“Seguimos en pie”: La historia de Yahya, Cindy y el equipo de Refugiados en París 2024

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Yahya al Ghotany y Cindy Ngamba tienen dos cosas en común: son atletas de alto nivel y aunque tuvieron que huir de sus países eso no apagó su ilusión olímpica. 

Yahya al Ghotany tiene 19 años y es originario de Siria, pero tras la guerra que destrozó a su país vive en Amman, Jordania. Es ahí donde practica su disciplina, el Taekwondo, y la ha perfeccionado al nivel de calificar para los Juegos Olímpicos. Al Ghotany estará compitiendo el 8 de agosto en la etapa eliminatoria de la categoría masculina de 68 kilogramos en Taekwondo.

En París 2024 se convirtió en uno de los abanderados más jóvenes de la historia, cargando una bandera que le da esperanza a los refugiados del mundo: la del Equipo Olímpico de Refugiados. Él y Cindy Ngamba se encargaron de representar como abanderados a los 37 deportistas que han sido desplazados de sus países de origen.

“Ser el abanderado de los refugiados del mundo es un sentimiento increíble”, dijo en una entrevista con el periodista Nischal Schwager-Patel, “ahora tengo la motivación de ser incluso mejor”.

Foto: Instagram Yahya Basam
Foto: Instagram Yahya Basam

Esta bandera representa mucho para él y Ngamba, pero también para los casi 120 millones de personas desplazadas que hay en el mundo, según las estadísticas de la Agencia para los Refugiados de las Naciones Unidas.

“Espero que esta bandera toque a cada refugiado alrededor del mundo. Muestra que seguimos en pie, con nuestra cabeza en alto y estamos felices. Estamos orgullosos de ser refugiados y ser parte de un equipo porque somos únicos. Si antes no nos conocían, ahora sí saben quienes somos”, dijo la originaria de Camerún durante la misma entrevista.

Ella dejó Camerún a los 10 años y encontró en Bolton, Reino Unido, un nuevo hogar. Es ahí donde entrena el boxeo junto con el equipo olímpico de Gran Bretaña, pero gracias al fondo para refugiados del Comité Olímpico Internacional puede competir representando a quienes han sido desplazados de sus países de origen, como ella.

Ngamba es una de las favoritas para ganar una medalla en su disciplina. Se encuentra en la categoría de boxeo femenino de 75 kilos y logró el pase a los cuartos de final al vencer a la canadiense Tammara Thiebault. Estará compitiendo el 4 de agosto por el pase a la semifinal, y de ganar, haría historia convirtiéndose en la primera atleta refugiada en lograr una medalla.

Foto: @RefugeesOlympic
Foto: @RefugeesOlympic

 

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La historia del equipo de refugiados

El Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Internacional creó el Equipo Olímpico de Atletas Refugiados en 2015 para las olimpiadas de Río 2016, bajo el principio de que aquellos atletas que han sido desplazados puedan ser tratados de la misma forma que quienes tienen un país y un comité olímpico que los lleve a los juegos.

El Equipo de Refugiados recibe entonces el mismo tratamiento que los otros 206 equipos de los Comités Olímpicos Nacionales (NOCs). En el año de su fundación decidieron que el nombre oficial sería Equipo de Atletas Olímpicos Refugiados (ROA), que para Tokio 2020 cambió a Equipo Olímpico de Refugiados (EOR) y de esa manera permanece en París 2024.

Como los demás NOCs, el EOR recibe su propia ceremonia de bienvenida y habitaciones en la villa olímpica, como cualquier otro equipo. 

Foto: @RefugeesOlympic
Foto: @RefugeesOlympic

El Comité Olímpico Internacional les designa un equipo de apoyo, que incluye un jefe de la misión, entrenadores y oficiales técnicos–cumpliendo con las cuotas oficiales–, y también se encargan de darles sus uniformes. Cubren todos los gastos de viaje para que los atletas puedan participar, y más allá de los Juegos, siguen dándoles apoyo económico para que continúen entrenando y compitiendo en sus disciplinas.

Para representar al equipo en las competencias y en las posibles ceremonias de premiación en caso de que logren una medalla, utilizan la bandera olímpica y el himno Olímpico. 

En el año de su fundación, 10 refugiados originarios de Siria, Etiopía, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo participaron como parte de este equipo. En Tokio 2020, 29 atletas refugiados compitieron con el EOR, y para París 2024 creció a 37.

Estos deportistas siguen siendo un símbolo de esperanza para todos aquellos desplazados, y continúan demostrando que el deporte es para todos.

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