Sensores antirrobo vs marcapasos: cuando ir de shopping puede ser letal

Ir de compras resulta para muchas personas una actividad muy reconfortante, pero para algunas puede resultar letal. Y no por los altos precios de las mercancías o por la convicción de que esos kilos de más hacen imposible lucir decorosamente las prendas tan excitantemente presentadas en los anaqueles y anuncios.

La causa es más insólita y concreta: se ha detectado que los dispositivos contra el robo que existen en las puertas de entrada y salida de multitud de comercios y centros comerciales pueden interferir con los marcapasos de personas con enfermedades del corazón, al grado de que pueden provocarles fallas y, por ende, desatar crisis cardiacas en las personas afectadas.

Es decir, esos artilugios ayudan a detectar a ladrones con las manos en la masa, pero pueden también pueden romperle el corazón a pacientes inocentes.

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Los arcos detectores y sensores para alertar sobre el robo de mercancías en comercios pueden interferir con marcapasos y otros implantes. (Flickr/Ben Tsal)

De acuerdo al portal Vocativ, estudios presentados en una conferencia en Europa han ligado las emisiones de esos equipos antirrobo con interferencias que puede ser mortales para personas con marcapasos. Así lo señalaron dos investigadores, de Greatbach Medical (California) y la Universidad Case Western Reserve (Ohio), al indicar que aunque los casos hasta ahora han sido raros, la exposición prolongada a las emisiones de los sistemas electrónicos contra robo en los comercios puede provocar que los marcapasos reduzcan o incluso suspendan su actividad, y expongan con ello a quienes llevan esos implantes a recibir descargar eléctricas inapropiadas.

El problema, como señalan esos autores en un comunicado, es que si bien la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha recomendado a las personas con marcapasos apartarse de esos equipos antirrobo, con frecuencia y alcance cada vez mayor los fabricantes de estos dispositivos y los centros comerciales colocan sensores en lugares ocultos o camuflados, bajo el suelo o en puertas y ventanas, y no ya como los tradicionales pilares o arcos de detección que se han usado hasta ahora.

Así, una persona con marcapasos no tiene forma de saber si se está acercando a uno de esos sensores ocultos y con ello se está exponiendo a la potencial interferencia entre ellos y el marcapasos cardiaco que tiene implantado y del que en gran medida depende su supervivencia.

De acuerdo a Vocativ, en la década de 1990 se reportaron 44 casos de interacción inapropiada entre sensores antirrobo y detectores de metales con equipos como marcapasos o similares, e investigaciones hallaron que personas padecieron por ello desde dolores en el pecho y pérdida de conciencia hasta shocks eléctricos causados por implantes desfibriladores o estimuladores de la médula espinal.

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Médicos realizan en un hospital de Nueva York una cirugía para la implantación de un marcapasos en un paciente. (AP)

Y, más recientemente, investigadores probaron la interacción de marcapasos fuera del cuerpo humano con esos sistemas de seguridad (incluidos los ocultos). Descubrieron, según Vocativ, que prácticamente todos esos tipos de aparatos pueden interferir con los marcapasos, salvo los colocados en paredes, y otros sensores tuvieron interacciones mayores o menores según su posición y el ángulo en el que estaban colocados.

En todo caso, el estudio revela que sí existe el riesgo de que la visita a un centro comercial se convierta en una amenaza para la salud de una persona con un marcapasos u otro implante similar, por lo que aunque los investigadores no piden que los sensores antirrobo sean eliminados, sí que se encuentren apropiadamente visibles y señalizados, para que los pacientes en riesgo puedan evitarlos.

Eso quizá vaya en contra de la idea de tener sistemas ocultos para sorprender a ladrones confiados, pero la protección de la salud y la vida de los pacientes con implantes debe ser considerada entre los factores prioritarios en esta cuestión.

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