Los supercentenarios de Japón conocen el verdadero secreto para vivir más y mejor: sigue estos 4 hábitos simples
Fusa Tatsumi, la japonesa más anciana acaba de fallecer a la edad de 116 años
Comer poco, moverse sin ambiciones atléticas, meditar, compartir con amigos y vecinos y tener un objetivo de vida, son algunos de los hábitos que han practicado los "supercentenarios" o mayores de 110 años que viven en Japón y que definitivamente conocen la fórmula para vivir más y mejor.
La japonesa Fusa Tatsumi murió el pasado 12 de diciembre a los 116 años de edad y el año pasado falleció su compatriota Kane Tanaka, a los 119 años. A ellas las precedió Chiyo Miyako, que vivió por 117 años, desde 1901 hasta 2018.
También es japonés Jiroemon Kimura, que vivió hasta los 116 años, el hombre más longevo que se conozca en el mundo.
Todos ellos son supercentenarios de Japón, un país que actualmente ostenta la asombrosa cifra de 342 individuos que superan los 110 años de edad.
Se dice que Japón es el segundo país del mundo con población más longeva después de Mónaco. Sin embargo, el pequeño principado europeo suele dejarse fuera de la lista por ser uno de los países más ricos y caros del mundo habitado por menos de 39.000 personas.
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Cuando Fusa Tatsumi murió, el gobernador de la ciudad de Osaka, Hirofumi Yoshimura, ofreció sus condolencias y dijo recordar “lo enérgica que era” la anciana.
Tal vez, esta mujer que nació en 1907 y fue testigo de un siglo en el que el mundo cambió de forma radical, tenía claro su ikigai o sentido de la vida, una de las cualidades que tienen muchos supercentenarios.
Sabiduría y moderación
Fusa Tatsumi, recibió el título de la persona más longeva de Japón tras el fallecimiento el año pasado de la reconocida por el Guinness World Records como la persona más anciana del mundo Kane Tanaka.
Tatsumi nació en una localidad cercana a la ciudad de Osaka, se graduó de la escuela primaria, se casó con un agricultor y tuvo tres hijos.
Tras su muerte, los medios han informado que esta japonesa practicaba la jardinería, disfrutaba de la ceremonia del té y de hacer arreglos florales.
El único inconveniente de salud que reportó fue una fractura de cadera cuando tenía 70 años, un problema que obviamente superó con éxito tras sumar más de cuatro décadas a su vida.
La forma en la que esta japonesa vivió se enmarca en la cultura de la moderación de la que habla Yumi Yamamoto, presidenta de LogeviQuest, la organización que valida las edades de las personas más ancianas del mundo y se encarga de recopilar las historias de aquellos que han logrado vivir más de 110 años.
Yamamoto es además bisnieta de Shigeyo Nakachi, la segunda mujer más longeva de Japón en 2021, año en el que falleció con 115 primaveras.
Como experta en longevidad, Yamamoto reveló a Insider cuatro hábitos que tienen los centenarios japoneses que ella ha podido confirmar de primera mano y que pueden servir de guía a los que quieren llegar o aproximarse a estas edades en buenas condiciones físicas y mentales.
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Estos cuatro hábitos son:
Hara hachi bu: Con esta frase los japoneses se recuerdan a sí mismos antes de cada comida que no deben comer hasta reventar. De hecho, la idea es comer hasta estar 80 % lleno y dejar un espacio libre en el estómago.
La “alimentación consciente” y la restricción calórica leve podría ser una práctica beneficiosa para aumentar los años de vida.
La técnica consiste en comer más lentamente para permitir que el cuerpo responda a la señal de que ya no quiere seguir comiendo, y esto significa que hay que apartar los distractores como el televisor o los celulares y concentrarse en los sabores y la experiencia gastronómica en general.
Para seguir este método lo más recomendable es usar envases pequeños para servir la comida.
Hacer todo con moderación: Yamamoto dice que de sus conversaciones con los supercentenarios japoneses ha extraído el aprendizaje de hacer todo con moderación y nada en exceso.
“Comen de forma equilibrada”, dice y agrega que no solo lo aplican a la comida o la bebida, sino también a otros aspectos como no pasar la noche entera en vela o evitar ambientes abrumadores o demasiado estresantes.
Radio gimnasia: Desde 1928 existe en Japón una transmisión de radio que invita a los oyentes a hacer ejercicios durante cinco minutos al día, una invitación que han aceptado con gusto los supercentenarios a lo largo de los años.
La mayoría de estos longevos no va al gimnasio y, en cambio, caminan, suben escaleras o hacen ejercicios en grupo.
Dejar el automóvil y preferir el transporte público y las caminatas son parte del secreto.
Buena postura: Yamamoto cuenta que su bisabuela era siempre muy estricta en cuanto a su postura y mantenía su espalda muy recta.
“Una cosa que he notado sobre los supercentenarios y centenarios japoneses es que son muy disciplinados y estrictos consigo mismos en términos de postura recta”, dice la presidenta de LongeviQuest y comenta que aunque la mayoría de los ancianos tienden a encorvarse con el paso de los años, los japoneses se mantienen derechos.
La Escuela de Medicina de Harvard informa que las malas posturas producen problemas de espalda, de cuello, falta de equilibrio, dolores de cabeza y dificultades respiratorias, y ofrece otros interesantes detalles provenientes de una de sus instituciones asociadas, el Hospital Brigham and Women’s.
La fisioterapeuta Meghan Markowski, del Brigham and Women’s, dice que actualmente se investiga cómo la postura pudiera estar afectando el estado de ánimo, el sueño, la fatiga y la alineación de la mandíbula.
La especialista también menciona que una postura inadecuada tiene consecuencias como incontinencia, estreñimiento, acidez estomacal y digestión lenta, situaciones que como es obvio suponer, evitarían llegar a la vejez en buena forma.
“Encorvarse aumenta la presión abdominal, lo que ejerce presión sobre la vejiga”, dice Markowski al referirse a la incontinencia, una situación que se traduce en esas incómodas escenas en las que la persona libera orina cuando tose o se ríe.
Zonas azules
Existen cinco lugares en el mundo en los que se ha verificado la existencia de más pobladores que tienen más de 100 años y que se conocen como Zonas Azules.
El término fue usado por primera vez en 2004 por el demógrafo belga Michel Poulain y por el médico italiano Gianni Pes que descubrieron que en la región italiana Barbaglia de la isla de Cerdeña había una buena cantidad de hombres centenarios.
A lo largo de sus investigaciones, publicadas en el Journal of Experimental Gerontology, los científicos usaron mapas y encerraron en círculos azules las áreas con pueblos longevos y se refirieron a ellas como zonas azules.
Sobre esta base, el periodista estadounidense Dan Buettner emprendió un trabajo de investigación, que con frecuencia contó con la participación de Poulain y Pes, y producto de este esfuerzo escribió el libro “El secreto de las zonas azules: Come y vive como la gente más saludable del planeta”.
Hasta el momento se han detectado en el mundo 5 zonas azules: Cerdeña, en Italia; la isla de Okinawa, en Japón; la localidad de Nicoya, en Costa Rica: la isla de Icaria, en Grecia y la comunidad adventista de Loma Linda en California.
En su libro, Buettner dice haber descubierto que la receta para lograr vivir muchos años tiene que ver con un estilo de vida saludable ejercido en la comunidad adecuada y abrazando prácticas espirituales, una fórmula que parece sencilla, pero para quien nació con ella.
Las zonas azules tienen la interesante característica de estar casi aisladas y tener menos acceso - de forma intencional o no - a alimentos procesados, azúcares, químicos y grasas saturadas.
Los habitantes de estas zonas han sido analizados y se ha confirmado que el ADN no tiene nada especial o diferente al del resto del planeta.
En cualquier caso, los investigadores de las zonas azules han encontrado que sus residentes centenarios tienen en común estos hábitos:
Practican una actividad física.
Tienen un ikigai, razón de ser o propósito en la vida.
Combaten el estrés con actividades que alimentan el espíritu como el rezo, la meditación, la ceremonia del té o la siesta.
Tienen una dieta en la que predominan los vegetales, las frutas y las verduras.
Comen raciones pequeñas.
No consumen alcohol o lo hacen en muy pocas cantidades.
Mantienen los vínculos familiares.
Forman parte activa de su comunidad y tienen sentido de pertenencia.
Gente azul
La persona que actualmente ostenta el título de más longeva del mundo es la estadounidense de raíces españolas María Branyas que cumplirá 117 años el 4 de marzo de 2024 y en la lista de los que sobrepasan los 100 años hay brasileños, venezolanos, ecuatorianos y mexicanos, entre otras nacionalidades.
La organización Longeviquest no ha encontrado centenarios en Rusia, en casi ningún país de África y tampoco en los que conforman el llamado mundo árabe como se puede observar en su sitio.
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