Su suegra nunca tuvo un álbum de casamiento y 62 años después, le regaló el primero: su reacción conmovió a todos
Nélida es de Villa Regina, Río Negro, y a sus 88 años nunca imaginó que recibiría de parte de su hijo Ariel y de su yerno Gastón, un regalo tan especial: su álbum de bodas que sucedió hace 62 años y que recién en enero de este año logró tener con ella. La historia de la costurera ya retirada se viralizó en las redes sociales y causó conmoción por las imágenes sobre su reacción al ver tamaña sorpresa. En diálogo con LA NACION, la familia describió cómo fue ese momento único.
Piru o Pirucha, como le dicen sus allegados, contaba con las fotos en un tamaño pequeño, las cuales imprimió después de su casamiento con Enrique, pero, debido a las inclemencias del país, el realizar un álbum con las postales en una dimensión ampliada, se tornó costoso y la meta de completar algún día esas memorias, quedaron en el pasado.
El casamiento ocurrió en 1961 y luego de la luna de miel, Enrique perdió el trabajo debido a que cerró la fábrica en donde estaba. Esto obligó a la familia a guardar sus ahorros y enfocar los gastos en cosas más urgentes, y no tanto en un libro de imágenes de esa unión matrimonial.
Recién el año pasado, a Ariel se le ocurrió entregarle a su mamá un álbum con todas las fotos en un tamaño más grande, y fue Gastón, quien se ocupó de un largo y arduo proceso para lograr tal objetivo.
Gastón es programador y tiene una pasión muy arraigada por la fotografía, la cual comenzó desde adolescente y que lleva profesionalmente 12 años en carrera. Es por ello que le dedicó varias horas a este proyecto con la razón de ver y hacer feliz a su suegra.
“El proceso de ampliar las fotos fue extenso y arduo. Muchas horas delante de la Mac scanneando los negativos y después haciendo el proceso de restauración de los mismos. Eso fue lo más tedioso. Las primeras 100 fotos fueron muy divertidas de restaurar porque el proceso, para mí, era novedoso. Las otras 200 ya no fue tan grato. Tuve que suspender toda la digitalización y restauración por casi 3 o 4 meses para descansar un poco. Fueron muchas horas delante de la Mac mirando foto por foto (más de 200) para encontrar errores y arreglarlos”, describió el oriundo de Floresta, CABA.
En su blog, el cual se llama como su nombre: Gastonabril.com.ar, al presentar la serie de fotografías del tierno momento, destacó: “Estábamos todos deshidratados de la emoción”. Al abrir el álbum, Piru se ocupó de contarles los detalles de ese día mágico. De los colores del vestido y los trajes, a la comida, las bebidas y la fiesta en general.
Cuando la vida sorprende sin previo aviso
El día en que decidieron presentarle el trabajo concluso, lo envolvieron y se lo llevaron. “Fue muy emotivo. Ella no esperaba recibir el álbum. Ariel le había dicho que le íbamos a regalar algo, pero ella no sabía qué”, indicó Gastón.
Acerca de la reacción de Piru, comentó: “No dijo absolutamente nada, simplemente supo de qué se trataba al momento de ver la primera hoja”. Su expresión fue “lo mismo que se ven en las fotos del post”, aseguró y agregó: “Se agarró la cabeza, hizo un gesto como de no poder creer lo que estaba viendo y, conforme iba viendo las fotos, se largó a llorar con mayor o menor intensidad”.
Ese objeto se volvió preciado para Piru. Allí se plasmó una de sus vivencias únicas e irrepetibles. En un simple gesto, se denotó la importancia de las fotos, de su poder inconmensurable en la memoria y en perdurar conforme avanza el tiempo. Es por ello que la ilusión de ella y su agradecimiento fue tal que hoy en día no lo tiene en un cajón, sino que Gastón mencionó: “Lo lleva con ella a todos lados y se lo muestra a todo el mundo”.
Revuelo en las redes y “viaje en el tiempo”
Gastón publicó algunas de las fotos en su cuenta de Instagram: @ludomatic y en X, en donde rápidamente se viralizaron. Según entiende acerca de este y otros trabajos que suele también postear en su blog, “no hay una idea por detrás en términos reales de ‘que quiero transmitir a la gente que consume mis fotos’. Principalmente, lo hago para mí y para llevar un registro fotográfico de todos los años vividos”.
“Creo que el éxito de todo fotógrafo [lo digo sin considerarme en lo más mínimo exitoso] yace en dejar de pensar las fotos para el otro y sacarlas para uno. Con esa premisa en mente, no está el peso de querer agradar y eso hace, a mi entender, que las fotos sean más reales y tengan otra llegada”, añadió.
En cuanto a la repercusión de las postales de Nélida, comentó: “Fue muy grande, tanto de gente que no conozco como de amigos y familiares. Sentí algo muy generalizado en casi todos los mensajes que recibí. Me comentaron que durante la cantidad de tiempo que estuvieron sumergidos en la historia leyéndola, los abstraje de su realidad por un rato”. Y concluyó: “Me llevé a todo el mundo, durante 5 o 10 minutos, en un viaje del tiempo, 63 años atrás. Fue una sensación increíble”.