Susana Giménez: "Cada día estoy un poquito mejor, pero sigo muy dolorida"

Susana Giménez deberá tener un yeso todo este mes y después deberá hacer kinesiología

Susana Giménez acaba de despertarse en una mañana de bajas temperaturas en Uruguay, de esas que anticipan el invierno y que en el campo se sienten más. El ritual del desayuno y la lectura de los diarios, sus placeres matinales, la permiten olvidarse del intenso dolor que siente en su brazo por la luxación de su codo izquierdo, provocada cuando tropezó al subir una escalera de su casa en la madrugada del viernes 29 de mayo. Mientras desayuna, dialoga con LA NACION con notables signos de dolor: "Cada día estoy un poquito mejor, pero sigo muy dolorida, muy dolorida", enfatiza la diva. Aquella noche fue Patricio Giménez, su hermano, quien la acompaña en su estadía en Uruguay, quien llamó al servicio de emergencias Cardiomóvil. Los profesionales, ante el cuadro y el dolor intenso que sentía Susana, decidieron trasladarla al Sanatorio Cantegril, muy famoso en la zona de Maldonado. "Se me cruzaron los huesos de los codos", explica la exitosa conductora, quien también fue sometida a un hisopado para descartar el contagio de coronavirus. El resultado fue negativo, pero deberá permanecer sin salir de su casa hasta el viernes 5 para cumplir con las dos semanas estipuladas por las autoridades sanitarias.

-¿Cómo continúa el tratamiento?

-Ayer me hicieron nuevas radiografías y debo tener el yeso bastante tiempo, por lo menos tres semanas más para que los huesos se junten. Además tengo que ir una vez por semana al médico.

Aunque algunas versiones habían hablado de una intervención quirúrgica, tal procedimiento no existió: "No me operaron. Solo estoy enyesada, nada más". Por tratarse de zonas muy sensibles, la recuperación es lenta y engorrosa: "Es muy molesto, me duele muchísimo, todavía no se me pasó el dolor".

De Palermo a Punta del Este

Susana Giménez viajó la última semana de mayo a Uruguay y su partida causó polémica

Susana Giménez causó revuelo con su viaje a Uruguay en medio de la cuarentena impuesta ante la pandemia del coronavirus. Sin embargo, el traslado se realizó bajo estricto protocolo sanitario y con todos los requisitos legales que autorizaron el mismo. "Firmé más papeles que si hubiese ido a la Rusia del comunismo", retrucó la actriz ante las críticas. Sabido es que Susana transcurre buena parte del año en La Mary, su residencia esteña donde puede dedicarse a la lectura, el cuidado de la huerta y entretenerse con sus perros. La diva llegó a su mansión de Rincón del Indio, en Punta del Este, el sábado 23 de mayo por la tarde. Alrededor de las 17, traspasó la tranquera de su casa de aires orientales sobre una colina que le permite una vista única de los campos. Pocos días después, al subir una escalera con Rita, su nueva mascota, y un bolso, trastabilló. El accidente doméstico alteró su rutina y las posibilidades de un descanso más placentero. Sumado a ese mal momento, a las pocas horas trascendió un reclamo que le habría hecho el Sindicato de Choferes Particulares por aportes patronales adeudados. Desde el entorno de Susana confirmaron a LA NACION que el tema estaba en manos del estudio contable de la diva. Marcelo Ahumada, su chofer, la acompaña desde hace años y es su mano derecha cuando debe asistir a eventos públicos. Según explicaron desde su círculo más íntimo, Susana no estaría al tanto del detalle de esas liquidaciones, ante lo cual también ella misma buscaría una explicación sobre el tema.

Cada día, Susana amanece a media mañana, momento del día en el que los dolores se sienten más debido al enfriamiento que sufren las articulaciones durante el descanso. Durante la charla con LA NACION, la diva no ocultó su malestar. "A mí nunca me habían enyesado un brazo. Es incomodísimo para dormir, para todo", reconoce sin evadir el incordio que significa no poder disponer de la libre movilidad del cuerpo. Espontánea como marca en el orillo y fiel a su estilo, hasta se permite bostezar. "Estoy recién despierta", se justifica entre risas. Susana en estado puro.

Con el transcurrir del día, Susana retoma cierta normalidad. Con el cuerpo en acción, los dolores ceden algo. De hecho, ayer por la tarde, recorrió su campo y jugó con sus animales. Incluso se mostró divertida en las redes sociales al constatar cómo Rita, su nueva mascota, había destrozado una pequeña huerta elevada sobre una estructura de madera.

El futuro

Susana Giménez y sus proyectos para la pantalla chica en pausa

Lo atípico de la pandemia del covid-19 alteró los planes de los canales con grillas alteradas y programaciones que se arman día a día. En este sentido, es muy probable que Susana no regrese este año a la pantalla de Telefe. De hecho, la opción inicial era debutar el domingo 5 de julio para iniciar la habitual temporada de seis meses que la diva lleva a cabo cada año. Pero ahora, en principio, a comienzos de julio, Susana estará recién despidiéndose de su yeso e iniciando la rehabilitación kinesiológica. Con un panorama pandémico global tampoco es posible concretar la grabación de los viajes por el mundo junto a celebridades internacionales, otra de las posibilidades previstas para el ciclo de la diva. Sin embargo, aún no está dicha la última palabra y el canal, propiedad de Viacom CBS, no descarta que su máxima estrella pueda presentarse en el último trimestre del año o realizar un ciclo de especiales o hasta una imponente gala de Navidad como se acostumbra en las cadenas de televisión europeas como la RAI o TVE.

"Es un año muy raro, pasan cosas insólitas", dice Susana con un dejo de resignación. Respira hondo. Se escucha el resoplido. Casi como un ejercicio catártico, como un mantra para alinear sensorialidades. Como una forma de aceptar y no forzar un devenir atípico, traumático. "Espero dentro de tres o cuatro semanas estar bien. Así es la vida", finaliza la diva.