Soldados ucranianos, decididos a seguir luchando pese al cansancio y la falta de municiones

Un soldado ucraniano herido recibe primeros auxilios en la región de Donetsk, Ucrania, el 16 de abril de 2024 (Anatolii STEPANOV)
Un soldado ucraniano herido recibe primeros auxilios en la región de Donetsk, Ucrania, el 16 de abril de 2024 (Anatolii STEPANOV)

Hace un año, Lubomir perdió una pierna al pisar una mina en el este de Ucrania, pero ahora está de regreso en el frente para ayudar a sus compañeros de armas.

En su momento, el hecho afectó psicológicamente a los soldados de la 103ª brigada, pero no debilitó la determinación de este minero de 31 años.

"Una parte de ti se fue. Te ves y piensas diferente. Sientes más miedo, pero debemos seguir luchando", explica el joven Lubomir.

En las últimas semanas, el ejército ucraniano hace frente a una escasez de municiones, sin mencionar el cansancio de los combatientes que luchan desde hace más de dos años contra el ejército ruso.

La falta de ayuda militar occidental, asegura Ucrania, está obligando a sus soldados a permanecer a la defensiva, mientras las fuerzas rusas atacan en múltiples frentes.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, reiteró en los últimos días que Ucrania corre el riesgo de perder la guerra si Occidente no entrega rápidamente nuevos activos militares.

Al mismo tiempo, Ucrania lucha por reclutar voluntarios para ir al frente.

Para evitar la despoblación de las filas, algunos soldados gravemente heridos, como Lubomir, decidieron volver al combate tras su convalecencia.

"Si Rusia deja de disparar, la guerra se acaba. Si dejamos de disparar, entonces estamos perdidos", resume.

El ejército ruso ocupa casi 20% del territorio ucraniano y la economía rusa se centra enteramente en el esfuerzo bélico.

El sábado, el comandante en jefe de las fuerzas ucranianas, Oleksandr Sirski, reconoció que la situación en este frente, en Donbás (este), se "deterioró considerablemente".

Para intentar responder a la escasez de hombres Ucrania adoptó una nueva ley sobre la movilización, después de meses de acalorados debates en el seno de la sociedad.

Pero este texto provocó un escándalo por la supresión a última hora de una cláusula que preveía la desmovilización de los militares que habían cumplido 36 meses, un duro golpe para los presentes en el frente desde febrero de 2022.

- El frente de la mayor guerra en Europa desde 1945 -

En el este de Ucrania los miembros de una brigada de asalto se burlan de los permisos que se supone deben obtener. "¿Qué vacaciones? Aquí descansamos, cambiamos de posición, y nos lavamos", explica a la AFP Denis, comandante de una sección de artillería, de 27 años, desde una base cerca de Pokrovsk, un poco detrás del frente.

Como otros, insiste en la falta de municiones para luchar contra los rusos. "Hace un año, podíamos lanzar unos 200 proyectiles por noche, y ahora depende de la situación... Quizás entre 10 y 20", lamenta.

"Es muy probable que hayamos agotado nuestras reservas. Todo depende de qué países tienen municiones aún", subraya Anatoli Malik, comandante de otra sección de artillería.

Además de estas dificultades logísticas el devastador uso de bombas planeadoras por parte de Rusia tuvo un efecto negativo en la moral de las tropas. Estas bombas aéreas, que contienen entre 250 kg y una tonelada de explosivos, pueden ser lanzadas por aviones que permanecen fuera del alcance de los activos de defensa aérea ucranianos.

El ejército ruso las utilizó en las sangrientas batallas por la ciudad de Avdiivka, conquistada por Moscú a mediados de febrero tras años de enfrentamientos.

"Si cae una bomba de 400 a 500 kg no queda nada", afirma Denis, según quien Avdiivka fue "simplemente borrada" del mapa.

Además de estas bombas la amenaza de drones asesinos sigue siendo constante. "Debemos estar siempre en alerta, permanecer despiertos y controlar absolutamente todo", detalla Vadim Kochegarov, un comandante cuya unidad opera en el sureste de Ucrania, cerca de Orikhiv.

Este militar de 29 años era conductor antes de la guerra, con base en Járkov, blanco habitual de los bombardeos rusos, especialmente en las últimas semanas.

"Vine a defender nuestra patria, no queda otra opción", asegura.

La falta de ayuda occidental, en un contexto de disputas políticas, es incomprendida en el frente de la mayor guerra en Europa desde 1945. Kiev y sus soldados se ven a sí mismos como el baluarte de las ambiciones imperialistas aún mayores del presidente ruso Vladimir Putin.

Lubomir lanza una advertencia a todos aquellos que estarían tentados a olvidar el conflicto en Ucrania. "Si continúan así, verán (la guerra) con sus propios ojos. O serán sus hijos", subraya.

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