Tantos niños muertos en Gaza y ¿para qué?

Piensa en lo siguiente: en la actualidad, el lugar más peligroso para un niño en todo el mundo es la Franja de Gaza.

Ese es el diagnóstico de Catherine Russell, directora ejecutiva de la UNICEF, quien no es una sensiblera radical, sino que fue embajadora y es una abogada veterana que ha trabajado para los presidentes Joe Biden y Barack Obama.

Al momento, parece que más del doble de los niños de Gaza han muerto desde el inicio de la guerra el 7 de octubre que en todos los conflictos mundiales en 2022, según cifras de las Naciones Unidas.

“Casi uno de cada 150 niños palestinos ha sido asesinado en Gaza en solo dos meses”, señaló Zaher Sahloul, presidente de MedGlobal, un grupo de asistencia que trabaja en ese lugar. “La cifra equivale a medio millón de niños estadounidenses”.

Sahloul advirtió que muchos otros niños podrían “morir a causa de infecciones, enfermedades provocadas por agua contaminada o deshidratación”, mientras que otros padecerán discapacidades físicas de por vida.

Podemos y debemos despreciar la fuerza represiva, misógina y homofóbica que usa a civiles palestinos como escudos humanos. Entendemos que Israel, ante el trauma provocado por los asesinatos y violaciones salvajes de Hamás, esté decidido a contratacar; sin embargo, el hecho de que Hamás sea indiferente ante las vidas de los niños palestinos no significa que Israel o Estados Unidos deban ser igual de irresponsables.

El gobierno de Joe Biden ha seguido defendiendo a Israel, no solo cuando lo atacan, lo cual es correcto, sino incluso cuando este ocasiona la muerte de grandes cantidades de palestinos. Contrario a que Israel está recibiendo el mensaje de mostrar contención, según asegura el gobierno de Biden; Naciones Unidas informó que esta semana “vio en Gaza parte de la artillería más pesada hasta el momento” y que “de ser posible, está por presentarse un escenario aún más infernal”.

“No hay ni un lugar seguro en Gaza”, aseveró Martin Griffiths, funcionario de Naciones Unidas para asuntos humanitarios. “Esa evidente indiferencia ante la humanidad básica debe parar”.

Volker Türk, comisionado para los derechos humanos de las Naciones Unidas, sugirió que tanto Hamás como Israel han cometido crímenes de guerra; no obstante, demasiados estadounidenses condenan las muertes de un lado, pero no las del otro. Le decimos al mundo que apoyamos a Ucrania porque creemos en el “orden internacional basado en reglas”, pero proporcionamos artillería que termina matando a muchísimos niños en Gaza.

Muchas personas ven los acontecimientos a través de un prisma en el que las vidas son invaluables por un lado, mientras que las muertes de otras son lamentables.

Las autoridades sanitarias de Gaza aseguran que, hasta el momento, 16.248 personas fueron asesinadas en el lugar, aproximadamente un 70 por ciento de estas son mujeres y niños. Es imposible verificar las cifras, pero los observadores de derechos humanos afirman que estas son creíbles y en el pasado han demostrado ser confiables. Un funcionario del gobierno de Biden le dijo al Congreso que las cifras reportadas podrían ser menores a las verdaderas (debido a la cantidad de cuerpos que no se han recuperado de entre los escombros).

Si esas cifras son correctas, eso significa que, en promedio, cada siete minutos son asesinados una mujer o un niño desde que comenzó la guerra. Algunos han sido bebés en incubadoras.

Por supuesto, el salvajismo de los ataques del 7 de octubre precipitó el bombardeo y Hamás sigue reteniendo rehenes. Debería ejercerse toda la presión diplomática posible sobre Hamás para que libere a esos rehenes y, mientras tanto, permita las visitas de trabajadores humanitarios. La afición de algunos progresistas estadounidenses a arrancar carteles a favor de los rehenes es nauseabunda, como lo es la ola de antisemitismo que hemos visto tanto en Estados Unidos como en Europa.

Hay una distinción: Hamás mató y secuestró niños deliberadamente el 7 de octubre. Israel no está matando a niños palestinos a propósito; simplemente está bombardeando vecindarios enteros con muy poca atención a la vida civil. Existe una diferencia moral, pero no quisiera intentar explicársela a los padres de Gaza que están de luto.

Aun reconociendo el derecho de Israel a defenderse, ¿de qué manera está promoviendo su seguridad arrasando grandes zonas con bombas de 900 kilogramos? Estados Unidos le ha aconsejado a Israel, en repetidas ocasiones, que utilice bombas más pequeñas y ataques más quirúrgicos, en parte para evitar convertir victorias tácticas en derrotas estratégicas.

Hasta donde llega nuestra estimación, estos son los resultados de la operación hasta el momento:

— Israel parece haber degradado modestamente la capacidad militar de Hamás. Un portavoz militar israelí calculó que varios miles de combatientes de Hamás habían muerto, lo que podría equivaler al 10 por ciento o menos de la fuerza de Hamás.

— Hamás ha ganado popularidad y credibilidad en Cisjordania (cuando la visité en fechas recientes, había banderas de Hamás por todas partes).

— Se puso en peligro a rehenes israelíes y, al parecer, los mataron.

— La ola mundial de apoyo que Israel recibió al principio fue sustituida por una avalancha de simpatía hacia los palestinos.

— Hamás logró uno de sus objetivos: volver a poner la causa palestina en la agenda mundial.

— La aversión por la pérdida de vidas palestinas ha puesto en peligro la estabilidad de vecinos como Jordania y ha aplazado por ahora cualquier esperanza de acuerdo entre Israel y Arabia Saudita.

— Los riesgos de un levantamiento en Cisjordania aumentaron, junto con los de una guerra más amplia con Líbano.

¿Lo anterior ha hecho que Israel sea un lugar más seguro? ¿Lo suficiente para justificar el asesinato de una mujer o un niño cada siete minutos?

He cubierto muchos conflictos, y una de las cosas más sorprendentes del bombardeo de Gaza es lo intenso que ha sido. Alrededor de la mitad de los edificios del norte de Gaza presentan daños estructurales, según los análisis de las imágenes satelitales.

Al arrasar con vecindarios enteros y matar a un gran número de civiles, en lugar de utilizar bombas más pequeñas y adoptar una estrategia mucho más quirúrgica, como han instado los funcionarios estadounidenses, Israel ha provocado cada vez más exigencias de un alto al fuego prolongado que posiblemente equivaldría a una victoria de Hamás. En resumen, me temo que infligir bajas masivas es un error tanto estratégico como moral; mientras que partes de Gaza fueron arrasadas con el objetivo de destruir a este grupo, eso podría ser lo que rescate a Hamás.

Mira, es difícil mantener una conversación sobre el Medio Oriente, porque la gente se divide en bandos con rapidez, pero el bando en el que deberíamos estar es el de los niños que mueren en vano tanto en Israel como en Gaza sin que se logre la seguridad de nadie. Las vidas de los niños israelíes, estadounidenses y palestinos tienen el mismo valor y deberíamos actuar en consecuencia.

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