Sandra Ramos muestra su arqueología del presente con una extensa instalación en Pan American Art Projects
Hace más de 4,200 años, un escriba sumerio dejó un documento para la historia: una pequeñísima tablilla de barro con seis líneas de escritura cuneiforme. Este objeto arqueológico es considerado hoy en día como el primer libro de escritura que se conoce.
Para caligrafiar, los antiguos pobladores del sur de Mesopotamia se aseguraban de que el barro estuviera húmedo para fijar el texto. Luego lo secaban al sol para endurecerlo, o lo cocían en un horno con el mismo propósito. Este sencillo medio de comunicación fue utilizado por sumerios, acadios, babilonios, asirios, elamitas, urarteos, hititas, para saldar disputas administrativas o políticas, pero también para plasmar temas de literatura épica, textos religiosos, científicos, históricos y hasta filosóficos.
Como una arqueóloga del presente, la artista cubana Sandra Ramos retoma y recontextualiza el tema de las escrituras sumerias en “Impossible Dialogue- Sumerian Disputations”, su exhibición personal en Pan American Art Projects, en su nuevo espacio del Design District. En la muestra, la artista se enfoca en la falta de civismo sistemático que afecta las interacciones en los espacios digitales, mayormente reflejadas en las “tablillas” del presente: ordenadores, teléfonos, Ipads y otros tipos de dispositivos electrónicos.
Para lograr su instalación, Ramos transformó el espacio en un entorno que replica con exactitud casi matemática a una tienda Apple. La diferencia en este caso radica en que los aparatos tecnológicos que se venden en la popular tienda son aquí sustituidos por sus propios avatares hechos de barro, adornados con inscripciones de textos e imágenes a relieve. A simple vista, Ramos hace un paralelo entre las “disputas sumerias” antes mencionadas con la actual profusión de ciber mensajes de odio, intolerancia y extremismo, tan comunes en el macrocosmo de las redes sociales.
“Comencé a trabajar en las piezas de esta exposición a principios de 2021 como respuesta a la proliferación de la polaridad comunicativa generada en las redes durante el confinamiento que produjo el COVID 19. [La concebí] como parte de un proyecto instalativo e interactivo en proceso al cual siempre pueda seguir adicionando nuevas piezas”, explica Ramos, que obtuvo una licenciatura en arte del Instituto Superior de Arte en Cuba y actualmente ejerce como profesora de arte en la Florida International University, en Miami.
Las tablillas de barro de Ramos establecen un símil irónico con la historia de la antigua tradición sumeria de “ventilar los problemas” a través de los escritos cuneiformes. El paralelo entre lo antiguo y lo contemporáneo nos hace reflexionar sobre los temas de lo que es considerado dominio público y lo que es privado, en el contexto de las plataformas sociales, en la era digital. “Me interesa pensar en la aparente permanencia de lo emitido en el espacio digital en relación con la subsistencia histórica del objeto material, y la correlación entre lo tangible y lo intangible de lo virtual”, explica la artista, que también ostenta una maestría en arte del San Francisco Art Institute.
En su visión, la artista asegura que es relevante tener en cuenta otros asuntos de interés que tienen que ver con la legislación y el legado que cada cada uno de los millones de usuarios de las plataformas digitales deja en la esfera virtual—o lo que es lo mismo, el credo de que todo aquello que se publica en la red existe para siempre, no importa cuánto se haga por hacerlo desaparecer.
“Es importante el debate sobre el concepto de libertad de expresión, la responsabilidad personal y el peso de la opinión emitida en un espacio público colectivo en su relación con la legalidad, la privacidad y los derechos e información que compartimos dentro de la cultura digital… Lo que expresamos en estas plataformas digitales y sus ramificaciones interpretativas en diferentes contextos, con relación a la historia en el proceso de exposición sin filtro ético de nuestros pensamientos y hábitos, así como el legado ético y cívico que dejaremos a las futuras generaciones”, dice la artista.
Algo a considerar en la instalación de Ramos, es la manera lúdica (y lúcida) en la que la artista condiciona la relación de la pieza con los visitantes. Todo sucede en el contexto de la galería replicando lo que pasaría en una de las tiendas Apple. Solo que los observadores que aprecian los avatares expuestos aquí son invitados a crear los suyos propios, en una mesa dedicada a esta “acción”. El visitante recibe instrucciones de cómo hacerlo, lo mismo en forma de lista o de la boca de alguna de las personas que trabajan en la galería. Así, quien lo desee sabrá cómo escribir su propio mensaje o su “disputa” usando las herramientas proporcionadas por la artista, y que son un guiño al pasado desde el presente.
Es ahí donde Ramos derriba la cuarta pared en su instalación: el espectador no solamente participa y aprende sino que involucra su cuerpo y su capacidad cognitiva en el acto de crear su propio texto. Y en esa “convocatoria”, la obra de Ramos formula cuestiones importantes del presente haciendo que la experiencia sea para el espectador al mismo tiempo educativa y divertida. Por decirlo de otra manera, la pieza de la artista cubana nos muestra cómo explorar asuntos vitales de la contemporaneidad a través de un mensaje sutil que no ha sido “embutido a cucharadas”.
“Mi trabajo conecta ideas, personas y épocas, promoviendo la tolerancia, la comprensión y la esperanza. [Mi idea] es invitar a los espectadores a cuestionar sus [propias] suposiciones y a relacionarse de manera más reflexiva y productiva con sus comunidades. En última instancia, mi arte es un testimonio del poder de la creatividad para conectarnos con una experiencia humana más significativa”.
Al preguntársele si en su larga y exitosa carrera ha encontrado una fórmula general que la ayude a expresar sus ideas, la artista explica que todo radica en sus deseos de encontrar la peculiaridad a partir de la reflexión. “Creo que mi fórmula creativa está marcada por la curiosidad, la investigación, la experimentación y la interacción. Y aun cuando hay constantes formales y conceptuales en mi trabajo—como el uso de símbolos y personajes persistentes en muchas de mis obras— otros como las instalaciones son bastante difíciles de clasificar o reconocer dentro de una línea de lenguaje personalizado como canon”, explica Ramos.
De ahí que Ramos acentúe en sus trabajos sus propias preocupaciones políticas y sociales, e intente proyectarlas lo más extensamente posible. “Busco comunicarme con un amplio público y [tanteo en las maneras] de fomentar un pensamiento crítico sobre los principales problemas de nuestro mundo”, explica la artista. “Mi arte reflexiona sobre las dinámicas de poder y las narrativas que han moldeado la historia y continúan afectando a la sociedad contemporánea. También trato de explorar la relación entre las esferas privadas y públicas, exponiendo el desencanto político y la polarización que marcan nuestra realidad actual”.
De su credo como artista, Ramos subraya que el arte ha sido su manera más eficaz para estar en contacto con sus contemporáneos. “Mi trabajo artístico es mi lenguaje más real y personal, mi mejor manera de relacionarme y comprender a los otros seres humanos y al contexto en que vivo”, asegura la artista. “A través de mi obra expreso todo lo que no sé traducir de otra manera, lo que no puedo hablar, lo que me preocupa, lo que me da curiosidad y placer lo que admiro y lo que odio”.
Para la creadora cubana, el proceso de creación tiene la capacidad de acercarla al mundo de una manera más sincera, honesta, original y cercana a la verdad y a la esencia humana. “Soy una gran consumidora de arte, literatura, filosofía, teatro, música y cualquier manifestación cultural porque siempre he creído que aun la más absurda de las expresiones artísticas es más auténtica que cincuenta noticieros, discursos políticos o libros de historia. Yo creo en la verdad y en la capacidad del arte para informarnos acertadamente sobre el pasado y dejarnos imaginar y predecir futuros”.
“Sandra Ramos: Impossible Dialogue- Sumerian Disputations”, Pan American Art Projects. 21 NE 39th Street, Miami, Design District. Hasta el 31 de agosto. Domingo, martes y miércoles, desde el mediodía hasta las 6 p.m. Jueves y sábado, de 11 a.m. a 7 p.m. Más: (305) 751-2550 o www.panamericanart.com.
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