombres por un momento y perder objetos es normal.

Le pregunté a Mario Méndez, director de neurología conductual de la Facultad de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles, respecto a los problemas de memoria relacionados con la edad, pero me corrigió: “Yo diría ‘cambios en la memoria’”, señaló. “Y eso no se traduce forzosamente en un problema”.

En un estudio de casi 50.000 personas, los investigadores descubrieron que la memoria a corto plazo alcanza su punto álgido alrededor de los 25 años, pero, según Méndez, a partir de los 50 la zona del cerebro encargada de recuperar los recuerdos es menos eficiente. Aun así, “esto no significa que tenemos una disfunción”, aseveró. Por eso, si te cuesta recordar “aquella película protagonizada por aquel tipo”, el recuerdo suele estar ahí, dijo Méndez, solo que tarda más en aflorar. “Y de repente, cinco minutos después, te acuerdas”, explicó.

Olvidar las llaves del auto o el nombre de alguien suele considerarse un fallo del cerebro, pero no lo es, según Ronald Davis, profesor de neurociencia del Instituto de Innovación y Tecnología Biomédica Herbert Wertheim Scripps de la UF. Estamos desbordados de información, señaló Davis, y el cerebro tiene que gestionar los recuerdos. “Olvidar es una parte normal de la función cerebral”, dijo.

Hay maneras de mantener la memoria relativamente ágil.

Que los cambios de memoria sean normales no significa que no puedas intentar mejorarla, aseveró Arman Fesharaki-Zadeh, profesor adjunto de neurología y psiquiatría de la Facultad de Medicina de Yale. En lugar de recurrir a trucos para mejorar la memoria (como el que yo probé en el supermercado), puede ser útil algunos cambios en el estilo de vida.

En primer lugar, según Fesharaki-Zadeh, hay que limitar hacer varias cosas a la vez. No es bueno para la salud del cerebro en general, pero a medida que envejecemos, nuestra capacidad para hacerlo “suele disminuir”, afirmó.

Ten cuidado con el estrés, que influye directamente en la memoria, comentó Fesharaki-Zadeh. Añadió que varios estudios relacionan la falta de sueño con los déficits de memoria, así que haz lo posible por descansar lo suficiente. La dieta también influye. Se ha demostrado que comer frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables está relacionado con una mejor cognición.

Por último, según Fesharaki-Zadeh, media hora diaria de ejercicio cardiovascular puede generar neuronas nuevas en la zona del hipocampo del cerebro, que es fundamental para la consolidación de la memoria.

En ocasiones conviene visitar al médico.

Hay circunstancias en las que conviene consultar al médico, afirmó Fesharaki-Zadeh. Si alguien que te conoce bien señala que tus olvidos han cambiado significativamente, podría ser síntoma de algo más grave. Entre las primeras señales de demencia, según la Asociación de Alzheimer, se incluyen la pérdida de la capacidad de recordar sucesiones de hechos, problemas para calcular distancias y una necesidad cada vez mayor de ayudas para la memoria, como notas o alertas en los teléfonos celulares.

Si crees que la pérdida de memoria está alterando tu vida cotidiana, solicita una cita con un médico, recomendó Scott Small, profesor de neurología en Columbia y autor de “Forgetting: The Benefits of Not Remembering”. Un buen médico, explicó, explora las posibles causas de los problemas de memoria, ya sea una enfermedad u otros factores, como ciertos analgésicos o somníferos.

Después de hablar con los expertos en funciones cerebrales, me sentí más tranquila y resultó que mi amiga se llamaba Erica, así que solo durante unos segundos tuve que fingir que la reconocía.

c.2023 The New York Times Company