Los rusos amantes de la cerveza, afectados por las sanciones

Un camarero sirve cerveza en un bar de Moscú

6 jun (Reuters) - "Lo siento, esa era la última botella de cerveza checa que teníamos", dijo un camarero en un céntrico restaurante de Moscú, un mes después de que Rusia enviara tropas a Ucrania y Occidente impusiera amplias sanciones.

Después de más de 100 días de lo que Rusia llama una operación militar especial en Ucrania, el alcohol extranjero sigue estando disponible en los bares de Moscú, pero las otrora abundantes reservas están disminuyendo.

"Algunos bares acumularon grandes reservas cuando todo empezó. Pero, por lo que sé, no ha habido nuevas entregas pedidas y confirmadas después del 24 de febrero", dijo Alexander Skripkin, que gestiona dos bares en Moscú.

Muchas empresas extranjeras han abandonado Rusia y el comercio marítimo ha caído en picado, presionando la economía y afectando a los hábitos de los rusos acostumbrados a una abundante selección de alcohol elaborado en el extranjero.

"La situación de la cerveza no es muy boyante", afirma Anton, un experto en informática de 36 años que trabaja para una organización financiera estatal en Moscú.

"Por no hablar de Paulaner, Pilsner Urquell y otras cosas ricas, no estoy nada seguro de que la cerveza rusa esté aquí para quedarse. Hay problemas no sólo con las importaciones de cerveza, sino incluso con las de lúpulo", añadió.

Las cervecerías rusas dependen en gran medida de la importación de materias primas, como el lúpulo.

"Las complicaciones con el envío de dinero a los proveedores en Europa y América, así como la interrupción de las cadenas de suministro, son ahora los dos problemas más difíciles", dijo la asociación rusa de productores de cerveza, citando a Beer Resource, uno de los mayores distribuidores rusos de materias primas para las cervecerías.

ENVÍOS DE MERCANCÍA

Las mayores compañías extranjeras de transporte de contenedores del mundo -incluidas las tres principales, MSC, Maersk y CMA CGM- han suspendido temporalmente los envíos de carga hacia y desde Rusia, mientras que los países de la Unión Europea que comparten fronteras con Rusia y Bielorrusia han prohibido la entrada de vehículos de carga registrados en esos países.

"Ya no hay Guinness y no volverá, al menos por ahora", dijo un camarero del White Hart, un gran pub de estilo inglés en el centro de Moscú, junto al banco central. La cerveza negra se vendía a 690 rublos (10,83 dólares) la pinta.

Diageo, que fabrica el vodka Smirnoff y Guinness, comenzó su propia distribución en Rusia en 2006 y en su día observó un enorme potencial de crecimiento en el país. En marzo dijo que había suspendido todas las exportaciones a Rusia, así como la fabricación local de sus cervezas.

Pero Guinness, que tiene una vida útil de un año cuando se almacena en barriles, seguía estando disponible en dos bares cercanos, donde los camareros dijeron que estaban vendiendo las existencias con poca esperanza de que se repongan pronto.

"Tenemos existencias que deberían ser suficientes para medio año", dijo un representante del importador de cerveza Nice Beer, con sede en un barrio del extrarradio de Moscú.

El alcohol fuerte de fabricación extranjera también podría escasear.

Los almacenes están casi vacíos y los restaurantes están vendiendo las existencias viejas, dijo Serguéi Mironov, defensor del negocio de la restauración en Moscú, informó la agencia estatal de noticias RIA.

El Presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha afirmado que las sanciones se revertirán en Occidente y ofrecerán nuevas oportunidades a las empresas rusas.

"A veces, cuando miras a los que se van -¿gracias a Dios, quizás? Nosotros ocuparemos sus nichos: nuestro negocio, nuestra producción, ya ha crecido, y se asentará con seguridad en el terreno preparado por nuestros socios", dijo Putin el 26 de mayo.

Ante el agotamiento de los flujos de alcohol extranjero, los bares y tiendas están considerando las bebidas de producción local.

"Hemos empezado a buscar alternativas nacionales a las cervezas extranjeras y, como resultado, la selección ha cambiado drásticamente. El alcohol importado es ahora entre un 20% y un 50% más caro, mientras que las cervezas locales son ligeramente más baratas que las importadas antes del 24 de febrero", explica Skripkin.

(1$ = 63,7210 rublos)

(Reporte de Reuters, edición de Ed Osmond, traducido por José Muñoz en la redacción de Gdańsk)