Santi y Laurita, la pareja favorita de la radio de Miami: ‘Cuando llegábamos peleados salía mejor’

Al público que los sigue en la radio de Miami le cuesta imaginar a Santi sin Laurita, y, por supuesto, a Laurita sin Santi. Casados en la vida real, el colombiano y la argentina dominan el arte de convertir las diferencias matrimoniales en una fiesta. Llevan 17 años de casados y parece que se acaban de conocer. Cuando se enfrascan en una controversia, con ese flow y ese carisma que tienen, uno recupera la fe en el matrimonio.

“Yo sin Laurita –suena medio tóxico y medio feo– pero yo sin Laurita no me veo. Un día hice el experimento: cómo sería mi vida sin Laurita, y creo que lloré y todo”, reconoce Santi.

“Yo no veo ninguna lágrima”, bromea Laurita.

“[Las lágrimas] Son por dentro”, responde Santi, que luego le pone un poco de seriedad a la pregunta de cómo son cuando están separados, y afirma que durante el día se ponen muchos sombreros, incluyendo el de influencers, una labor que comienza después del mediodía, cuando llegan a la casa de grabar su show de radio, para el que están listos a partir de las 4:30 a.m.

La docuserie 305 Influencers entrevista a una pareja favorita de la radio de Miami, Santi y Laurita, que conducen ‘El Flow’, un show matutino que se graba en Miami y se extendió a cinco ciudades de Estados Unidos.
La docuserie 305 Influencers entrevista a una pareja favorita de la radio de Miami, Santi y Laurita, que conducen ‘El Flow’, un show matutino que se graba en Miami y se extendió a cinco ciudades de Estados Unidos.

Desde hace tres años Santi y Laurita conducen El Flow de Miami, de Univision Radio, que se ha convertido en el show matutino número uno por su sintonía entre adultos de 18 a 49 años. Y el triunfo es aún mayor porque se imponen sobre los programas en inglés.

El show se graba desde Miami, y se escucha por Mix 98.3, pero recientemente se expandió a Chicago, Dallas, Houston, Phoenix y San Francisco, por lo que ahora se llama solo El Flow. Los acompaña en el espacio radial la comunicadora venezolana Vicky “La Chama” Van.

Compartir la vida en la radio de Miami

Santi recuerda que cuando empezaron el show era difícil ponerse de acuerdo. “Laurita es muy creativa y yo soy más metódico”, dice. “Nos peleábamos en el carro, y entrar al aire a despertar a la gente es difícil si estas peleado con tu pareja”.

Pero eso a la gente le gustaba. “Cuando llegábamos peleados salía mejor”, confiesa Santi.

Así nació su estilo. Se dieron cuenta que al público le gustaba que ellos compartieran su vida y a la vez hablar de la suya.

Un día llegaron peleando a su programa de radio y se dieron cuenta que a la audiencia le gustaba la controversia de pareja. Así nació el estilo radial de Santi y Laurita.
Un día llegaron peleando a su programa de radio y se dieron cuenta que a la audiencia le gustaba la controversia de pareja. Así nació el estilo radial de Santi y Laurita.

“A veces nos llama un señor y nos dice: ‘Aquí estoy con mi esposa’ “, dice Laurita, indicando que el programa tiene un carácter familiar.

“Más que talentos de radio, somos personas a las que les pasan las mismas cosas que a nuestros oyentes. El show de radio se ha convertido en un desahogo de nuestros oyentes con nosotros”, apunta Santi.

Santi y Laurita en el papel de influencers

De la misma manera se han convertido en influencers, al punto que solo en Instagram tienen más de 477,000 seguidores. Pero a ellos no les gusta llamarlos “seguidores”, sino “familia”, apunta Laurita, que al principio estaba reacia a convertirse en influencer por la carga negativa que puede tener la palabra para algunas personas.

“La lees y piensas que se refiere a una “persona que se pasa la vida haciendo videitos”, dice Laurita, que coincide con otro de los influencers de Miami, el venezolano Marko, sobre la importancia de “hacer reír a quien ha tenido un día malo”

“El influencer te puede cambiar el día o el momento porque te hizo reír o reflexionar”, dice defendiendo un formato que ya es muy popular, y una segunda carrera que debe cultivarse todos los días, compartiendo videos, para que siga siendo exitosa.

“Los días que me siento romántica le digo a Santi: ‘Ve a dormir que yo hago un video”, cuenta, explicando que el show de la mañana demanda mucha energía y que a veces tienen que esforzarse para hacer el trabajo de las redes sociales, después de haberse levantado tan temprano para el programa radial.

“Lo que apetece es una siesta”, afirma Santi, que coincide con su esposa en que hay que ser consistente en el trabajo de las redes porque los seguidores tienen expectativas.

Laurita notó por primera vez que estaban llegando lejos en las redes, cuando en un mall de Miami, una persona, al verla discutiendo por un pequeño detalle con su esposo, le dijo: “No le pelees más a Santi. Yo te sigo en Instagram”.

Santi y Laurita, una historia de éxito

Santiago “Santi” Franco y Laura Giménez llegaron a Miami de adolescentes. Se conocieron en una iglesia cristiana de Hialeah, “que ya no existe”, donde Laurita cantaba en el coro, le contó la pareja a el Nuevo Herald en una entrevista con motivo del Día de San Valentín en febrero del 2019.

Se casaron en una casa club de Doral el 13 de mayo del 2006, y a los seis meses de casados se separaron. Luego decidieron darse una segunda oportunidad y comenzar su relación de cero.

Laurita lo llama “su centro”, la persona que la ayuda a organizarse porque ella es muy “desordenada”.

“Ella no se sabe su número de Seguro Social, no sabe cuánto gana, no entra al banco. Si no fuera por mí, tuviera hasta problemas con el IRS”, apunta Santi, que cree que lo que los hace “invencibles”, es que son muy buenos amigos.

Llegaron de adolescentes a Miami y en su primer apartamento de casados solo tenían una cama y una vieja laptop. Hoy sueñan en grande pero siguen siendo los mismos.
Llegaron de adolescentes a Miami y en su primer apartamento de casados solo tenían una cama y una vieja laptop. Hoy sueñan en grande pero siguen siendo los mismos.

Laurita recuerda los tiempos en que no tenían nada en su apartamento. Solo una cama vieja y una laptop lentísima con la que ella comenzó a hacer páginas web.

Santi trabajaba en un programa de radio por la madrugada, donde solo lo escuchaban “los borrachitos y mi mamá”, reconoce el locutor. A veces Laurita lo acompañaba a la emisora y allí se ponía a trabajar en lo suyo.

“Hasta los sueños eran escasos, no soñábamos en grande”, rememora Laurita, que se maravilla como hoy sueñan, emprenden, y a la vez siguen siendo los mismos de entonces. “Me quedo con ese colchón”, dice Laurita nostálgica, y Santi apunta que ahora subieron del colchón full a uno king.

El tema de los hijos

La pareja pasó mucho tiempo tratando de tener hijos hasta que aceptaron que el “no” es también una respuesta. Decidieron que no entrarían en procedimientos médicos invasivos y que serían “una familia de dos”.

“Cuando nos dieron el diagnóstico no podíamos hablar del tema, porque se nos hacía el taquito en la garganta o nos daba angustia”, recuerda Laurita. “En un momento dijimos: ‘El tema está superado. Vamos a crear contenido sobre eso porque hay gente que está pasando por lo mismo”.

La pareja no puede tener hijos, y para ser padres de muchos niños crearon la Fundación Santi y Laurita, que tiene comedores en Medellín, Colombia.
La pareja no puede tener hijos, y para ser padres de muchos niños crearon la Fundación Santi y Laurita, que tiene comedores en Medellín, Colombia.

Para ayudar a niños crearon la Fundación Santi y Laurita, que ahora tiene comedores en Medellín, para alimentar a niños necesitados. No solo tienen la intención de abrir muchos centros como estos –también de ayuda a adultos mayores– en varios países, sino que se proponen mantenerlos, para que no se queden en el aire, dijo Santi.

“Tenemos el sueño de que cuando seamos viejos, podamos llegar a lugares, y que muchos niños nos digan: ‘Ustedes nos ayudaron a cambiar la vida’. Nos hemos encontrado con historias de niños que no tienen noción de futuro, porque no tienen ni para comer ese día”, dice Santi, afirmando que así quieren convertirse en padres de muchos niños.