Secuestro en México: Tamaulipas, el estado en el que la vida no vale nada

El secuestro de cuatro estadounidenses ha devuelto al estado mexicano de Tamaulipas a todos los titulares. Estos amigos habían cruzado la frontera para recibir tratamiento médico cuando se vieron involucrados en un tiroteo antes de ser introducidos en un vehículo por la fuerza. Dos de ellos murieron, mientras que otro resultó gravemente herido.

Aunque la investigación todavía sigue su curso, se cree que este grupo fue confundido con narcotraficantes por parte de los miembros de un cártel. Un error fatal que ha puesto de relieve una vez más la situación dramática con la que viven millones de mexicanos a diario.

En Tamaulipas hay un reguero de muertes y desapariciones en los últimos años. (Photo by John Moore/Getty Images)
En Tamaulipas hay un reguero de muertes y desapariciones en los últimos años. (Photo by John Moore/Getty Images)

Tamaulipas se ubica en el noreste de México y es uno de los estados más extensos del país, con más de 80.000 kilómetros cuadrados. Limita al norte con el río Bravo, que es el que lo separa de Estados Unidos, y precisamente esta ubicación es una de las causas de la violencia que sufre.

Su cercanía a la frontera estadounidense convierten al estado en una ruta clave para el tráfico de drogas, el tráfico de inmigrantes o el tráfico de armas. Es, en definitiva, una zona de contrabando de todo tipo de productos ilegales. Y es por eso que en ella se vive una lucha encarnizada entre distintos grupos criminales que se disputan el territorio, atraídos por la oportunidad de hacer lucrativos negocios.

Durante años, a este lugar se le ha conocido como la frontera olvidada, un área en el que había que convivir con asesinatos y desapariciones, mientras que el Cártel del Golfo y los Zetas batallaban por liderar todo este comercio ilegal, que incluye gasolina, cocaína y también personas.

Unos niveles de violencia muy elevados, y sobre todo, constantes en el tiempo, que ha ido dejando un rosario de tragedias en las últimas décadas. Desde 1964, el estado tiene un registro de desaparecidos que supera las 12.000 personas. Tamaulipas cerró el 2022 con 472 homicidios dolosos y 20 feminicidios, según los datos oficiales, lo que supone más de un homicidio diario en la región.

Es cierto que en los últimos años el estado no se encuentra entre los que tienen un mayor número de homicidios dolosos. Concretamente, en 2022 se encontraba en el puesto 18 de 32, pero la realidad es que la violencia nunca ha cesado y normalmente las mejorías han ido más relacionadas con el fin de las hostilidades de los grupos que con la acción efectiva del Gobierno.

Madres sujetan carteles de sus hijos desaparecidos. (PEDRO PARDO/AFP via Getty Images)
Madres sujetan carteles de sus hijos desaparecidos. (PEDRO PARDO/AFP via Getty Images)

Un ejemplo claro de la peligrosidad de la región es que Estados Unidos incluye Tamaulipas entre los seis estados mexicanos a los que recomienda no viajar, junto a Colima, Guerrero, Michoacán, Sinaloa y Zacatecas. Todos ellos están en nivel 4 por los delitos y secuestros que se viven en sus territorios. La actividad delictiva organizada incluye tiroteos, asesinatos, robos a mano armada, robo de automóviles, secuestros, desapariciones, extorsión y agresión sexual.

Hay otro factor importante que explica por qué este estado en el que han sido secuestrados los cuatro estadounidenses no se encuentra entre los que tienen un mayor número de homicidios en el país y es que tras la grave masacre de 2010 en San Fernando, los grupos criminales han cambiado sus estrategias.

Ese año, 72 inmigrantes fueron asesinados por el Cártel de los Zetas durante su tránsito por México hacia Estados Unidos, la conocida como Masacre de Tamaulipas. Esta tragedia dio la vuelta al mundo y atrajo el interés de Naciones Unidas, que denunció que los familiares de aquellas víctimas siguen "en búsqueda de verdad, justicia y reparación".

Tras esta condena de los organismos internacionales, estos grupos empezaron a optar por la desaparición de las víctimas, enterrando los cuerpos en fosas comunes o incinerándolas. De esta manera, la cifra de homicidios no refleja realmente el número total de asesinados, mientras que los desaparecidos siguen aumentando.

El secuestro de los cuatro estadounidenses solo ha sido un caso más de la larga lista de crímenes cometidos en Tamaulipas en los últimos años. Un reguero de violencia contra inocentes que parece no tener fin.

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