Más seguridad por presentación de Trump en tribunal de Miami el martes. Se esperan atascos de tráfico

La seguridad promete ser muy estricta antes de la comparecencia del ex presidente Donald Trump en el tribunal federal del downtown de Miami el martes por la tarde, pero la Policía y los agentes federales se han mostrado muy reservados sobre los detalles.

Esto es seguro: muchas de las calles alrededor del tribunal federal Wilkie D. Ferguson, en 400 N. Miami Ave., estarán cerradas antes de su llegada para enfrentar varios cargos relacionados con el manejo de documentos clasificados en su casa de Mar-a-Lago en Palm Beach. Y es probable que provoque una pesadilla de desplazamientos en todo el downtown de la ciudad.

Se esperan otras medidas de seguridad, así como la presencia de las fuerzas del orden cerca de la torre de cristal de 14 pisos.

“La Policía de Miami está preparada para garantizar la seguridad en la ciudad”, es todo lo que el jefe policial de Miami, Manny Morales, dijo el viernes sobre la seguridad.

El Servicio Federal de Alguaciles, que brinda seguridad al tribunal y coordinará con la policía local, tampoco quiso hablar de los preparativos, pero emitió un comunicado: “El Servicio Federal de Alguaciles es responsable de la protección del proceso judicial federal y nos tomamos esa responsabilidad muy en serio. Garantizar que los jueces puedan fallar de forma independiente y libres de daños o intimidación es primordial para el imperio de la ley y una misión fundamental de nuestra agencia”.

Aun así, la comparecencia del ex presidente tiene a Miami preparándose para un día caótico en el downtown. Las empresas y los viajeros siempre tienen que lidiar con la intensa seguridad y las exigencias logísticas cuando un presidente visita la ciudad, pero la comparecencia de un ex presidente ante un tribunal federal penal añadirá más complejidad. El número de reporteros afuera del tribunal se ha disparado en los últimos días y pudiera haber manifestaciones cerca del edificio.

Aunque el jueves anunció en redes sociales que se le pidió que comparezca ante el tribunal federal de Miami a las 3 p.m. del martes, se desconocen los detalles concretos, al menos públicamente. Trump pudiera, por ejemplo, pasar la noche o la mañana antes de su comparecencia ante el tribunal en su complejo turístico de Doral o en su mansión de Mar-A-Lago, en el Condado Palm Beach. No se permiten cámaras en los tribunales federales y no está claro si Trump tiene intención de hacer una declaración antes o después de su comparecencia.

Otros organismos, como la Policía de Miami-Dade (MDPD), de mayor tamaño, ya se ofrecieron a ayudar a la Policía de Miami en caso necesario.

Si el controversial y dos veces impugnado presidente, que sigue atrayendo a multitudes de fieles seguidores, es conducido al downtown desde Doral, se esperan retrasos en las carreteras 836 o 112 y probablemente en partes de la I-95. Pero si es escoltado a la ciudad desde su casa del Condado Palm Beach, el trayecto de más de una hora por la I-95 sur pudiera convertirse en una procesión similar a un desfile o las fuerzas del orden pudieran cerrar la interestatal como hacen con los presidentes en ejercicio.

La cadena CNN informó el viernes por la mañana que el destacamento del Servicio Secreto del ex presidente seguía trabajando en un plan de comparecencia y que una vez que entre en el tribunal federal será entregado al Servicio Federal de Alguaciles, que lo arrestará y le tomará las huellas dactilares electrónicamente para evitar manchas de tinta. En abril, en el tribunal estatal de Nueva York, no se le tomó ninguna fotografía policial. Y CNN dijo que cualquier foto tomada por el Servicio Federal de Alguaciles permanecerá fuera de la vista del público.

Aunque el jefe policial Morales dijo que no tiene planes para una conferencia de prensa antes de la esperada comparecencia del ex presidente el martes, es poco probable que su posición disuada a los líderes electos de subir a un podio en algún momento, tal como hizo el alcalde de Nueva York, Eric Adams, en los días previos a la comparecencia de Trump ante el tribunal en el Bajo Manhattan a principios de abril.

Después de que Adams advirtiera al público que la Ciudad de Nueva York era “nuestro hogar, no un patio de recreo”, las protestas apenas se materializaron. Y con los 36,000 agentes uniformados de la Ciudad de Nueva York, solo unas pocas docenas de rezagados se presentaron en el tribunal de Manhattan y la ciudad permaneció en paz.

Las grandes protestas más recientes en Miami fueron bastante pacíficas. Aunque hubo brotes al principio de las protestas por los derechos civiles en el verano de 2020, a excepción de la primera noche, fueron menores. La ciudad también estuvo tranquila en los días cercanos a la insurrección del 6 de enero en el Capitolio de Washington DC.

Rachel Johnson, subjefa de Personal de la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, dijo que el condado está trabajando con Miami para prepararse para el evento. Hasta ahora, dijo, las autoridades federales no han formado parte de ese proceso.

“El MDPD está colaborando con la ciudad de Miami en un plan de seguridad”, dijo Johnson, “pero aún no hemos recibido ninguna solicitud oficial de apoyo”.

Un posible factor atenuante es la rápida redada y condena de muchos de los responsables de la insurrección del 6 de enero en el Capitolio de la capital. El ex líder local de los Proud Boy Enrique Tarrio, por ejemplo, fue condenado el mes pasado por confabulación sediciosa por su participación en el ataque al Capitolio. Pudiera permanecer encarcelado 20 años. También está tras las rejas el fundador de Oath Keeper Stewart Rhodes, sentenciado hace tres semanas a 18 años de prisión por cargos similares.

Aunque esas condenas y otras pudieran ayudar a mantener a raya a los posibles alborotadores el martes, acusar a un ex presidente de un delito federal es territorio inexplorado, dijo Chuck Wexler, director ejecutivo del Police Executive Research Forum de Washington DC. Wexler confía en que, teniendo en cuenta los recientes acontecimientos, las fuerzas del orden “intensifiquen sus actividades” y mantengan la paz el martes.

“Es una situación poco frecuente tener a un [ex] presidente protegido por el Servicio Secreto y, por otro lado, estar acusado de un delito federal. Pero dados los sucesos del 6 de enero, la Policía está atenta para prepararse ante acontecimientos que puedan tener mayores repercusiones”, dijo.

“Hay un elemento por ahí que es mayor que el mero encausamiento y eso lo supimos el 6 de enero. El elemento es preocupante y las fuerzas del orden están conscientes”.