Sorpresa: encuentran restos de cocaína en las aguas de la Antártida

La Antártida es un continente deshabitado, excepto por equipos de científicos y militares de distintos países que reivindican sectores de las tierras antárticas. Se estima que esta población que está de paso está formada por entre 1.000 y 4.000 personas. Pero aunque no hay nadie viviendo allí de forma continua, en sus aguas han aparecidos restos de cocaína, ibuprofeno o paracetamol en niveles similares a los que se pueden encontrar en Europa.

Esta es la extraña realidad que ha sacado a la luz un estudio realizado por científicos del Instituto Geológico y Minero (IGME), la Universidad Autónoma de Madrid y el Instituto Nacional del Agua de Argentina y publicado en publicado en Environmental Pollution.

Encuentran restos de cocaína en las aguas de la Antártida (Wikimedia Commons)
Encuentran restos de cocaína en las aguas de la Antártida (Wikimedia Commons)

Pero, ¿de dónde pueden salir todas estas sustancias? Los autores del trabajo señalan que la gran cantidad de turistas que últimamente visitan el continente helado, sobre todo en la zona del cuerno de tierra que se encuentra al noroeste del continente.

La Antártida, un territorio 27 veces más grande que España, cuenta con un turismo pujante: el año pasado visitaron esta inhóspita zona más de 37.000 personas. Y muchos de ellos parecen haber viajado con la maleta repleta de medicinas y de drogas.

Así queda patente en las aguas de arroyos y de lugares cercanos a los asentamientos humanos. Tal y como señala la sección Materia de El País, en las muestras recogidas en estos emplazamientos se encontraron doce sustancias entre las que había medicamentos y drogas recreativas. Algunos de estos restos, como los de los antiinflamatorios y los analgésicos presentan un riesgo alto a nivel medioambiental.

En las sustancias recreativas, la más popular es la cafeína, seguida de la efedrina. Los restos de cocaína fueron encontrados cerca de la base científica y militar Marambio de Argentina. Los científicos ahora esperan continuar su investigación y desentrañar si la presencia de estas drogas y medicamentos pueden suponer un peligro para la fauna del continente.