Roma libra una batalla contrarreloj para salvar sus pinos de un parásito invasor

Gonzalo Sánchez

Roma, 5 jul (EFE).- El pino siempre fue un símbolo de Roma pero ahora este árbol ve amenazada su conocida resistencia por un voraz parásito que ha aniquilado miles de ejemplares y contra el que las autoridades locales libran una batalla contrarreloj para salvar este "patrimonio verde" de la Ciudad Eterna.

El horizonte capitalino siempre estuvo recortado por la sombra de este árbol, hasta el punto de que se ha convertido en otro de sus múltiples emblemas.

El "pinus pinea" es fuerte, capaz de crecer en terrenos áridos y barridos por el sol, precisamente como el de Roma y toda la región del Lacio, pero sin embargo esa famosa capacidad de supervivencia se ha visto amenazada por un parásito: la cochinilla tortuga.

La plaga de la "toumeyella parvicornis" irrumpió en los parques y bosques de Roma en 2018, llegada de la vecina región de Campania, la de Nápoles (sur), y desde entonces ha arrasado miles de ejemplares.

"Lamentablemente Roma se ha visto afectada por este insecto, la cochinilla, que ha atacado a los pinos de la ciudad, también porque se trata de árboles de cierta edad", reconoce a EFE la concejala de Medio Ambiente, Residuos y Agricultura, Sabrina Alfonsi.

El bicho, originario de Norteamérica, penetra en la madera matando el árbol, al tiempo que se reproduce a una velocidad de vértigo, pues cada fémina adulta es capaz de producir entre 200 y 300 huevos que luego son fácilmente transportados por el viento.

Por eso, ya es tristemente frecuente ver en Roma partes secas de estos altísimos árboles o muchas de sus ramas carcomidas a sus pies.

Sin embargo, el nuevo ayuntamiento, regido desde octubre de 2021 por el progresista Roberto Gualtieri, ha emprendido la batalla para salvar la vegetación urbana, denunciando "retrasos" por parte de la administración precedente, del Movimiento Cinco Estrellas.

Para ello, como arma, se ha dotado de una inmunoterapia aprobada por el Ministerio de Sanidad italiano y que consiste en regar los orificios de estos parásitos con un insecticida, la abamecnita.

De este modo, en los últimos dos años, el consistorio ha logrado curar alrededor de 48.000 pinos de los 50.000 afectados, aunque muchos otros cayeron antes del empleo de esta "medicina".

Es el caso del pinar de Monte Antenne, perdido prácticamente por completo, aunque el ayuntamiento ha emprendido su reforestación con otro tipo de árboles.

"Impediremos que este fenómeno siga extendiéndose. En este momento aún permanece, pero se encuentra bastante frenado por aquellos pinos que al morir, evitaron el contagio", explica la concejala.

En los esfuerzos para proteger lo que considera este "patrimonio verde", el ayuntamiento ha licitado proyectos por 100 millones de euros para replantar sus parques y jardines.

Este plan se integra dentro del programa "Horizon Europe" con el que la Comisión Europea quiere que cien ciudades del continente, como Roma o la española Barcelona (norte), alcancen la neutralidad climática antes de 2030.

Y para esa misión los árboles, capaces de absorber el dióxido de carbono del aire, serán claves.

Pero por otro lado, la salvación de los pinos tiene también un nada desdeñable cariz sentimental.

Su silueta da sombra a los moradores de la ciudad "ab urbe condita", desde su fundación, y apareció en las obras de arte que ensalzaron la ciudad, desde las películas de Federico Fellini o Paolo Sorrentino hasta las composiciones de Ottorino Respighi.

La importancia del pino para la Ciudad Eterna es tal que ya hace más de dos milenios los antiguos romanos rendían culto en un templo en una arboleda cercana a Atis, una deidad convertida en pino y amante de Cibeles, nada más y nada menos que "Magna Mater" de aquella civilización.

(c) Agencia EFE