La manera en que Rupert Murdoch está influyendo en el debate de los incendios en Australia

Quema de matorrales en Tomerong, en el estado australiano de Nueva Gales del Sur, el sábado 4 de enero de 2020. (Matthew Abbott / The New York Times)
Quema de matorrales en Tomerong, en el estado australiano de Nueva Gales del Sur, el sábado 4 de enero de 2020. (Matthew Abbott / The New York Times)

CUEVAS DE WOMBEYAN, Australia — En lo profundo de los bosques al sur de Sídney que esta semana se incendiaron, los bomberos voluntarios estaban despejando un camino a través de los árboles, con la esperanza de contener un fuego cercano, cuando uno de ellos gritó por encima del ruido de las excavadoras.

“No tomen fotos de ningún árbol que caiga”, dijo. “Los verdecitos las conseguirán y todo habrá terminado”.

La idea de que los "verdecitos" (ambientalistas) se opondrían a las medidas para evitar que los incendios asolen hogares y vidas es simplemente falsa. Sin embargo, el comentario refleja una narrativa que ha sido promovida durante meses por los medios conservadores de Australia, en particular por los influyentes periódicos y estaciones de televisión que son propiedad de Rupert Murdoch.

Y está lejos de ser el único reclamo impulsado por Murdoch que circula. Su periódico nacional estándar, The Australian, también ha argumentado en repetidas ocasiones que los incendios de este año no son peores que los del pasado. Según los científicos, eso no es cierto porque hasta ahora se han quemado unos 4,8 millones de hectáreas, y solo en 2019 se quemó más territorio de Nueva Gales del Sur que en los quince años previos combinados.

Y el 8 de enero se reveló que News Corporation (propiedad de Murdoch), la mayor compañía de medios de Australia, forma parte de otra ola de desinformación. Un estudio independiente encontró que los bots y troles en línea exageran el papel de los incendios intencionales en la crisis actual, al mismo tiempo que un artículo en The Australian que hace afirmaciones similares se convirtió en la noticia más popular en el sitio web del periódico.

Todo eso forma parte de lo que los críticos ven como un esfuerzo implacable liderado por ese poderoso medio de comunicación para hacer lo que ya hizo en los Estados Unidos y el Reino Unido: echarle la culpa a la izquierda, proteger a los líderes conservadores y desviar la atención del cambio climático.

“Es realmente imprudente y extremadamente dañino”, dijo Joëlle Gergis, una galardonada científica climática de la Universidad Nacional de Australia. “Es insidioso porque crece. Una vez que siembras esas semillas de duda, se detiene una conversación importante”.

News Corporation negó haber desempeñado ese papel. “Nuestra cobertura ha reconocido que Australia está teniendo una conversación sobre el cambio climático y cómo responder a ese fenómeno”, dijo la compañía mediante un correo electrónico. “Sin embargo, el papel de quienes provocaron los incendios y las políticas que pueden haber contribuido a la propagación del fuego son historias legítimas que se deben informar porque son de interés público”.

Sin embargo, para muchos críticos, el enfoque de Murdoch de repente parece peligroso. Relacionan cada vez más a News Corporation con la difusión de información errónea y la pobre respuesta del gobierno a los incendios. Argumentan que la compañía y la coalición liderada por el primer ministro Scott Morrison son responsables, como un equipo, de la falta de protección de un país que, según los científicos, es más vulnerable al cambio climático que cualquier otra nación desarrollada.

Los editores y columnistas de News Corporation fueron de los defensores más fuertes de Morrison tras las críticas al primer ministro por tomarse unas vacaciones en Hawái en diciembre cuando comenzaba la peor temporada de incendios.

A fines de diciembre, The Oz, como también es conocido el periódico de News Corporation, promovió mucho una entrevista con el ministro de Energía, Angus Taylor, quien advertía que la presión “de arriba hacia abajo” de las Naciones Unidas para abordar el cambio climático fracasaría. Además, en la víspera de Año Nuevo se publicó en ese diario un artículo de opinión de Taylor.

Otros medios de News Corporation implementaron una estrategia similar. Por ejemplo, el Herald Sun de Melbourne pasó las noticias de los incendios forestales a la página cuatro en la edición de la víspera de Año Nuevo aunque el fuego amenazaba con devastar a las poblaciones cercanas e inundar a la ciudad con el humo.

Días después, los residentes de una ciudad casi arrasada por los incendios increparon a Morrison durante una visita para evaluar los daños. Chris Smith, un nuevo empleado del canal Sky News, que también es propiedad de Murdoch, los calificó de salvajes.

Como suele suceder en los medios de Murdoch en todo el mundo, se han producido excepciones a la línea editorial de la compañía. Por ejemplo, fueron publicados un artículo sobre la declaración del golfista australiano Greg Norman que afirmó que “el cambio climático está sucediendo” y una entrevista con un experto internacional que explicó por qué los incendios de este año son únicos.

No obstante, la búsqueda del término “cambio climático” en los principales medios de Murdoch muestra en su mayoría noticias que condenan a los manifestantes que exigen una acción más agresiva del gobierno; editoriales que argumentan en contra de “políticas radicales por el cambio climático”, y columnas de opinión que enfatizan la necesidad de más quemas controladas para aplacar los incendios, si tan solo los “verdecitos” de izquierda lo permiten.

El partido Verdes Australianos ha dejado en claro que apoya esas quemas de reducción de riesgos y, al respecto, emitió una declaración en línea.

Los científicos climáticos reconocen que hay posibilidad de mejora cuando se queman las ramas y los árboles muertos del suelo que pueden alimentar los incendios. Pero también dicen que ninguna cantidad de quema preventiva contrarrestará el impacto del aumento de las temperaturas que acelerará la evaporación, secará la tierra y convertirá a Australia, que ya es árida, en un polvorín.

Incluso los bomberos informan que la mayoría de las quemas de temporada baja que desean hacer no se ven obstaculizadas por las leyes de uso de la tierra sino por el clima, incluidas la temporada de incendios más prolongada y las precipitaciones más extremas en invierno que los científicos atribuyen al cambio climático.

Aun así, los medios de Murdoch continúan resistiéndose. “En un continente seco y que durante siglos ha sido propenso a mortales incendios forestales, la reducción de combustible mediante la quema controlada es vital”, dijo un editorial reciente de The Australian. Y agregó: “Sin embargo, los cambios en las políticas para combatir el cambio climático no tendrían un impacto inmediato en los incendios forestales”, una postura que encaja perfectamente con los frecuentes argumentos de los funcionarios gubernamentales que hablan del “coco del cambio climático”.

Lo que le causa preocupación a mucha gente es ese eco entre el oficialismo y los medios de Murdoch.

“Los líderes deben rendir cuentas y los medios deben exigirles que rindan cuentas”, dijo Penny Sackett, física, astrónoma y ex científica jefa de Australia.

Por supuesto, a menudo es difícil saber cuánta influencia tiene una compañía de medios. Gerard Henderson, columnista de The Australian, dijo que no creía que existiera una gran necesidad de abordar el cambio climático porque ya era un punto focal en el resto de los medios.

“Es difícil distraer del cambio climático porque se habla constantemente de eso”, dijo.

No obstante, hay indicios de que el mensaje de Murdoch está avanzando, al menos en términos de lo que la gente prioriza. Muchos bomberos que trabajan en las colinas humeantes al sur de Sídney dudaron en expresar sus puntos de vista sobre el cambio climático esta semana (algunos dijeron que sus superiores les habían dicho que evitaran hablar sobre ese problema), pero se apresuraron a argumentar a favor de las quemas controladas.

De manera similar, en Bairnsdale, Tina Moon, cuya granja fue devastada por los incendios, dijo que estaba furiosa por el fracaso del gobierno para limpiar la tierra alrededor de su propiedad.

“No creo que se deba el cambio climático”, dijo.

This article originally appeared in The New York Times.

© 2020 The New York Times Company