La Ruta de la Pasión Calatrava es mucho más de lo que parece

En los pueblos del Campo de Calatrava se vive la Semana Santa de una forma tan peculiar, que la ceremonia cristiana ha trascendido, consagrándose como la “Ruta de la Pasión Calatrava”. En 2016 la celebración se declaró Fiesta de Interés Turístico Nacional y es que destaca por su singularidad, ya que Los Armaos son los protagonistas, al representar a los soldados romanos y judíos que apresaron a Jesucristo y ejecutaron la sentencia de muerte con la crucifixión.

Soldadesca ataviada con pomposos complementos bajo el estruendo de cornetas, bombos y tambores. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega
Soldadesca ataviada con pomposos complementos bajo el estruendo de cornetas, bombos y tambores. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega

Alrededor de esta soldadesca ataviada con pomposos complementos y bajo el estruendo de cornetas, bombos y tambores, se crean vistosas escenografías que congregan a un nutridísimo público. Es por eso que a España se la conoce mejor desde su interior.

Vista de Almagro desde la Iglesia de San Agustín. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega
Vista de Almagro desde la Iglesia de San Agustín. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega

Los Armaos crean una evocación muy lograda de las antiguas huestes que proliferaron en el campo calatravo durante el siglo diecisiete. Existen actualmente más de 50 cofradías y un buen puñado de bandas musicales que rememoran aquellas glorias, trayéndolas al presente. Son diez los pueblos de Castilla-La Mancha en Ciudad Real, que comparten esta identidad común: Aldea del Rey, Almagro, y los que llevan tras sus nombres el apellido que los identifica con esa zona geográfica española: Bolaños, Calzada, Granátula, Miguelturra, Moral, Pozuelo, Torralba y Valenzuela de Calatrava.

Recorriendo estas villas manchegas, el viajero se sumerge en una atmósfera de rincones fascinantes en el corazón de España. Cada lugar tiene su particular esencia: sus vinos, comidas y dulces típicos, además de conservar tradiciones que aglutinan a los mayores y a las nuevas generaciones porque niños y jóvenes también participan de las procesiones y el culto.

Encajes hechos con bolillos, tienda de Baldomero. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega
Encajes hechos con bolillos, tienda de Baldomero. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega

Los cinco días de “La Pasión” transcurren con el Vendimiento, el Prendimiento, la Sentencia y la Caída. Los vecinos desandan las calles (a solas o en pequeños grupos), transformados en soldados romanos. Algunas mujeres van de negro, cubriendo sus cabezas con preciosas mantillas de encajes, que tal vez fueron creadas por artesanos almagreños, ya que Almagro es la cuna del encaje de bolillos. Los nazarenos y penitentes visten trajes y capirotes blancos, morados, rojos o azules, dependiendo de cada hermandad o cofradía.

Penitentes con sus capirotes el jueves santo en Bolaños. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega
Penitentes con sus capirotes el jueves santo en Bolaños. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega

La madre de Víctor, Capitán de Los Armaos de Calzada de Calatrava, cuenta que la armadura que hoy luce su hijo perteneció a su bisabuelo. “Mi nieto, explica emocionada Pilar, cuando sea mayor se vestirá con la armadura de su tatarabuelo, es algo que pone los pelos de punta, una unión entre generaciones que hay que potenciar.”

El patrimonio manchego que abarca la ruta

La Ruta de la Pasión seduce a cualquier turista curioso que encontrará infinidad de entretenimientos en La Mancha. Uno de ellos es el espacio Almodóvar, dedicado al cineasta español más internacional, Pedro Almodóvar, nativo de Calzada de Calatrava. En estos pueblos manchegos se exhiben vistosas esculturas que son alusiones a su carrera cinematográfica, y se la conoce como La Ruta Almodóvar.

El icónico tacon de la película de Almodóvar “Tacones Lejanos” en Calzada de Calatrava, como parte de la Ruta almodovariana. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega
El icónico tacon de la película de Almodóvar “Tacones Lejanos” en Calzada de Calatrava, como parte de la Ruta almodovariana. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega

En Almagro, uno de los pueblos bonitos de España, el Corral de Comedias situado en la Plaza Mayor, sigue en activo a pesar de tener una antigüedad de casi 400 años, ofreciendo una auténtica experiencia teatral del siglo de oro español. Es el único escenario del S XVII que mantiene su aspecto original, y cada año es sede del Festival Internacional de Teatro Clásico. La belleza de la Plaza Mayor invita a disfrutar de la atmósfera animada del lugar y de sus encantadores cafés al aire libre. Muy cerca, la iglesia barroca de San Agustín del siglo XVI es un impresionante ejemplo de arquitectura religiosa de Almagro. Su fachada e interior están decorados con exquisitos detalles donde se perciben aún las huellas que dejó el terremoto de Lisboa de 1755 en sus paredes y cúpula.

Corral de Comedias de Almagro donde se celebra cada año el Festival de Teatro Clásico. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega
Corral de Comedias de Almagro donde se celebra cada año el Festival de Teatro Clásico. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega

En Aldea del Rey el imponente castillo calatravo de tiempos inmemoriales acumula una larga historia de siglos. La piedra volcánica de los muros le atribuye un aspecto indómito a este monumento, conocido hoy como el Sacro Convento y Castillo de Calatrava la Nueva. El descomunal rosetón que pudo estar cubierto de alabastro, confería a los monjes cistercienses que habitaron el lugar, la sobriedad necesaria para acompañar sus meditaciones. Aunque su concepción le atribuiría carácter militar, y sus muros se levantaron para defender a Castilla de los musulmanes, fue sede de la orden del Císter que surgió a finales del siglo XI. En su sala capitular se han descubierto varios esqueletos cuya procedencia aún no ha sido posible comprobar y llama la atención su buen estado de conservación.

Vista del Castillo de Aldea del Rey, Sacro Convento y Castillo de Calatrava La Nueva. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega
Vista del Castillo de Aldea del Rey, Sacro Convento y Castillo de Calatrava La Nueva. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega

Un atractivo extraordinario es la vivencia de recorrer las zonas volcánicas de Ciudad Real. La reciente declaración de Geoparque a los “Volcanes de Calatrava” por la UNESCO, protege este espacio único. Más de 350 volcanes categorizados como “hidromagmáticos”, provocan erupciones muy virulentas cuando el magma entra en contacto con el agua, creando lagos y lagunas volcánicas como las existentes en Pozuelo de Calatrava, donde ha surgido una fauna y flora tan originales por su diversidad, que la zona se ha convertido en un fascinante reclamo turístico, siendo ya la mayor área de estas características en el espacio europeo.

El geógrafo Rafael Ubaldo Gosálvez Rey, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha, que preside el grupo de investigación Geovol, refiere que la declaración de la UNESCO supone reconocer un territorio muy singular, donde las montañas geológicas no parecen volcanes. Hay que tener en cuenta que hace 300 millones de años, este territorio estuvo unido a Estados Unidos y Canadá, por lo que es uno de los más antiguos de la península ibérica, y siete millones de años después empezaron a aparecer volcanes. Más allá de la importancia geológica de estas tierras, desde la perspectiva del ocio, en la zona se ha desarrollado oleoturismo y enoturismo volcánicos.

Imagen del Juego de las Caras, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega
Imagen del Juego de las Caras, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega

El juego de las caras y tradiciones

El pueblo Calzada de Calatrava mantiene vivo este juego ancestral, que consiste en que los apostantes y “la banca” se juegan sus dineros a caras o cruces, según caigan en el “corro” unas monedas estampadas con el rostro del rey Alfonso XII. El “corro” es el espacio en el que los “barateros” (que vienen siendo los imparciales) tiran las monedas: si salen caras, gana la banca, si salen cruces ganan los apostantes. Los “banqueros” tienen que poner la misma cantidad de dinero que los jugadores.

Hasta mil personas participan en estos corros, que se establecen en varios lugares del poblado, en el Circulo Agrícola Casino, parques e incluso bares. Veinte días antes del Viernes Santo, el ayuntamiento hace la subasta para elegir a los barateros, y el juego comienza desde la entrada de la Procesión de Jesús Nazareno hasta la salida por la tarde de la Procesión del Santo Entierro.

Gema García Ríos, la alcaldesa del pueblo, confirma que ese día los cajeros automáticos se llenan varias veces, lo que ratifica la gran cantidad de dinero que mueve este juego, declarado de interés turístico regional, y cuya constancia documental se remonta al siglo XIX. Su origen se vincula al sorteo que hicieron los romanos con la túnica de Jesús.

El rescate de las tradiciones procesionales, por otra parte, está patente en la Asociación de la Hermandad de la Veracruz y la Soledad. Su presidente Jesús González Ruiz, muestra con orgullo el patrimonio de esta congregación que atesora un Nazareno muy antiguo (El Príncipe), escondido durante años tras una tabla, para evitar su destrucción durante la guerra civil. Otra de sus reliquias son las manos de la Virgen, víctima de un incendio en 1936. Rescatada por una señora que puso en riesgo su vida, se muestra en una hornacina en la nave.

A la izquierda, la puerta del palacio de Torremejía. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega
A la izquierda, la puerta del palacio de Torremejía. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega

Edificios históricos: Palacio de Torremejía

En el único Palacio privado del siglo XV, ubicado en el número 1 de la Plaza de Santo Domingo, en Almagro, se puede descubrir una historia que parece ficción. Fue en el siglo XVII que el primer Marqués de Torremejía, Gaspar Osorio Mejía Zúñiga (Caballero de la Orden de Santiago), se convirtió en propietario del inmueble que fuera de unos judíos. En 1936 muere sin descendencia el último marqués de la zaga, por lo que su viuda dona el palacio a la rama femenina de los dominicos. Se establece una escuela para educar a niños de familias humildes de la provincia, que termina cerrando hace unos 10 años. Cuando el edificio queda deshabitado, los dominicos lo ponen a la venta.

El empresario, político y coleccionista mejicano Mauricio Fernández Garza adquirió el palacio, que ha estado restaurándose durante cinco años. Tras limpiar las paredes se han descubierto antiguos paisajes con evidencias de masonería, bajo los cuales, se ha confirmado la existencia de anteriores pinturas sin datar. La restauración incluye la eliminación de las capas de suelos que fueron añadidas durante siglos, para descubrir la construcción original. Se prevé en los próximos años, la inauguración de un restaurante y cafetería mejicanos en la propiedad.

El señor Fernández Garza adquirió en una subasta el artesonado de una iglesia de Almagro, que había comprado inicialmente el magnate de la prensa William Randolph Hearst tras la guerra civil española. El estadounidense había quebrado y no pudo sacar la mercancía del puerto neoyorkino, por lo que pasaron años en conocerse lo que tenían esos bultos. Se cuenta que Fernández Garza, atraído por esas molduras tan hermosas, decidió en reciprocidad, invertir en uno de los edificios patrimoniales de Almagro con más historia y solera.

El Campo de Calatrava desea que sus fiestas y patrimonio se internacionalicen y que la Fiesta cruce las fronteras, convirtiéndose de Interés Turístico Internacional.

Postres típicos de Calatrava. El más representativo es el de la Cruz de Calatrava. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega
Postres típicos de Calatrava. El más representativo es el de la Cruz de Calatrava. Fotos cortesía/Ana Lucía Ortega

Referencias gastronómicas y alojamiento:

Villa Isabelina (Carnes a la brasa) Aldea del Rey Ciudad Real www.villaisabelica.com

Los Menchero Bolaños de Calatrava, Ciudad Real email: losmenchero@gmail.com

Camping Los Arenales Carril de Atilano, Ciudad Real

Hotel QB calle Nieves, 8 Almagro