“Son unos estúpidos, unos bebés”: el insulto que Trump lanzó al alto mando militar de EEUU

Donald Trump llamó al alto mando militar de Estados Unidos “una bola de estúpidos y bebés” y calificó a los generales con los que se reunió en 2017 en el Pentágono como “perdedores”, en una inusitada muestra de insulto y menosprecio hacia el liderazgo militar estadounidense.

Durante la campaña electoral que lo llevó a la presidencia, Donald Trump clamó saber “más que los generales” en relación al grupo terrorista Estado Islámico y con frecuencia se ha ostentado como amplio conocedor en materia de política internacional, asuntos militares y multitud de otros temas.

El presidente de EEUU, Donald Trump, flanqueado por Rex Tillerson, secretario de Estado, y Jim Mattis, secretario de Defensa, en una reunión en la Casa Blanca en enero de 2018. (AP)
El presidente de EEUU, Donald Trump, flanqueado por Rex Tillerson, secretario de Estado, y Jim Mattis, secretario de Defensa, en una reunión en la Casa Blanca en enero de 2018. (AP)

Con todo, también ha mostrado, en declaraciones y acciones, que su conocimiento en esas y muchas otras materias es, al menos, bastante limitado y, en ocasiones, lleno de distorsiones y obsesiones.

En ese contexto, resulta especialmente revelador el arrebato que Trump protagonizó en el Pentágono durante una reunión especial con altos militares estadounidenses celebrada el 20 de julio de 2017, según se narra en el nuevo libro, de sarcástico título, ‘A Very Stable Genius: Donald J: Trump’s Testing of America’, de los periodistas de The Washington Post Carol Leonnig y Philip Tucker.

De acuerdo a un extracto adaptado de ese libro, publicado en el Post, existía en el liderazgo del Pentágono y del Departamento de Estado inquietud porque Trump mostraba severos huecos en su conocimiento de historia, geoestrategia y la estructura de alianzas y balances militares estadounidenses originada tras la Segunda Guerra Mundial.

Para paliar esas carencias, muy severas en un mandatario estadounidense, a mediados de 2017, cuando Trump llevaba apenas un semestre en la presidencia, el general Jim Mattis, secretario de Defensa; el secretario de Estado Rex Tillerson; y el director del Consejo Económico Nacional Gary Cohn organizaron una junta de muy alto nivel en el Pentágono para que Trump recibiera en ella asesoría e información de parte del alto mando militar estadounidense.

Estuvieron presentes en esa reunión en el Pentágono, además de Trump, el vicepresidente Mike Pence, los secretarios de Defensa y de Estado, Mattis y Tillerson, el secretario de Comercio Steven Mnuchin, el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Joseph Dunford, el subsecretario de Defensa Patrick Shanahan y otros altos mandos de las fuerzas armadas estadounidenses. También Steve Bannon, asesor presidencial.

La reunión entonces procedió con presentaciones, que incluyeron mapas, gráficos, tablas y demás, para ilustrar al presidente en asuntos clave vinculados al sistema de alianzas militares estadounidense, con la OTAN como pieza central, el balance militar y la estrategia internacionalista con que Estados Unidos y sus aliados han proyectado fuerza en Europa y otras regiones.

Mattis, Tillerson y Cohen expusieron durante una hora y media, se dice, y la información también incluyó datos sobre la ubicación y naturaleza de las bases de Estados Unidos en el mundo, áreas de tensión y contención de amenazas internacionales (por ejemplo en contra del terrorismo y de fuerzas hostiles en Irán, Siria o Corea del Norte) e incluso planteamientos sobre la relevancia de los acuerdos comerciales con varios países.

Una reunión en junio de 2017 entre los entonces secretarios de Estado, Rex Tillerson, de Defensa, Jim Mattis, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Joseph Dunford. (Getty Images)
Una reunión en junio de 2017 entre los entonces secretarios de Estado, Rex Tillerson, de Defensa, Jim Mattis, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Joseph Dunford. (Getty Images)

Todo ello resultó demasiado para Trump, quien se dice tiene poca capacidad de concentración y retención de datos y, sobre todo, es rudamente reactivo contra aquello que esté en contra de sus ideas previas. Y quizá le desagradó la noción de que le estaban tratando como una suerte de párvulo al que había que dar clases elementales.

Así, Trump interrumpió constantemente a los expositores, se quejó del costo de mantener bases militares en otros países, reiteró su noción de que los aliados deben pagar el multimillonario costo de la defensa que Estados Unidos les provee, consideró que la OTAN carece de valor y que los países miembros no pagaban lo que les corresponde en materia de defensa, por lo que estaban en deuda con Estados Unidos.

“¡Nos deben dinero que ustedes no han cobrado… Ustedes acabarían en la bancarrota si tuvieran que manejar sus propios negocios”, les espetó Trump a los presentes. Trump también repudió el acuerdo nuclear con Irán, que consideró “el peor en la historia”, y cuando se le explicó que estaba funcionando clamó que “no quiero oír de ello. Ellos [Irán] hacen trampa. Están construyendo [capacidades nucleares]. Nos vamos a salir de él [el acuerdo]. Se los he estado diciendo, les he estado dando tiempo y ustedes siguen retrasándolo. Quiero que nos salgamos de él”.

Y luego Trump, narran los autores del citado libro, exigió se le explicara por qué no se había ya ganado la guerra en Afganistán tras, para entonces, 16 años de conflicto, y exclamó que se trataba de una “guerra de perdedores”.

La tensión, que es de suponer ya era elevada, creció entonces en ese salón del Pentágono en la que estaban presentes los altos mandos militares de Estados Unidos. “Ustedes son todos unos perdedores… Ya no saben cómo ganar”, se quejó Trump, de acuerdo al relato de los periodistas.

Luego siguió quejándose, preguntó por qué no podía Estados Unidos hacerse del petróleo del Golfo Pérsico luego de haber invertido tanto en guerras y defensa allí y clamó por destituir al general al mando en Afganistán.

Y cuando Trump dijo que lo que quería era la victoria, les espetó a los generales: “yo no iría a la guerra con ustedes [al mando]… Ustedes son una bola de estúpidos y bebés”.

Los presentes quedaron en estado de conmoción, sigue el relato, muchos con malestar y ganas de irse de la sala de juntas, algo que tiene un significado tremendo pues se trataba de varios de los más altos mandos militares y civiles de Estados Unidos.

Y, dicen los periodistas, sobre todo ello podría haber flotado la noción de que, en 1968, Trump evadió el reclutamiento militar durante la Guerra de Vietnam alegando problemas en los pies (algo que después curiosamente no habría padecido) mientras cientos de miles de militares estadounidenses combatían en el sudeste asiático.

https://www.washingtonpost.com/politics/youre-a-bunch-of-dopes-and-babies-inside-trumps-stunning-tirade-against-generals/2020/01/16/d6dbb8a6-387e-11ea-bb7b-265f4554af6d_story.html
El presidente Donald Trump saluda a militares estadounidenses durante una ceremonia en el Pentágono en julio de 2019. (Reuters)

Con todo, los presentes estaban mudos. Mattis, se cuenta, calló porque su formación en la disciplina militar le impedía replicar a su comandante en jefe “si importar los sinsentidos que salieran de su boca”, se comenta en el Post. Tillerson se mostró molesto y Pence, el vicepresidente, se quedó lívido y mudo.

Entonces Tillerson finalmente reaccionó y respondió a los insultos de Trump a los generales: “no, eso está mal… Señor presidente, usted está totalmente equivocado. Nada de eso es cierto”.

El silencio imperó de nuevo y al poco la reunión finalizó y Trump se fue del lugar. En el Pentágono se quedaron conmocionados, con el intento de dotar al presidente de mayores elementos de conocimiento para hacer su labor en la ruina.

“Es un idiota”, habría entonces exclamado Tillerson en relación a Trump.

Poco a poco, versiones sobre lo que ese día sucedió en esa junta en el Pentágono comenzaron a aflorar, y las relaciones de Trump con Tillerson y Mattis fueron deteriorándose hasta que, ultimadamente, ambos acabaron fuera del gobierno tiempo después. No sin antes, se comenta, protagonizar nuevas tensiones y refutaciones entre Trump y los líderes de la diplomacia y las fuerzas armadas de Estados Unidos.

Desde entonces y también en otras áreas de su gobierno, Trump ha despedido a colaboradores que no se pliegan a sus designios y planteamientos (así estén estos torcidos o vayan a contrapelo de la normatividad o los intereses nacionales) y se ha rodeado de personas que siguen sus instrucciones y “se comprometen con sus obsesiones”, según dijo el Post.

Tillerson fue despedido en marzo de 2018, Cohen dejó el gobierno en abril y Mattis dimitió en diciembre de ese año. Y otros generales que ocuparon altos cargos en la Casa Blanca, como John Kelly, jefe de gabinete de la Casa Blanca, y el asesor de Seguridad Nacional H.R. McMaster también fueron reemplazados luego de que su relación con Trump se deterioró irremediablemente.