¿Soy la única fan molesta con las pullas de Reba McEntire cuando cantan en español en The Voice? | Opinión

Tal vez estoy analizando demasiado un programa de televisión.

Pero, en estos tiempos de divisiones, la relación de amor-odio de Estados Unidos con el idioma español, que rara vez se reconoce, y que se exhibe durante “The Voice” de la cadena NBC, necesita ser discutida.

Es una oportunidad única para aprender sobre cómo nos afectamos unos a otros.

Soy fan de “The Voice”, pero esta temporada estoy tan contenta como molesta.

Al principio, este aniversario de 25 temporadas me pareció especialmente significativo.

Los talentosos concursantes son un tesoro de diversidad —creativa, cultural, racial y étnica— y, en particular, la sensación de Miami, Mafe, una inmigrante venezolana de 22 años, tiene la extraordinaria mezcla de habilidades vocales para ganar todas las batallas, todas las rondas eliminatorias.

El juez John Legend luchó por llevarla a su equipo cuando se presentó a la audición con una conmovedora interpretación de una de las canciones más emblemáticas del siglo XX, “Bésame mucho”, escrita por la prodigiosa mexicana Consuelo Velázquez.

A los tres versos de la canción, se había ganado el codiciado giro de las sillas de los cuatro jueces, y las cámaras captaron la conmovedora reacción de sus padres: “¡Gracias, Dios mío!”.

“¡Me encantaría tenerte en el Equipo Leyenda!”, la trató de convencer Legend.

Ella lo seleccionó.

Cantantes latinos y la Reina del Country

Mafe no es la única concursante que canta en español.

También está la puertorriqueña Madison Curbelo, de Westfield, Massachusetts, que deleitó con una interpretación bilingüe notablemente bella de la conocida canción de Ben E. King “Stand By Me”. Y, hasta que perdió una eliminatoria esta semana, Frank García, oriundo de Texas que pasó sus primeros años en México, también cantó en español, escenificando una dramática interpretación de “El triste” de José José.

Con tanta celebración, ¿dónde está la nota amarga?

La jueza estrella de la música country Reba McEntire tiene la costumbre de decirles a los artistas que cantan en español, incluso cuando los elogia, alguna versión de “no entiendo ni una palabra de lo que dijiste”, y esta manía ya cae mal.

También lo hizo la temporada pasada.

No entiendo porqué una persona que por lo demás es amable y comprensiva se siente obligada a seguir insistiendo en este punto. Inserta innecesariamente un factor alienante al recordarle a la persona que es un “otro” y que no pertenece lo suficiente.

No hace falta decirlo: Nadie espera que la Reina del Country domine el español. No es un requisito para el puesto.

Esto no es un concurso de composición de canciones.

Al igual que los demás jueces, ella está ahí para evaluar la capacidad vocal de los intérpretes para alcanzar notas altas y sostener notas bajas, para tener en cuenta la presencia escénica y la confianza. Todas esas cosas que equivalen a talento musical puro son universales y, desde luego, trascienden fronteras y géneros musicales.

Las críticas por cantar en español, que otros jueces también han hecho fugazmente, aunque con más gracia, se sienten como una exageración en estos tiempos difíciles.

Los latinos —y especialmente los inmigrantes más recientes, como Mafe, de nuestro problemático hemisferio— no necesitamos otro recordatorio en televisión nacional de que no somos aceptados ni queridos en esta versión de Estados Unidos de “cerrar la frontera”.

Políticos y sus partidarios apuestan por denigrar a los inmigrantes a cada paso para ganar elecciones, a pesar de que la economía del país necesita su mano de obra y sus contribuciones. La extrema derecha presenta constantemente a los inmigrantes como invasores para desviar la atención de la amenaza que representa otra presidencia de Donald Trump: más retórica fea, un sello de aprobación sobre la xenofobia, y una amenaza para las normas democráticas.

Recurro a un programa como The Voice al final del día para escapar de todo eso.

No tengo ningún deseo de escuchar una inferencia del tipo “ustedes son”, especialmente por parte de una estrella a la que admiro. Duele.

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Sin barreras

No creo que McEntire quiera ser irrespetuosa.

El año pasado, manejó con más gracia la audición de la cubanoamericana de Miami Juliette Ojeda, cuya interpretación bilingüe de una balada convertida en salsa de “Hopelessly Devoted To You” de Olivia Newton John fue calificada de “montaña rusa” por Legend.

“Eres monísima. No sé hablar español. Muy poquito”, dijo McEntire. “Solo sé hablar dos idiomas, que son el inglés, el bueno y el malo”.

La autocrítica funcionó. Ofreció a Ojeda una asesoría experta y, a cambio, añadió McEntire: “Puedes enseñarme a hablar español”.

Perfecto.

Y este año, se la puede ver claramente disfrutando de las actuaciones en español. De la misma manera que yo aprecio la música internacional en otros idiomas: los ritmos y las armonías mueven el corazón y el alma. No necesito entender italiano para apreciar al trío de ópera pop Il Volo o, al maestro, Pavarotti.

Además, estoy segura de que entre los fans de los 75 millones de discos que McEntire ha vendido en todo el mundo hay gente que no entiende ni papa de lo que dice.

Por suerte, en la era del crossover cultural y el fácil acceso a Google Translate, las letras de las canciones y sus traducciones están al alcance de la mano. Esto hace que los recordatorios de McEntire de que no entiende parezcan perezosos, algo que sabemos que no es la consumada estrella de 69 años, quien ha creado un imperio del entretenimiento en torno a su marca.

El “no entiendo” también es una frase obsoleta.

Para esta generación, no hay barreras lingüísticas.

Al aumentar el número de hispanos que cantan en español en el programa, The Voice refleja una tendencia operativa en la música moderna: la colaboración intercultural y multilingüe.

Por nombrar algunos de los enlaces más notables: Adam Levine, de Maroon Five, con el cantautor colombiano Maluma. El puertorriqueño Luis Fonsi y Justin Bieber. Los Jonas Brothers y Karol G.

La incorporación del canto en español añade valor y hace que “The Voice” sea aún más interesante.

Qué delicia fue escuchar a Mafe, en un dúo competitivo con Rivers Grayson, un joven de 27 años de Huntsville, Alabama, entonar una interpretación bilingüe magníficamente entrelazada del clásico de 1971 escrito por Carole King y también cantado por James Taylor “You’ve Got a Friend”.

“Tu amiga fiel”, cantó ella en español con una voz de seda que parecía un abrazo.

Las lágrimas fluyeron, y sí, ganó la batalla... y los corazones, incluido el de Reba.