Steve Bannon: arrestan al exasesor más polémico de Donald Trump

Steve Bannon: arrestan al exasesor más polémico de Donald Trump

WASHINGTON.- Steve Bannon, uno de los estrategas y arquitectos del ascenso que llevó a Donald Trump a la Casa Blanca en 2016, fue arrestado luego de ser acusado de defraudar a cientos de miles de donantes en una campaña para recaudar fondos para construir el muro con México en la frontera sur de Estados Unidos, la promesa insignia del mandatario.

Bannon fue el estratega que ayudó a Trump a triunfar en las elecciones presidenciales para imponer una agenda nacionalista desde la Casa Blanca. Su influencia en la Casa Blanca le había valido el mote de "el Rasputín de Trump", y lo puso en la mira del mandatario, quien lo echó en agosto de 2017, luego de chocar sistemáticamente con el sector menos populista de la administración, representado por Ivanka Trump y Jared Kushner.


Bannon, junto con tres de sus asociados, fueron acusados formalmente por investigadores en el Distrito Sur de Nueva York de Estados Unidos. Alegan que el grupo de líderes de derecha defraudó a los donantes y eso llevó a recaudar "más de 25 millones de dólares para construir un muro en la frontera sur de Estados Unidos", según el comunicado de prensa.

Los otros mencionados en la acusación son Timothy Shea, que en mayo fue anunciado como administrador interino de la Administración de Control de Drogas, Brian Kolfage, un veterano de la guerra de Irak, y Andrew Badolato.

La campaña tenía como objetivo recaudar fondos para ayudar al presidente Donald Trump a cumplir una promesa de campaña de construir un muro fronterizo a lo largo de la frontera con México. En cambio, alegan los fiscales, Bannon y su equipo se beneficiaron del acuerdo.


Los fiscales afirman que los acusados "recibieron colectivamente cientos de miles de dólares en fondos de donantes de 'We Build the Wall', que cada uno de ellos utilizó de manera incompatible con las representaciones públicas de la organización", según la acusación.

El arresto de Bannon marcó un nuevo escándalo de corrupción en el entorno de Trump. Su nombre estiró la lista de figuras vinculadas al mandatario que han sido acusadas y condenadas por la Justicia de haber cometido un crimen: Paul Manafort, jefe de la campaña de 2016; Michael Flynn, el primer asesor de Seguridad Nacional de Trump; Rick Gates, asesor de la campaña; George Papadopoulos, otro asesor de su campaña, vinculado al Rusiagate; Michael Cohen, el abogado de Trump quien se encargó de pagar a mujeres para silenciarlas; y Roger Stone, una de las figuras más controvertidas del Partido Republicano.

Durante los primeros de la gestión de Trump, Bannon se convirtió en el guardián de la agenda populista del magnate. En su oficina en la Casa Blanca tenía una pizarra blanca donde había escrito las principales promesas de campaña del mandatario, que iba tachando una a una a medida que Trump cumplía con lo prometido. Al tope de esa lista aparecía el famoso muro en la frontera con México, el proyecto que más entusiasmo a la base de votantes del mandatario.

Bannon intentó exportar el populismo trumpista, tejiendo hilos con el gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil, con el movimiento a favor del Brexit en el Reino Unido -forjó un vínculo con Nigel Farage- y respaldando a otros partidos políticos de ultraderecha en Europa, como Vox, en España.

El altísimo perfil que cobró Bannon durante el inicio de la gestión trumpista molesto a Trump, quien primero comenzó a aislarlo. La revista Time le dio a Bannon una tapa bajo el título "El Gran Manipulador", un nivel de exposición que para muchos marcó un punto de quiebre. Después de echarlo, Trump se ocupó de marcar distancias. Ninguneó su influencia en su campaña, y lo trató de loco: "Cuando fue despedido, perdió la cabeza", dijo el mandatario hace dos años.