Suecia y Finlandia formalizaron su pedido de ingreso en la OTAN y Turquía promete trabar el proceso

El presidente de Finlandia, Sauli Niinisto, a la izquierda, y la primera ministra de Suecia, Magdalena Andersson, asisten a una conferencia de prensa conjunta en Estocolmo (Anders Wiklund/TT News Agency via AP)
El presidente de Finlandia, Sauli Niinisto, a la izquierda, y la primera ministra de Suecia, Magdalena Andersson, asisten a una conferencia de prensa conjunta en Estocolmo (Anders Wiklund/TT News Agency via AP)

PARÍS.– El momento fue histórico para la seguridad europea y sin duda un nuevo dolor de cabeza para Vladimir Putin. Después de décadas de neutralidad, Finlandia y Suecia presentaron este miércoles formalmente sus solicitudes de adhesión a la OTAN en el marco de una intensa actividad diplomática para superar la oposición de Turquía, el miembro más turbulento de la Alianza Atlántica.

“Es un hecho histórico en un momento crítico para nuestra seguridad”, declaró el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, tras recibir en Bruselas los pedidos de adhesión de manos de los embajadores de ambos países nórdicos. “Esperamos concluir el proceso rápidamente”, agregó.

En ese momento, intensas consultas se realizaban en el Consejo Atlántico, para tratar de superar la oposición de Turquía. Ankara acusa a Suecia de ser “un vivero de organizaciones terroristas”, como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), organización calificada de terrorista por Turquía como por Estados Unidos y la Unión Europea (UE).

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se opone al ingreso de Suecia en la OTAN
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se opone al ingreso de Suecia en la OTAN


El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se opone al ingreso de Suecia en la OTAN

El gobierno turco reprocha a Finlandia y Suecia bloquear los pedidos de extradición de personas acusadas de terrorismo por su gobierno, así como de congelar las exportaciones de armas hacia Turquía.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, puede, en efecto, demorar la apertura del proceso, después bloquearlo negándose a firmar los protocolos de adhesión y por fin negarse a ratificar el ingreso. La unanimidad de los 30 miembros de la Alianza es imperativa para que un nuevo país se incorpore a la OTAN. Pero en el seno de la organización había ayer serenidad.

“Si bien todo es posible, en la Alianza Atlántica siempre se encuentra una solución”, afirmó una fuente diplomática europea.

“Nuestra única demanda es que la OTAN dé muestras de buena voluntad ante los esfuerzos legítimos de Turquía para proteger sus fronteras”, dijo Erdogan, reiterando su oposición a la adhesión de los países nórdicos.

“No podemos decir que sí. Apoyar al terrorismo y solicitar nuestro apoyo es una falta de coherencia”, insistió el mandatario turco, que jamás pierde oportunidad para obtener alguna ventaja política.

También Washington se mostró confiado en cuanto a una rápida solución: “Somos muy optimistas en cuanto al desenlace”, afirmó Jake Sullivan, consejero para la Seguridad Nacional del presidente Joe Biden. Poco antes, en un comunicado, el mandatario norteamericano había saludado “con entusiasmo las candidaturas históricas” de ambos países nórdicos a la OTAN.

“Mientras sus candidaturas son examinadas, Estados Unidos trabajará con Finlandia y Suecia para mantener la vigilancia ante toda amenaza contra nuestra seguridad común. Y para desalentar y hacer frente a toda agresión o amenaza de agresión”, aseguró Biden, quien recibirá este jueves a la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, y al presidente islandés, Sauli Niinisto, en la Casa Blanca.

En una declaración mucho menos violenta de lo que se esperaba, Putin había estimado el lunes que “las adhesiones de Finlandia y Suecia a la OTAN no constituían una amenaza en sí mismas, pero que Rusia reaccionará ante (eventuales) despliegues militares”.

La jornada de este miércoles también estuvo marcada por la decisión de Moscú de expulsar a 27 diplomáticos españoles, 24 italianos y 34 franceses. Un gesto calificado por el mismo Kremlin de “represalia” por las expulsiones decididas semanas atrás por varios países europeos.

Calificando la decisión rusa de “acto hostil”, el primer ministro italiano, Mario Draghi, hizo un llamado a no romper los canales diplomáticos con Moscú.

Juicio y condena

El primer soldado ruso juzgado por crímenes de guerra en Ucrania se declaró ayer “culpable”. Vadim Shishimarin, suboficial de 21 años, se declaró “culpable” del conjunto de los cargos que le son reprochados, incluyendo crimen de guerra y asesinato premeditado. Acusado de haber abatido a un civil de 62 años el 28 de febrero en el noreste de Ucrania, el sargento originario de Irkutsk, en Siberia, respondió “sí” al juez que le preguntó si reconocía “sin reservas” los hechos.

El sargento ruso Vadim Shishimarin, de 21 años, en una corte en Kiev
Efrem Lukatsky


El sargento ruso Vadim Shishimarin, de 21 años, en una corte en Kiev (Efrem Lukatsky/)

Vestido con un buzo azul y caqui con capucha, ese suboficial con cara de niño estaba a cargo de una pequeña unidad en el seno de una división de tanques cuando su convoy fue atacado y, con otros cuatro militares, robó un auto. Mientras circulaban por el pueblo de Shupakhivka, en la región de Sumy (noreste), se cruzaron con un hombre de 62 que empujaba su bicicleta mientras hablaba por teléfono.

“Uno de los militares ordenó al acusado matar al civil para que no los denunciara”, según la Justicia ucraniana, que precisa que el hombre murió “en el acto”. A comienzos de mayo, las autoridades ucranianas habían anunciado su detención, publicando un video en el cual Shishimarin declara haber ido a Ucrania para “ayudar financieramente a su madre”.

Precisamente, los esfuerzos del Kremlin para obtener la incorporación voluntaria de jóvenes para combatir en Ucrania encuentran cada vez más resistencia. En los últimos días numerosos centros de reclutamiento fueron atacados con bombas molotov en las regiones menos urbanas del país.