Sentencian a 60 años en prisión a expolicía de Houston que asesinó a una pareja
HOUSTON (AP) — Un exagente de la policía de Houston fue sentenciado a 60 años en prisión el martes por el asesinato de un matrimonio durante una redada antidrogas que reveló la corrupción sistémica en la unidad de narcóticos del departamento.
Gerald Goines, de 60 años, fue condenado por las muertes de enero de 2019 de Dennis Tuttle, de 59 años, y Rhogena Nicholas, de 58, que fueron baleados junto con su perro luego de que los agentes irrumpieron en su casa utilizando una orden de “no golpear la puerta” que no les requiere anunciarse antes de ingresar a un inmueble.
Goines miró hacia abajo pero no mostró ninguna reacción visible mientras estuchaba las sentencias para cada cargo de homicidio, que se ejecutarán simultáneamente. Los miembros del jurado deliberaron durante más de 10 horas en dos días sobre la sentencia del expolicía.
Los fiscales presentaron testimonios y pruebas para mostrar que había mentido para obtener una orden de registro que retrataba falsamente a la pareja como narcotraficantes peligrosos.
La pesquisa sobre la redada antidrogas descubrió acusaciones de una corrupción mucho más amplia. Goines se encontraba entre una decena de agentes vinculados con la unidad de narcóticos que fueron acusados de otros cargos. Un juez desestimó los cargos contra algunos de ellos, pero una revisión de miles de casos que involucraban a la unidad condujo a los fiscales a desestimar muchos casos, y el Tribunal de Apelaciones Penales de Texas ha anulado por lo menos 22 condenas relacionadas con Goines.
La abogada del acusado, Nicole DeBorde, había la sentencia mínima de cinco años, señalando que Goines había dedicado su vida a mantener las drogas alejadas de las calles. “Nuestra comunidad está más segura con alguien como Gerald, con el corazón de servir y de que le importe”, comentó.
Los fiscales pidieron cadena perpetua, diciendo a los miembros del jurado de Goines se aprovechó de la gente se se suponía debía proteger con un patrón de corrupción que duró años y que ha dañado gravemente la relación entre las fuerzas policiales y la comunidad.
“Ninguna comunidad es depurada por un agente que usa su insignia como un instrumento de opresión, en lugar de usarla como un escudo para proteger”, señaló la fiscal Tanisha Manning.