Santiago Creel y su absurda idea de que AMLO lo discrimina "al revés": por ser blanco y de ojos azules

Santiago Creel pretende contender por la presidencia de la República en 2024, como candidato del Frente Amplio por México. No es la primera vez. Ya lo intentó en procesos internos del PAN en 2006 y 2012, en ambos casos sin éxito —los elegidos fueron Felipe Calderón y Josefina Vázquez Mota, respectivamente—. En esta ocasión, Creel forma parte de los 13 aspirantes registrados hasta el momento. Sin embargo, su nombre, detrás del de Xóchitl Gálvez, resalta por encima del resto por la extensa trayectoria política que ha construido.

El refuego está a la orden del día en estos tiempos, y eso que todavía falta un año para las elecciones. No es la primera vez que Creel rivaliza con López Obrador. Ya lo habían hecho cuando ambos contendieron por la jefatura de gobierno en el 2000. Desde entonces, en diversos lugares cada uno, las rencillas se han ido renovando hasta llegar al punto actual: presidente contra aspirante a la candidatura. Ahora Creel ha dicho que López Obrador le critica por su color de piel y ojos, y que le aplica la denominada "discriminación inversa". Así lo expresó en una conferencia de prensa.

“Ya han hecho muchas campañas en mi contra de muchos tipos, en las mañaneras he sido objeto de infundios, he sido objeto de ataques, no solamente a mí, a mi familia, a mi origen, al color de mi piel, al color de mis ojos, porque es una discriminación inversa lo que él hace, porque aquí no todos somos iguales”. Las palabras de Creel podrían encajar en una discusión de Twitter. Ahí abundan reclamos por la supuesta discriminación inversa.

Pero se esperaría algo diferente, de otro nivel, de un político con tanta experiencia y que, aunque no luzca como favorito ante el auge que está viviendo Xóchitl Gálvez, tiene la intención de presidir un país. México, la nación en la que el racismo y la discriminación no son cosa de juego ni de victimismo. Creel no conoce el racismo porque, si así fuera, jamás habría accedido a cargos públicos, y ni soñar con los cargos de alto perfil que él ha tenido. De eso trata las discriminación sistémica en el país: el bloqueo a quienes no cumplen con un estándar.

Creel jamás ha sido negado a entrar a un establecimiento público por su color de piel u ojos. No está segregado en la sociedad. Es cierto, sí, que López Obrador vive atacando a todos sus adversarios políticos, y que particularmente con Xóchitl Gálvez ha ensuciado el juego político al hacer públicos los domicilios fiscales de sus empresas. Pero Creel está cayendo en un victimismo que además de no tener fundamentos, le perjudica en sus pretensiones de alcanzar la presidencia.

¿Cómo puede pretender que entiende al país? Según la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS 2022), un 23.7 % de la población mexicana mayor de 18 años se sintió discriminada entre julio de 2021 y septiembre de 2022. Casi un cuarto del país ha padecido los estragos de la discriminación, mientras Creel considera que él es una víctima. Los opositores se quejan de que López Obrador divide al país. Y aunque algo haya de cierto en ello, Creel y similares siguen sin aprender ni entender nada —por eso llora por la situación del país, aunque no lloró antes; por ejemplo, cuando él formó parte del gobierno—.

No saben por qué perdieron, por qué se cansó la gente de los mismos rostros y apellidos de toda la vida. Creel vive en una burbuja que no se rompe ni con una vida dedicada a la política, una actividad profesional que, en teoría, debería dotarle de los argumentos necesarios para entender el país que pisa. Es el victimismo más simplista que se haya visto recientemente. El argumento podrán comprárselo algunos, que también vociferan ser víctimas de racismo a la inversa, pero no un país entero en el que el racismo real sí existe.

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