Suecia, corazón de Escandinavia

Las cortinas de luz de las auroras boreales brillaban en el cielo, dando un tono mágico al paisaje. Yo estaba en Suecia, la tierra de los vikingos, donde lagos y canales se entrecruzan como arterias en la geografía del país. Aquí, en el corazón de Escandinavia, los suecos despliegan una faceta curiosa: por un lado, su sociedad es un modelo de eficiencia y bienestar; por otro, me encontré con personas que, pese a tener todo “resuelto”, parecían ahogarse en los dilemas más elementales de la vida. Viajar a Estocolmo, Uppsala, Lidingö y Västerås se convirtió en una exploración no sólo de paisajes y cultura, sino también de contrastes humanos que desafían cualquier estereotipo. Suecia es mucho más que simple estampa nórdica.

Campana histórica de Gunilla, del 1588, Estocolmo.
Campana histórica de Gunilla, del 1588, Estocolmo.

Comencé mi travesía en Uppsala, hogar de la universidad más antigua de Escandinavia y donde Alejandro, mi nieto, estudia su doctorado en biomedicina. Uppsala vivió su renacimiento en el siglo XVIII cuando el botánico Carl Lineo se convirtió en profesor de la universidad en 1741 y atrajo a multitud de estudiantes de toda Europa. Hoy en día Uppsala acoge a más de 30,000 estudiantes, una cifra más que respetable en una ciudad de apenas 150,000 habitantes.

Vista de la Catedral de Uppsala desde el río Frysån.
Vista de la Catedral de Uppsala desde el río Frysån.

En el Museo de la Evolución de la Universidad de Uppsala, vimos la colección de fósiles más grande de Escandinavia: 5 millones de piezas únicas, especímenes zoológicos, paleontológicos y mineralógicos, y tres dientes del Hombre de Pekín. La historia del museo viene del siglo XVII. Destacados científicos como Lineo, Celsius y Alstromer, donaron sus colecciones al museo. En Upsala, también es famosa la catedral, un impresionante edificio gótico cuyos orígenes se remontan al siglo XIII. Es la catedral más grande y alta de toda Escandinavia. Gamla Uppsala, el asentamiento original de la ciudad en tiempos de los vikingos, era la residencia más antigua de los reyes suecos de la dinastía de los Yngling.

Gamla Uppsala, asentamiento original de la ciudad, en tiempos del reino vikingo.
Gamla Uppsala, asentamiento original de la ciudad, en tiempos del reino vikingo.

LA VENECIA DEL NORTE

De Uppsala a Estocolmo, por autopista, o por tren, el viaje tarda una hora. Estocolmo, la capital de Suecia, es una ciudad que, dividida por aguas brillantes, se extiende a través de 14 islas unidas por puentes, que la convierten en la Venecia del norte. Sin embargo, su archipiélago, compuesto por más de 60 islas, es un mundo por sí solo. A pesar de su modernidad y avances tecnológicos, Estocolmo aún retiene en sus esquinas el aroma de una cultura milenaria, como el Ayuntamiento, o Stadshuset en sueco. Desde el exterior, el edificio ya impresiona con su fachada de ladrillo rojo y su torre cuadrada, cuya silueta se destaca en el horizonte de la ciudad. El estilo arquitectónico del Ayuntamiento combina elementos del Renacimiento italiano con influencias nórdicas.

Salón Azul, sede del Premio Nobel, Ayuntamiento de Estocolmo.
Salón Azul, sede del Premio Nobel, Ayuntamiento de Estocolmo.

Fue obra del arquitecto Ragnar Östberg y se inauguró en 1923. Lo más destacado fue la visita al Salón Azul, el famoso escenario donde se lleva a cabo el banquete del Premio Nobel cada 10 de diciembre. Aunque el salón fue diseñado originalmente para ser una sala de reuniones, su grandeza lo convirtió en el lugar perfecto para este evento de renombre mundial. Aquí es donde los laureados, los miembros de la realeza y los invitados especiales se reúnen para celebrar los logros más destacados en diversas disciplinas.

Al finalizar la visita al Salón Azul, el recorrido por el Ayuntamiento nos llevó por varias otras salas y patios, cada uno con su propia identidad y función. Salir del Ayuntamiento me dejó con una sensación de asombro e inspiración. Es un lugar donde la arquitectura y la historia se encuentran, donde la excelencia humana es celebrada en un escenario digno de tal honor. Este edificio no es solo un lugar de gobernanza, sino un monumento a la cultura y los logros de la humanidad. Sin duda, una visita obligada para comprender la esencia de Estocolmo y de Suecia en general.

Cuartel de caballería de las fuerzas armadas suecas.
Cuartel de caballería de las fuerzas armadas suecas.

Otro día fuimos a Västerås a visitar a Ricardo Rivas, ingeniero eléctrico venezolano, compañero de estudios de mi esposa, Maripaz, en el Giacomo Leopardi, de Caracas, que emigró con su familia por la tragedia de Venezuela. “No me falta nada”, dijo. “Tenemos buen trabajo, mi esposa y yo. Compramos casa, y mis hijos están adaptados, felices, y con novia sueca”. Västerås , con 129.000 habitantes, tiene excelente calidad de vida, es el puerto interior más grande de Suecia y el centro de su industria eléctrica.

En cuanto a la gastronomía, la variedad es asombrosa. Desde platos tradicionales como arenques, albóndigas y el smörgåsbord hasta influencias internacionales, dado el alto número de inmigrantes que ha acogido el país. Sabores de Medio Oriente, Asia y África se mezclan en una paleta gastronómica diversa y rica.

VASA Y SKANSEN

En Estocolmo se debe visitar el Museo Vasa, para ver el buque de guerra que naufragó en las aguas de Estocolmo, el 10 de agosto de 1628, a menos de doscientos metros del astillero en su viaje inaugural. Después de 333 años en el fondo del mar, fue rescatado. Usaron técnicas, equipos, ingenieros, buzos y hoy es la nave del siglo XVII en mejor estado de conservación del mundo. Recibe el nombre de Vasa, por la dinástica reinante en esa época: Gustavo Adolfo II Vasa.

Torre en el parque de historia y tradiciones suecas, Skansen, Estocolmo.
Torre en el parque de historia y tradiciones suecas, Skansen, Estocolmo.

Skansen, es el parque museo al aire libre más grande de Suecia. A la salida comimos un sándwich de carne de alce, con papas. Luego fuimos al casco histórico, a encontrarnos con una pareja de psiquiatras colombianos, residentes en Estocolmo, hace 35 años, Martha Ligia y Jorge Eduardo Rincón Viatela, quienes compartieron sus experiencias. Antes caminamos por los alrededores del Jardín del Rey, el Gran Hotel, el edificio del Parlamento y el Palacio Real. Da la impresión de que “el gran problema que tienen los suecos es que no tienen con quien dejar el perro, en la casa”. Un paciente los llama y asegura que “se va a suicidar, pero no lo hace porque ama a su perro”. “Los estudiantes pueden estudiar las materias que quieran y hacer en clase lo que deseen”.

“Cuando los suecos lo tienen todo, lo mínimo se les crece”. “Están enfrascados en una crisis que sigue sin resolver”. Suecia tiene los conductores más educados y amables. Viajar en autopistas es como un paseo de meditación; manejan seguros, sin sobresaltos. “El sueco es muy parco, no va más allá del saludo, para no molestarte”, sostiene mi nieto. “Pasean en la calle, y no te miran a los ojos, lo hacen para no invadir tu privacidad”, agrega. La bicicleta es un transporte de uso generalizado, de hombres y mujeres de todas las edades.

Iglesia Adolf Fradik, en el centro de Estocolmo.
Iglesia Adolf Fradik, en el centro de Estocolmo.

Suecia es un país único, donde el respeto es la norma y “un gato en un tejado, pone en jaque a la policía”. Como afirma mi nieto: “los suecos personifican una fusión armónica de conciencia ambiental, valores progresistas, maestría en diseño, así como destacada innovación en ciencia y tecnología”. Dejé estas tierras nórdicas, de mujeres hermosas, convencido que es uno de los países donde mejor se vive. Mi viaje fue por la aerolínea AirEuropa, que tiene vuelos diarios saliendo de Miami y Nueva York a Madrid con conexiones a 40 ciudades. Business Class Air Europa, una forma exclusiva de volar con máxima privacidad y comodidad. www.aireuropa.com

Enrique Córdoba es un periodista y escritor residente en Miami. www.elmarcopolodelorica.com

Albóndigas con puré de papas y arándanos rojos, plato típico de la cocina sueca.
Albóndigas con puré de papas y arándanos rojos, plato típico de la cocina sueca.