La serpiente no se muerde la cola. La Cenicienta del béisbol asombra al mundo y avanza a la Serie Mundial

De las praderas de Texas al desierto de Arizona, esta será una Serie Mundial de dos equipos que llegaron a los playoffs sin grandes pretensiones. Al menos lo hicieron sin la etiqueta de favoritos como la ostentaban los Astros de Houston y los Filis de Filadelfia.

Si el lunes los Rangers sellaron su pase al Clásico de Octubre, este martes les tocó a los Diamondbacks dejar en silencio al estadio más estridente de todo el béisbol con un triunfo 4-2 que los deposita por segunda vez en su historia en el mayor escenario de las Grandes Ligas.

Quién puede olvidar aquella histórica Serie Mundial del 2001 cuando Arizona en apenas su cuarto año de existencia vencieron en siete juegos a los Yankees de Nueva York gracias al talento de Randy Johnson y Curt Schilling, y el tremendo hit de Luis González sobre Mariano Rivera.

Pero ahora enfrentan, a partir de este viernes en Arlington, a unos Rangers que vienen como si fuera una avalancha tras vencer a los campeones defensores guiados por el talento y el poder del cubano Adolis García, todavía oloroso a su premio de Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato.

Los también conocidos como Cascabeles llegaron a duras penas a los playoffs con una temporada de 84 victorias, pero fueron avanzando contra viento y marea, aunque muchos sospechaban que una vez chocaran contra Bryce Harper y compañía la historia bonita llegaría a su final.

Después de caer en los dos primeros encuentros, parecía que la maquinaria de Filadelfia pasaría por encima de un equipo de jugadores bien fundamentados y habilidosos, pero sin un estrella de magnitud al estilo del propio Harper o de Trea Turner.

Ciertamente, este encuentro fue como una marea que iba de un lado a otro porque Filis y Diamondbacks se enzarzaron en una tremenda batalla no de mucha acción, pero sí de mucha voluntad, como había sucedido a lo largo de este enfrentamiento.

Los del desierto pisaron el plato en el mismo primer innng con una jugada de selección nacida de un batazo de Christian Walker, que le permitió anotar a Corbin Carroll ante los envíos del venezolano Ranger Suárez, quien tenía una tremenda labor por delante.

Suárez batalló todo el tiempo ante la alineación de Arizona, que sin ser de las más potentes en la temporada regular, se las ingenió para producir las carreras necesarias para avanzar, como sucedió en esta ocasión en que le marcaron tres al nacido en Carora.

El sudamericano tuvo que irse después de 4.2 episodios de faena, luego de que Carroll remolcara la segunda de su equipo con un sencillo al jardín central en la quinta y que su compatriota Gabriel Moreno impulsara la tercera con un metrallazo a la pradera izquierda.

Dada las circunstancias, el batazo de Moreno fue muy importante porque en ese momento quebró un empate a dos anotaciones, pues los Filis venían descontando desde el segundo episodio, primero con un cuadrangular de Alec Bohm y luego con un doble de Bryson Stott en el cuarto.

Una vez más, Carroll probaría su importancia para este equipo al traer para el plato la cuarta de los Diamondbacks con un elevado de sacrificio que puso fin a la labor del relevista José Alvarado y vio el comienzo de la labor del astro Zach Wheeler.

Es un hombre malo. ¿Cómo un ambiente hostil sacó lo mejor de este slugger cubano rumbo a la Serie Mundial?

Los Filis se mantuvieron al acecho y tuvieron oportunidades de seguir descontando, como en la séptima entrada al embasar a los dos primeros corredores con bases por bola, pero la ofensiva que en tantas ocasiones les respaldara esta vez se quedó a deber.

Por el contrario, los Diamondbacks, la verdadera Cenicienta de este año que llegó por la vía de los comodines, barrió tanto a los Cerveceros de Milwaukee como a Dodgers de Los Angeles, antes de disponer de Filadelfia en su estruendosa casa.

Que historia. De comodines a la Serie Mundial.