Ron DeSantis regresa a Florida. ¿Será un gobernador vengativo o servil a Trump?

Golpeado como personaje nacional en la política republicana, Ron DeSantis se retiró a la Florida, donde legisladores y cabilderos han estado esperando para ver qué versión del gobernador reciben.

¿Volverá DeSantis a dominar la agenda política en Tallahassee? ¿Será servil al ex presidente Donald Trump? El gobernador, al que le quedan tres años de su último mandato, ¿enfrentará a una mayoría republicana menos complaciente?

“El hecho es que ya no tiene un comité de acción política con $100 millones con el cual asustar a todos”, dijo Aubrey Jewett, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del Centro de la Florida. “No tiene el poder de intimidación que solía tener y, hasta cierto punto, sigue siendo un político inefectivo”.

Pero si había alguna duda sobre qué gobernador regresaría al Capitolio de la Florida, DeSantis ya está mostrando a los floridanos y a los líderes legislativos que tiene la intención de ejercer todo el poder de su cargo en el tiempo que le queda.

A las 24 horas de suspender su campaña, DeSantis mantuvo reuniones y llamadas consecutivas con personal legislativo, intervino en asuntos de seguridad fronteriza nacional y recordó a los legisladores de la Florida –que están en medio del período anual de sesiones legislativas– que todavía puede usar el poder del veto sobre ellos.

El lunes, DeSantis hundió un esfuerzo liderado por el Partido Republicano para usar el dinero de los contribuyentes de la Florida para pagar los gastos legales de Trump. La demostración de fuerza –expuesta públicamente en la plataforma de redes sociales X– fue vista por algunos, como sus aliados, como un indicio de que el gobernador está de vuelta en Tallahassee con toda su fuerza.

“Cualquiera que piense que Ron DeSantis simplemente va a sentarse y no participar en el proceso de la misma manera que ha participado antes, a) no conoce a Ron DeSantis muy bien, o b) no ha estado prestando atención”, dijo el senador Blaise Ingoglia, un aliado cercano del gobernador.

El gobernador de la Florida, Ron DeSantis, habla durante una conferencia de prensa afuera del Thomas F. Sullivan Ice Arena, el viernes 19 de enero de 2024, en Manchester, Nueva Hampshire.
El gobernador de la Florida, Ron DeSantis, habla durante una conferencia de prensa afuera del Thomas F. Sullivan Ice Arena, el viernes 19 de enero de 2024, en Manchester, Nueva Hampshire.

Acciones pasadas de DeSantis se ciernen sobre Tallahassee

El ascenso político de DeSantis se remonta a la atención que obtuvo cuando se apoyó en la Legislatura de la Florida para impulsar una intensa agenda que reconectó las instituciones estatales con la ortodoxia de la derecha, castigó a los críticos y reunió suficiente apoyo de los conservadores como para ser visto como el mejor posicionado para ser el heredero del movimiento MAGA después de la derrota de Trump en la contienda presidencial de 2020.

DeSantis presentó a la Florida durante años como el estado donde el “progresismo morirá”, promocionando sus esfuerzos para prohibir la teoría crítica de la raza en las aulas, desautorizar la instrucción sobre orientación sexual e identidad de género en las escuelas de la Florida y restringir el acceso al aborto.

Intentó llevar el modelo de la Florida al resto del país, prometiendo a los republicanos que “haría de de Estados Unidos una Florida”.

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Pero después de que esa propuesta no resonara entre los electores en Iowa y Nueva Hampshire, hay cierta especulación de que DeSantis podría retroceder en las guerras culturales y volver a centrarse en asuntos más específicas del estado en su segundo acto como gobernador.

“No creo que la política de Tallahassee se vaya a nacionalizar durante los próximos tres años como ha sido”, dijo Justin Sayfie, un cabildero con sede en la Florida y recaudador de fondos para la campaña presidencial ahora extinta de DeSantis.

Otros aliados del gobernador, sin embargo, esperan que redoble la apuesta, ya sea en su guerra contra el “progresismo”, su respuesta a la inmigración ilegal hacia y desde el estado, o abordando los problemas de calidad del agua en el estado.

“Creo que vamos a ver más del mismo gobernador que hemos visto”, dijo en una entrevista Evan Power, presidente del Partido Republicano de la Florida. “Ha cumplido consistentemente con una agenda conservadora y creo que vamos a ver más de eso”.

El gobernador de la Florida, Ron DeSantis, se toma un selfie con una asistente después de asistir a una reunión pública en LaBelle Winery, el martes 17 de enero de 2024, en Derry, Nueva Hampshire.
El gobernador de la Florida, Ron DeSantis, se toma un selfie con una asistente después de asistir a una reunión pública en LaBelle Winery, el martes 17 de enero de 2024, en Derry, Nueva Hampshire.

Entonces, ¿qué hay en la agenda?

Por ahora, la agenda exacta del gobernador es difícil de definir. Algunos incluso dirían impredecible. Pero a principios de este mes, DeSantis dijo a los legisladores de la Florida que “mantuvieran el rumbo” y que “siguieran haciendo lo que funciona”. En ese momento, los críticos dijeron que el discurso estaba escrito más para los electores de Iowa y Nueva Hampshire que para los floridanos, pero ahora suena más como un mensaje sobre sus planes para el futuro en la Florida.

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“Si bien la campaña terminó, la misión continúa”, escribió DeSantis a sus partidarios horas después de suspender su campaña presidencial el domingo. “Aquí abajo, en la Florida, seguiremos mostrando al país cómo liderar”.

Transcurridas tres semanas del período de sesiones legislativas de 60 días, los líderes republicanos no han impulsado con tanta agresividad los polarizantes temas de la guerra cultural. Pero, aun así, están haciendo avanzar propuestas que prohibirían a los maestros y otros empleados del gobierno exhibir la bandera del orgullo, renovarían las leyes de difamación del estado, exigirían que las tarjetas de identificación emitidas por el estado reflejen el sexo asignado a una persona al nacer e impondrían requisitos para las aseguradoras que cubren la atención de afirmación de género.

“Hay mucho tiempo en este período de sesiones”, dijo el representante estatal Alex Andrade, republicano de Pensacola. “Si quisiera redoblar los esfuerzos en las cosas que le preocupan, puede hacerlo”.

Los demócratas, relegados a la condición de superminoría, esperan que su hiriente derrota en el escenario nacional traiga a un DeSantis diferente de vuelta al Capitolio. La líder demócrata en el Senado, Lauren Book, dijo que espera que DeSantis ya no persiga su agenda de guerra cultural, dado que no logró persuadir a los electores fuera de la Florida.

“Vamos a seguir tratando de desenterrarnos de sus ambiciones políticas y de las cosas que le hizo a nuestro hermoso estado”, dijo Book.

Otros prevén lo contrario: la presidenta del Partido Demócrata de la Florida, Nikki Fried, teme que DeSantis regrese a la Florida “con venganza”.

“Va a querer demostrar a toda la nación que lo que estaba haciendo aquí en la Florida era correcto. Así que no sé exactamente qué perspectivas políticas va a impulsar durante este período de sesiones legislativas, pero este es un llamado a la acción para todos los floridanos en nuestro estado”, dijo Fried.

Todo se basa en las relaciones

DeSantis sigue siendo muy influyente sobre la Legislatura y tiene una fuerte relación con el presidente de la Cámara, Paul Renner, y la presidenta del Senado, Kathleen Passidomo. Los dos republicanos, que llevan la agenda en cada cámara, han dicho que están de acuerdo en gran medida con las prioridades del gobernador. Incluso hicieron campaña junto al gobernador en Iowa.

Esa dinámica de poder va a cambiar posteriormente este año, cuando el senador Ben Albritton se convierta en presidente del Senado y el representante estatal Daniel Pérez, republicano de Miami, asuma la presidencia de la Cámara. El lunes, ambos dijeron que esperan que el gobernador continúe centrándose en los mismos temas de los últimos años, que dicen que también apoyan en gran medida.

“Creo que es importante que la gente se centre en lo que hemos logrado en los últimos años en lugar de solo los titulares que en realidad se usan como clickbait con mucha frecuencia”, dijo Pérez en referencia a la agenda de la guerra cultural.

Albritton, republicano de Wauchula, echó agua fría sobre la idea de que el gobernador ha perdido influencia al retirarse de las elecciones presidenciales.

“Creo que el peso o la influencia es un término relativo, pero todo se basa en las relaciones”, dijo Albritton. “Tengo una gran relación con él”.

Algunos demócratas dicen que temen que DeSantis intente vetar partidas de financiación basándose en esa dinámica de relaciones.

La senadora Tina Polsky, demócrata de Boca Ratón, dijo que sería interesante ver si los republicanos y los demócratas se unen para anular los vetos de DeSantis sobre temas importantes para la Legislatura, incluidas las partidas presupuestarias. Mientras tanto, los republicanos que respaldaron a Trump sobre DeSantis, como la senadora Debbie Mayfield, republicana de Melbourne, están tratando de disipar las afirmaciones de que DeSantis podría tomar represalias contra ellos.

“Él no es ese tipo de persona”, dijo.

¿Qué sigue para él?

Jamie Miller, consultor republicano y ex director ejecutivo del Partido Republicano de la Florida, dijo que el “púlpito intimidatorio” de DeSantis se está desvaneciendo, si no ha desaparecido, pero “lo que suceda después en la Florida depende de cómo DeSantis decida jugar”.

“Puede volver y ser un jugador de equipo y seguir adelante, o puede tratar de desquitarse [de su pérdida] con otras personas”, dijo Miller. “Pero las elecciones cambian las cosas y a las personas. Ya veremos, porque esto no es lo que él esperaba. La resaca de eso es real”.

Con DeSantis fuera de la contienda presidencial, todo el Partido Republicano de la Florida –incluido el gobernador– se está uniendo en torno a Trump. Aun así, muchos republicanos de la Florida siguen viendo un camino para que DeSantis se postule a la presidencia en 2028, y piensan que eso podría influir en sus acciones durante los próximos tres años.

El cabildero Brian Ballard, que ha apoyado tanto a DeSantis como a Trump en los últimos años, dijo que DeSantis “necesita apoyarse en ser el mejor gobernador que pueda ser, y es uno muy bueno”.

“Si tiene futuras ambiciones nacionales, eso es en lo que [su agenda] se basará”, dijo Ballard.

Andrade está de acuerdo. Cree que el gobernador pudiera tener un camino a seguir si se mantiene centrado en lo que ya ha estado haciendo.

“Citando a mi filósofo político favorito, Lil Wayne: ‘Si no está roto, no lo rompas’”, dijo Andrade.