SpaceX y los satélites de otras empresas ponen en peligro al telescopio Hubble

Una estela brillante de un satélite, de cerca y fuera de foco, capturada por el telescopio espacial Hubble. (NASA, ESA, Kruk et al. vía The New York Times)
Una estela brillante de un satélite, de cerca y fuera de foco, capturada por el telescopio espacial Hubble. (NASA, ESA, Kruk et al. vía The New York Times)

El telescopio espacial Hubble, conocido por registrar imágenes impresionantes del cosmos y contribuir al progreso del campo de la astronomía, está en peligro.

Varias empresas privadas han lanzado miles de satélites que se cuelan en las imágenes del telescopio y las estropean porque producen largas manchas brillantes y curvas de luz que es imposible eliminar. Lo peor es que este problema se agrava cada vez más.

Un estudio publicado el 2 de marzo en la revista científica Nature Astronomy, revela un aumento en el porcentaje de imágenes tomadas por el telescopio Hubble estropeadas por satélites que iban pasando. Estos datos solo son los disponibles hasta 2021. SpaceX y otras empresas han lanzado miles de satélites más desde entonces y se espera que muchos más se pongan en órbita en los próximos años, lo que afectará al Hubble y quizá a otros telescopios del espacio.

“Vamos a vivir con este problema, que afectará a la astronomía”, comentó Jonathan McDowell, astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian que no participó en el estudio. “No será posible realizar algunos estudios científicos. Habrá estudios que se encarecerán muchísimo. No podremos ver algunas cosas”.

No es posible exagerar la importancia del legado del telescopio espacial Hubble. Gracias al observatorio, ahora sabemos, por ejemplo, que la edad del universo es 13.800 millones de años, que la mayoría de las galaxias contienen un agujero negro supermasivo en el centro y las estrellas se forman en procesos violentos. Las imágenes del telescopio Hubble (incluidas las espléndidas nubes de gas y polvo de los “pilares de la creación” y la vista de casi 10.000 galaxias en el “campo ultraprofundo del Hubble”) nunca dejan de inspirar.

El problema es que el número de satélites en órbita ha aumentado significativamente desde el lanzamiento del Hubble en 1990, por lo que ahora observa el cosmos a través de un campo de satélites.

Fotografía tomada por el telescopio espacial Hubble en la que se muestra la estela de un satélite. (NASA, ESA, Kruk et al. vía The New York Times)
Fotografía tomada por el telescopio espacial Hubble en la que se muestra la estela de un satélite. (NASA, ESA, Kruk et al. vía The New York Times)

En mayo de 2019, SpaceX lanzó su primera tanda de satélites Starlink, diseñados para transmitir señales de internet por todo el planeta. Poco después, hubo protestas de astrónomos porque les preocupaba que las manchas de Starlink pusieran en riesgo varias campañas de observación del universo desde telescopios terrestres.

En respuesta, Elon Musk, fundador y director ejecutivo de SpaceX, sugirió que los astrónomos podrían evitar el problema si movían los telescopios a la órbita.

Por desgracia, Hubble, que se encuentra en la órbita baja de la Tierra, aproximadamente 540 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, en realidad está menos de 16 kilómetros por debajo de la mayoría de los satélites Starlink. Eso significa que el observatorio y otros telescopios del espacio orbital todavía sufren interferencia de constelaciones de satélites. “No solo tienes que poner tus telescopios en el espacio; resulta que también debes ponerlos arriba del tráfico que hay ahí”, se lamentó McDowell.

“Creo que nos veremos obligados a hacerlo en las próximas décadas”, aseveró. Por desgracia, no es posible para los telescopios que ahora se encuentran en la órbita baja de la Tierra o las naves que los gobiernos tienen en construcción y lanzarán en los siguientes años.

Para cuantificar el efecto de las constelaciones de satélites en Hubble, Sandor Kruk, astrónomo del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre en Alemania, analizó con sus colegas un archivo de imágenes tomadas entre 2002 y 2021.

Contaron con la ayuda de cientos de científicos ciudadanos que revisaron las imágenes para identificar las que mostraban manchas claras producidas por satélites. A continuación, esos datos se utilizaron para entrenar a un algoritmo de aprendizaje automático que analizó más de 100.000 fotos individuales tomadas por el Hubble. Sus resultados muestran que las posibilidades de ver un satélite en una imagen del Hubble entre 2009 y 2020 eran de solo un 3,7 por ciento. Pero la probabilidad de ver uno en 2021 es del 5,9 por ciento, un aumento que, según indicaron, corresponde con Starlink. Para la fecha en que se realizó el análisis, había 1562 satélites Starlink en órbita. Otra empresa, OneWeb, había lanzado 320 satélites.

Mark McCaughrean, astrónomo de la Agencia Espacial Europea y uno de los autores del nuevo estudio, confía en su análisis, pero hace notar que solo es un problema de mínima importancia en este momento. Por lo regular, el Hubble toma múltiples imágenes que se sobreponen una sobre la otra, técnica capaz de eliminar cualquier satélite.

NASA concuerda. “Si bien es cierto que este tipo de análisis pueden mostrar un aumento gradual en las estelas de los satélites detectadas con el paso del tiempo, la mayoría de estas manchas se eliminan con facilidad gracias a técnicas estándar de reducción de datos y la mayoría de las imágenes afectadas todavía pueden utilizarse”, explicó un portavoz en relación con el estudio reciente. “Las manchas producidas por satélites en este momento no representan un riesgo significativo para la eficiencia y el análisis de datos del Hubble”.

Ese peligro es mayor cuando el Hubble observa una franja grande del cielo. En ese caso, puede tomar solo una o dos imágenes y luego dirigir su cámara. Si un satélite arruina una de esas imágenes, es posible que deba desecharse la imagen.

Un portavoz de SpaceX se negó a hacer comentarios sobre el nuevo estudio, pero enfatizó las medidas que la empresa ha tomado en el pasado para mitigar los efectos de Starlink. La empresa ha probado varios métodos para oscurecer sus satélites, incluida una película reflejante diseñada para dirigir la luz lejos del nivel tierra. Pero Meg Schwamb, especialista en ciencias planetarias de Queen’s University Belfast que no participó en el estudio, externó su preocupación de que la luz se dirija hacia arriba y quizá empeore la situación para los telescopios ubicados en el espacio.

Sencillamente, hay muchas cosas que se desconocen en este momento, incluido el número final de satélites.

SpaceX espera llegar a ampliar el tamaño de su flotilla a 42.000 satélites Starlink. Muchas otras empresas también están en el mercado: Amazon, la proveedora británica de satélites OneWeb, una compañía china llamada Galaxy Space e incluso algunos gobiernos. El plan es lanzar un total de 431.713 satélites en los próximos años.

c.2023 The New York Times Company