Siria y Turquía, 100 días de una población rota

Han pasado 100 días desde que el primero de una serie de terremotos sacudiera algunas zonas de Siria y Turquía. Estos sucesos han pasado a un segundo plano en la agenda informativa mundial. Sin embargo, los escombros físicos y emocionales siguen siendo el paisaje en primer plano para miles de niñas, niños, adolescentes y sus familias.

El impacto económico de los terremotos amenaza con empujar al hambre al menos a 665 mil personas. El número de sirios en situación de inseguridad alimentaria aguda y que pasan hambre ya había alcanzado los 12 millones de personas -más de la mitad de la población- antes de que se produjera el primer terremoto devastador en la madrugada del 6 de febrero.

De los 8,8 millones de sirios afectados por los sismos, 3,7 millones eran niños, niñas, adolescentes y mujeres embarazadas. De acuerdo con el Panorama de Necesidades Humanitarias 2022, aproximadamente uno de cada cuatro niños y niñas menores de cinco años -más de 600.000 niños y niñas- sufrían ya retraso en el crecimiento en toda Siria, mientras que solo en el noroeste del país, en manos de la oposición, las tasas de retraso en el crecimiento infantil habían aumentado mes a mes de junio a diciembre de 2022 y una de cada ocho mujeres embarazadas padecía desnutrición aguda.

Por las circunstancias de estas zonas y las necesidades imperiosas que existen, no es posible una actualización exacta de estas cifras, sin embargo se estima que los niveles de retraso en el crecimiento infantil y malnutrición materna están alcanzando cuotas nunca antes vistas.

El retraso en el crecimiento tiene un efecto duradero en el desarrollo, tanto físico como mental, además hace más susceptibles a infecciones a las niñas y los niños. Por otro lado, las mujeres embarazadas con desnutrición corren un mayor riesgo de sufrir abortos espontáneos, anemia e incluso morir durante el parto, mientras que sus bebés pueden nacer prematuramente y, si sobreviven, sufrir retraso en el crecimiento. Por si fuera poco, los niños y niñas con desnutrición y retraso en su desarrollo también corren un mayor riesgo de enfermar gravemente o incluso morir si contraen el cólera, que se ha extendido por todo el país desde que comenzó el brote en septiembre de 2022.

Ante este crítico escenario, aparece una nueva encrucijada: atender a una población rota con un sistema de salud en ruinas.

La falta de agua corriente y la escasez de sanitarios favorecen los contagios y las epidemias a las que tratan de hacer frente los médicos locales y extranjeros desde sus hospitales de campaña, mientras se multiplican los problemas de salud mental.

Para gran parte de la población, las condiciones de vida son cada vez más reducidas, pues ahora se ven en la necesidad de habitar en tiendas en las que llegan a ser hasta 20 personas viviendo hacinadas. Tener tan poco espacio no solo expone a los niños, sobre todo a las niñas, a abusos físicos, mentales, sexuales y emocionales, sino que también priva a las familias de su derecho a la intimidad.

Madres, padres, cuidadores, niños, niñas y adolescentes necesitan suficiente espacio para vivir, además de tener acceso a servicios de salud mental y apoyo psicosocial que les ayuden a regular sus emociones. Sin estos recursos vitales, los casos de violencia doméstica, sexual y social pueden aumentar, pues el hacinamiento también supone un riesgo para la unión comunitaria.

No perdamos de vista que las niñas, los niños y adolescentes son los más expuestos en cualquier desastre. No solo porque se tienen que enfrentar a la pérdida de uno o varios seres queridos, al cambio radical que una catástrofe puede suponer en sus espacios seguros, y a la incertidumbre del futuro, sino porque tienen que luchar con diferentes emociones que muchas veces ni siquiera entienden.

Save the Children lleva prestando asistencia a las niñas, niños y adolescentes necesitados en Siria desde 2012. Ahora, junto a cuidadores y personal escolar, han sido testigo del incremento de la agresividad en la niñez de la zona, también ha aumentado el acoso emocional y físico, incluso entre grupos de amigos; y en algunos casos, no arremeten contra los demás, sino que se lesionan a sí mismos.

Además, las madres y padres intentan adaptarse a su nueva realidad, no obstante, los desafíos a los que tienen que hacer frente resultan agobiantes. Ante esta situación, los equipos de salud mental y apoyo psicosocial de Save the Children prestan primeros auxilios psicológicos a los familiares que recurren a mecanismos negativos para afrontar esta dolorosa situación, y derivan quienes necesitan mayor apoyo a socios que ofrecen asistencia psicológica gratuita.

A pesar de los retos territoriales, anímicos y climáticos en estas zonas, los equipos de Save the Children no han dejado de visitar varias comunidades, para establecer espacios y momentos amigables a través del juego y algunas actividades artísticas para los miles de niños, niñas y adolescentes que viven en estas aldeas. Al inicio, muchos niños y niñas dudaban en participar, sin embargo, con las siguientes visitas su actitud fue cambiando, su participación incrementó, sumaron a sus amistades y se fueron sintiendo tan a gusto que recordaron cómo jugar, volvieron a ser niñas y niños, pudieron olvidarse del terremoto, aunque sea por unas horas.

Debido a la magnitud de la catástrofe, los enormes daños en infraestructura, vivienda, economía, educación y cultura, muchos niños, niñas, adolescentes y sus familias estarán expuestos a un estrés y un dolor prolongados mientras intentan rehacer sus vidas. No olvidemos que su salud mental y su bienestar psicosocial están siendo llevados al límite; sin el apoyo adecuado, las consecuencias psicológicas a largo plazo pueden ser enormes.

Garantizar que la niñez y adolescencia puedan volver a sentir seguridad y estabilidad lo antes posible es crucial para evitar repercusiones en su salud, bienestar, desarrollo y su papel en la sociedad.

Como siempre, la resiliencia que la niñez se convierte en esperanza, y mientras una población rota intenta recuperarse entre nubes de polvo y montañas de tierra, las niñas, niños y adolescentes están en una constante lucha por unificar los escombros del corazón.

* Save the Children (@SaveChildrenMx) es la organización independiente líder en la promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Trabaja en más de 120 países atendiendo situaciones de emergencia y programas de desarrollo. Ayuda a los niños y niñas a lograr una infancia saludable y segura. En México, trabaja desde 1973 con programas de salud y nutrición, educación, protección infantil y defensa de los derechos de la niñez y adolescencia, en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas. Visita nuestra página y nuestras redes sociales: Facebook @SavetheChildrenMexico, Twitter: @SaveChildrenMx, Instagram: @savethechildren_mx.