Salon Empire, el negocio de una pareja de Seminole que busca crear espacios para emprendedores en el mundo de la belleza

Natasha Martínez comenzó su aventura como empresaria en el mundo de la belleza en un pequeño espacio en su apartamento de dos cuartos. Poco después se enteró que estaba embarazada de su primer hijo.

En ese momento dice que se dio cuenta de que ya no era un sueño lo que iba a cumplir, sino la necesidad de salir adelante para proveer para su pequeño retoño.

“Sabía que iba a tener este bebé y tenía que resolver esto. Entonces, mientras estaba embarazada de él, me mudé a un lugar, en ese momento no había este concepto de suites, así que me mudé a un espacio de oficina y tenía una oficina de 50 pies cuadrados, tal vez 100 pies cuadrados. Y comencé a salir adelante allí. Empecé a construir mi marca a partir de ahí”, confesó.

Así nació su primer concepto conocido como Oh la la Brow Bar and Waxing Studio, un salón de diseño de cejas y depilación entre la avenida Bumby y Michigan en downtown Orlando que busca transformar vidas creando nuevas miradas. Once años después, ha expandido a realizar diversos servicios entre los que añadió el blanqueamiento de dientes, talleres de capacitación y más.

El camino no ha sido sencillo, pero la puertorriqueña nacida en Boston, pero radicada en Florida hace 17 años, dice que la perseverancia y el querer luchar para romper con estereotipos tanto dentro de la industria de la belleza como en la cultura hispana le ayudaron a continuar.

“Siempre he estado en la industria de la belleza desde que era muy joven. Empecé cuando tenía como 14 años, mi mamá es peluquera. Así que ella me enseñó todo lo que sé”, dijo en entrevista con El Sentinel Orlando. Con el conocimiento y experiencia en la industria de la belleza, Natasha sabía que tenía que aprovechar para crear ingreso multigeneracional y no vivir de cheque en cheque de sus ganancias como experta en belleza.

Esto, y el incremento en los costos de renta por su espacio de negocio la llevó, junto a su esposo, Carlos Martínez, a crear Salon Empire, un centro comercial de salud y belleza de 4,000 pies cuadrados con 19 unidades individuales amuebladas en una plaza comercial en 1750 Sunshadow Drive en Casselberry.

Ahora tiene miras en expandirlo a un segundo emprendimiento para principios de 2023, no solo como un negocio rentable para su familia, sino para ayudar a otros que están comenzando como ella a tener un “espacio seguro, accesible y con todo lo que necesitan para hacer su trabajo. Solo tienen que pagar renta y nosotros nos encargamos de todo lo demás”.

“Ha sido un sueño hecho realidad. Siempre lo hemos hablado, pero el verlo ahora, de verdad que me llena de mucha emoción”, dijo Natasha. Este es “el momento de los emprendedores” aseguró Natasha. “Todos quieren ser su propio jefe, pero no todos saben cómo comenzar su propio negocio o cómo poder pagar todo lo que conlleva eso”, dijo.

Su salón de belleza ofrece a los inquilinos una variedad de servicios de salud y belleza que incluyen cabello, uñas, maquillaje, depilación con cera, bronceado, tatuaje, yoga, masajes, acupuntura y quiropráctica. “Es un one-pit-stop, una parada única para todo los clientes”.

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En la industria de la belleza ha tenido grandes aliados, como su esposo, quien incluso abandonó una carrera en la industria de la construcción para unirse a ella en el negocio. Esta movida, dijeron, levantó muchas cejas y les ganó muchas críticas de personas que no confiaban en ellos.

“Pero aquí estamos. No fue fácil, pero esto literalmente es un dúo. Lo hacemos juntos y para mi, pensar en que mi esposa necesitaba mi ayuda y mi apoyo, no fue difícil”, dijo Carlos quien confiesa que ha enfrentado cuestionamientos sobre ingresar a una industria que predominantemente es liderada por mujeres y personas LGBTQ+.

“A veces la gente dice ‘un hombre que trabaja en construcción ahora va a ser recepcionista en un salón de belleza’, pero estoy aquí mano a mano con ella, manejo todo lo que tiene que ver con el negocio desde las citas hasta los pagos, contratos etc. Incluso sí, he aprendido a realizar ciertos tratamientos para ayudar cuando hay necesidad de una mano extra”, dijo.

“Realmente lo que sucedió fue que, en el momento en que me quedé embarazada de nuestro segundo, tenía tres salones. Así que tenía Oh La La, tuve uno en Winter Park, y abrimos, estoy loca y decidí abrir un bar de blowout cuando tenía como seis meses de embarazo. Él todavía estaba en construcción. Y yo estaba como, me tienes que ayudar a manejar esto”, dijo Natasha entre risas.

“Pensé, tienes que venir a ayudarme; tenemos que hacer esto juntos. De lo contrario, no creo que sobreviva. Y este hombre, solo me dijo ‘¿qué necesitas que haga?’ Y yo dije: Necesitas administrar los salones. Y él dijo: Bien, bueno, necesito una lista de lo que quieres que haga. Dejó la construcción por completo, contratamos a un entrenador de salón que lo entrenó y le enseñó cómo administrar un salón. Y luego, a partir de ahí, simplemente hemos continuado expandiendo”, explicó.

Martínez dijo que gastaron casi $200,000 en el proyecto, que tuvo ingresos de alrededor de $50,000 en menos de seis meses. Fue una labor de amor y mucha atención, confesó la pareja quien realizó muchos de cambios y construcción por su cuenta.

“Con la experiencia de Carlos en la construcción, mi papá que también tiene experiencia en eso, y yo que tengo un grado en decoración de interiores diseñamos todo, cada detalle”, dijo Natasha.

Su interés era crear un ambiente que fuese moderno, que tan pronto la gente entrara dijeran wow, que bello, es bien moderno, mira cómo está decorado. Esas cosas que hacen que la gente se sienta a gusto, segura, en un lugar limpio”, dijo.

No solo es ideal para quien va en busca de servicios, pero también para el que renta su espacio. “No tienes que pagar un local completo, pagas por tu espacio que puede venir ya decorado y arreglado o lo cambias a cómo tú gustes”, dijo Natasha. Además, pagan todos los servicios públicos de agua, luz, tienen una lavandería e incluso tienen licencias que cubrirían los servicios que proveen. “Trabajan bajo la licencia de belleza de Salon Empire a menos que necesiten una licencia para otra especialidad. De lo contrario, solo ven con tu caja de cosas y prepárate para comenzar a trabajar y generar ingresos”, dijo Carlos.

La pareja escogió la zona de Casselberry para su negocio puesto que “aprendimos manejando el salón en downtown que mucha gente de acá tenían que llegar hasta allá para sus servicios”, explicó Carlos. Para su expansión están mirando el condado de Seminole están negociando el arrendamiento de una instalación de 2,000 a 3,000 pies cuadrados al oeste de la Interestatal 4 en Altamonte Springs.

Martínez dijo que comenzará el proceso de abrir un tercero con el objetivo de eventualmente franquiciar su concepto.

“Esto será más fácil de franquiciar que el negocio Brow and Lash porque se necesita muy poca capacitación para un salonplex. El verdadero trabajo, dijo, viene con el lanzamiento”, explicó.

Rompiendo estereotipos

Trabajar juntos no ha sido un reto, dijo Natasha. Bromearon que en medio de la pandemia escuchaban historias de gente que se estaban volviendo locos trabajando en el mismo espacio todo el tiempo. “Para nosotros, esto es parte de nuestro día a día y es lo que nos funciona. Siempre estamos en la misma página con todo. Y tenemos nuestras propias pequeñas reuniones y esas cosas y así es como nos unimos como un equipo”, dijo Natasha.

La clave del éxito ha sido que “no tenemos esos roles estereotípicos en los que es como, oh, bueno, yo soy la esposa y cocino y limpio, y luego tú eres el esposo y tú haces esto otro. Ya llevamos años trabajando juntos, ahora con este concepto estamos separados porque yo estoy en Oh La La y él acá manejando esto y es gracioso porque lo extraño”.

Carlos confesó que en un principio fue complicado pues no conocía la industria. “Creo que el ajuste número uno de ir de la construcción a la industria de la belleza, diría que las horas. Pasé de un inicio a las 6 a.m. versus un inicio a las 10 a.m., es una diferencia bastante grande. Nunca veía a los chicos por la mañana, siempre me iba antes de que todos se levantaran. Y luego, incluso trabajaba 10, 12, 14 horas al día, por lo que todavía llegaba a casa muy tarde y apenas pasaba una hora más o menos con los niños porque los hijos se van a la cama temprano”, recordó de sus comienzos.

“Lo siguiente sería la estructura dentro de la empresa. Así que obviamente tratar con mujeres todo el día versus estar rodeado de hombres. Fue una transición, diferente y divertida”, dijo Carlos.

Mirando atrás a cuando todo comenzó con un sueño, Natasha dice que “tuvimos esta discusión recientemente. Y le digo,’¿puedes creer que todo esto era un boceto, era un boceto y cuadernos donde escribí todo a mano?’. Y ahora estamos sentados aquí”, dijo emocionada Natasha.

Ver a los especialistas en belleza tener su espacio sin tener que invertir grandes cantidades, poder hacer su propio horario entre otros beneficios “refuerza todas las cosas por las que hemos trabajado tan duro”, dijo Natasha. “Todo lo que puedas soñar puede suceder. Es solo cuánto trabajo quieres poner en ello”, recomendó la empresaria.

Para los detractores que dudaron de ellos y de su movida de la construcción a la belleza, Carlos solo dijo “míranos ahora. Lo hicimos, y todavía vamos a seguir haciéndolo. Vamos a seguir persiguiendo nuestro sueño y solo habrá más por venir”.

La pareja busca lograr dejar un futuro seguro para sus hijos, pero también quieren ser ejemplo para las personas que tienen un sueño y esperan una señal para salir adelante. “Esta es su señal, quienquiera que vea esto, sepa que lo que sea que te propongas, si simplemente trabajas duro y nunca renuncias a tu sueño, lo puedes lograr”, añadió Carlos.

Para obtener más información sobre este lanzamiento, comunícate con: Natasha Martínez o Carlos Martínez, copropietarios Salon Empire 321-331-5846 ohlalawaxstudio@icloud.com