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Sale la familia Havenick, entra la Poarch Band of Creek Indians mientras avanza la venta del Magic City Casino

Tras un retraso de dos meses y una nueva propuesta para lo que se dice es el mayor acuerdo de casinos de la historia del estado, la Comisión de Control de Juegos de Azar de la Florida aprobó el miércoles con condiciones la venta del permiso de juego del Magic City Casino en Miami a una tribu de indígenas americanos de Alabama.

La decisión permitirá a la familia Havenick de Miami y a su empresa West Flagler Associates completar una venta multimillonaria de su casino a PCI Gaming Authority, propiedad de la Poarch Band of Creek Indians, para operar máquinas tragamonedas, mesas de poker y juegos electrónicos en Miami.

No se ha revelado el precio de compra, pero el abogado John Lockwood, que representa tanto a West Flagler Associates como a PCI Gaming, dijo a la comisión que será una operación en efectivo. Las estimaciones de la industria son que el acuerdo está valorado en alrededor de $600 millones. En 2019, PCI Gaming Authority adquirió el Sands Casino Resort en Bethlehem, Pennsylvania, por unos $1,300 millones.

Será el primer cambio en la propiedad del casino, conocido desde hace mucho tiempo como Flagler Dog Track, que ha pertenecido a la familia Havenick durante generaciones. Los nuevos propietarios tienen planes ambiciosos, dijo Jay Dorris, presidente ejecutivo de Wind Creek Hospitality, filial de PCI Gaming que supervisará el proyecto de urbanización.

El canódromo, ahora cerrado, y sus 30 acres de propiedad pudieran albergar un complejo turístico de lujo adyacente al casino, similar a las propiedades de la empresa en el Caribe, e incluir la adición de centros comerciales y “atracciones orientadas a la experiencia”, dijo Dorris en una entrevista.

“Estamos muy contentos de que la comisión haya dado su aprobación condicional”, dijo. “Vamos a cerrar el trato, seremos muy transparentes y les proporcionaremos toda la información que necesiten”.

Llamó a la compra “una oportunidad fantástica” para ampliar un “negocio exitoso” y tiene intención de “mejorar la propiedad y realizar inversiones adicionales”.

Retendrán a empleados de Magic City

En un futuro inmediato, Dorris afirmó que PCI Gaming tiene intención de retener a todos los empleados de Magic City, salvo algunos altos ejecutivos que permanecerán en West Flagler Associates. La

empresa seguirá controlando sus otras operaciones de juegos de azar, que incluyen un permiso para operar jai-alai de verano y poker en una futura operación cerca del barrio Edgewater de Miami y la Bonita Springs Poker Room, cerca de Fort Myers.

Dorris dijo que no habrá cambios inmediatos, pero que espera poner en marcha pronto el club de premios para clientes de la empresa.

La votación unánime en Tallahassee de la Comisión de Control del Juegos de Azar fue una de las decisiones de más alto perfil que se han presentado ante la recién creada entidad. La comisión fue creada por la Legislatura y empezó a funcionar el año pasado para regular las operaciones de juegos de azar en la Florida.

En diciembre, la comisión paralizó el acuerdo de compra de activos entre West Florida Associations y PCI Gaming y ordenó que las empresas hicieran públicas gran parte de las 103 páginas tachadas en la solicitud de 110 páginas.

En enero, PCI Gaming modificó la propuesta sustituyendo una filial, Wind Creek Miami, LLC, por Gretna Racing, LLC, otra filial de su propiedad, como entidad principal para adquirir el 100% de la propiedad y la participación en el permiso del Magic City Casino. El acuerdo incluye una licencia de operación de apuestas parimutuales, una licencia de sala de cartas y la licencia de máquinas tragamonedas para el año fiscal 2022-23.

Gretna Racing, a diferencia de Wind Creek Miami, ya tiene una licencia de apuestas parimutuales para carreras de caballos de cuarto de milla y una sala de cartas, lo que le facilita obtener una transferencia de la licencia de tragamonedas en poder de West Flagler Associates. Como la licencia de máquinas tragamonedas se vendió a mediados de año, Gretna Racing pagará $1 millón de los $2 millones que cuesta el permiso, explicó Lockwood a la comisión.

Cerrar el acuerdo en 30 días

La comisión ordenó a las partes cerrar el acuerdo en un plazo de 30 días y presentar todos los detalles a la comisión para su aprobación definitiva.

“Si todo se desarrolla según lo descrito, puede aprobarse”, dijo Ross Marshman, asesor jurídico de la comisión. “Pero tenemos que ver evidencia de que lo que se describió en realidad ocurrió”.

La única oposición al acuerdo provino de la tribu seminole, cuyo abogado Marc Dunbar dio a la comisión una lección de historia sobre los precedentes legales de la transferencia y venta de licencias de apuestas parimutuales.

Dunbar argumentó que la venta a Gretna Racing no debería permitirse, no porque la empresa no fuera un buen operador, sino porque la comisión estaba estableciendo un precedente que, según él, no eran las “mejores prácticas regulatorias”.

“Esta es la transacción de juegos de azar más cara, si se creen los rumores de la industria, en la historia de la Florida”, dijo. “Y por ello los animo a que procedan con diligencia. ... La tribu seminole no se opone a que West Flagler venda su permiso o a que cualquier concesionario de máquinas tragamonedas venda el suyo. Se trata solo de asegurar que se cumplen los estatutos”.

Los documentos muestran que el acuerdo de compra de activos se firmó el 20 de septiembre de 2022 entre West Flagler Associates y PCI Gaming Authority. La compra involucra todo el “efectivo de la casa”, todo el inventario, todos los contratos, permisos y licencias, todos los vehículos y remolques.

Los documentos también muestran que PCI Gaming Authority tomará prestados fondos para usarlos en futuras mejoras de capital.

Dunbar sugirió que la comisión debería tener acceso a esos detalles, que no se hicieron públicos con la solicitud.

El comisionado Charles Drago, ex secretario de la División de Regulación Empresarial, preguntó a Marshman si estaba seguro que la junta había “actuado con la diligencia debida en este proceso para asegurar que hoy podemos tomar una decisión sensata”.

“En este momento, hemos hecho lo que los estatutos y nuestras normas dicen que tenemos y debemos hacer”, respondió Marshman.

Durante más de una década, la tribu poarch ha ampliado su presencia en el juego de azar por todo Estados Unidos y el Caribe y ahora cuenta con 10 operaciones de juego.

PCI Gaming Authority posee un permiso para carreras de perros y una sala de cartas en Pensacola, además de su operación de carreras de barriles y su sala de poker en Gretna. La empresa también opera casinos en Atmore, Montgomery y Wetumpka en Alabama, el Renaissance Aruba y el Renaissance Curacao, y el Mobile Greyhound Track en Alabama.