Soy el mejor. Estoy en mi casa y nadie me va a ganar. Los Marlins vencen de manera dramática a los Cardenales

Cuando Vidal Bruján fue llamado a batear en la décima entrada con el juego empatado o ocho carreras, el pelotero dominicano se repetía una frase una y otra vez: “Soy el mejor, soy el mejor. Estoy en mi casa y nadie me va a ganar. Me voy a divertir’’.

Vaya si se divirtió y puso una sonrisa en el rostro de los Marlins pues un sencillo suyo remolcó el martes en la noche la carrera que serviría para vencer 9-8 a los Cardenales, delante de 8,860 aficionados en un loanDepot park que ha visto dos juegos seguidos que se decidieron más allá del límite.

Si el lunes San Luis había recetado la amarga medicina de la derrota en 12 entradas, ahora Bruján se aseguró de que la historia terminara de manera diferente, sobre todo para él que había tenido la oportunidad de decidir en el encuentro anterior, pero falló a la hora buena.

“Así es el béisbol, un juego que te da oportunidades de desquite’’, apreció el quisqueyano, básicamente un jugador de reemplazo siempre buscando opciones de juego.

“La diferencia entre lunes y hoy martes es que vine más calmado, pacífico, sin apresurar las cosas. Sabía que podía hacer las cosas mejor y gracias a Dios así sucedió’’.

Desde el punto vista de un béisbol depurado, este juego no fue el caso, pues ambos equipos se cayeron con fuerza tremenda y sus respectivos abridores vivieron faenas para el olvido, al punto que fueron contados los capítulos donde no aparecieron carreras en la pizarra.

Ni el joven Roddery Muñoz ni el veterano Lance Lynn pudieron contener a las alineaciones contrarias y el juego se fue decantando por aquel que remolcaba la mayor cantidad de anotaciones, algo que a los Marlins no se les ha dado del todo bien en esta temporada.

Muñoz venía de una sólida actuación ante los Mets en su salida previa con seis entradas en blanco, pero en esta ocasión retrocedió en toda la línea al admitir siete anotaciones con siete imparables, pero desafortunadamente tres cuadrangulares, en apenas cuatro capítulos.

El dominicano estuvo encima de un volcán en todo momento y su efectividad se encaramó en 5.75, pero no se llevó la derrota porque los peces batallaron sin cesar, primero aprovechando el pésimo trabajo de Lynn y luego ante el relevo de los Cardenales.

Si Muñoz no las tuvo todas consigo, un hombre con experiencia como Lynn se mostró bastante lejos de su mejor versión y al marcharse luego de 5.1 tramos de labor dejaba un rastro de seis carreras, 10 indiscutibles y una sensación de que el acecho de los locales continuaría.

Miami vino tres veces de atrás para continuar en la pelea en el choque del lunes y ahora realizó una labor similar en tres oportunidades para irse arriba o empatar con San Luis, al punto que en la séptima el choque se encontraba 7-7 y las amenazas mutuas continuaban.

Sin embargo, el partido vivió un momento de “tranquilidad’’ entre el octavo y noveno capítulos, solo para ver cómo San Luis aprovechaba la regla del corredor en segunda en el décimo inning y tomaba el mando con un elevado de sacrificio de Dylan Carlson que remolcaba la octava de los visitante.

Los peces, sin embargo, empataron nuevamente el encuentro en la parte baja de ese episodio con una jugada de selección sobre conexión de Tim Anderson, antes de que Bruján conectara su batazo decisivo para sellar la victoria.