Roland Carreño: El preso político liberado que se convirtió en ficha de negociación entre Biden y Maduro

La liberación del periodista Roland Carreño sorprendió y alegró a muchos venezolanos, casi tres años después de ser detenido por los delitos de conspiración, tráfico ilícito de armas de guerra, legitimación de capitales y asociación para delinquir y de haber sido sometido a un procedimiento judicial plagado de irregularidades.

Y aunque la salida de Carreño del Servicio Bolivariano de Inteligencia, en el tristemente célebre Helicoide de Caracas, ocurrió casi a la medianoche como en los cuentos de hadas, la realidad es que fue posible luego de una compleja negociación política entre los gobiernos de Nicolás Maduro y Joe Biden.

Primero le tocó a Washington mostrar su buena voluntad y anunciar la suspensión de las sanciones a la producción venezolana de hidrocarburos y metales preciosos antes de ver en libertad al primer grupo de presos políticos integrado por Carreño, Juan Requesens, Marco Antonio Garcés, Erinel Rincón y Mariana Barreto.

Requesens fue uno de los líderes estudiantiles más visibles durante las protestas contra el gobierno venezolano en 2014 y fue electo diputado por el Partido Primero Justicia en las elecciones legislativas de 2015.

En 2018 fue detenido y acusado de ser el autor de un ataque con drones durante un acto oficial en Caracas contra Maduro el 4 de agosto de 2018. Sus amigos y defensores denunciaron torturas para lograr una confesión. Un juez lo declaró culpable en 2022 y lo condenó a 8 años de prisión.

Se espera que progresivamente sean excarceladas al menos 300 personas que permanecen cautivas en Venezuela por motivaciones políticas

El objetivo de las autoridades estadounidenses es que Maduro flexibilice su régimen autoritario y permita la celebración de elecciones presidenciales justas en ese país suramericano durante el segundo semestre de 2024.

Cuidado con la puerta giratoria

Carmen Beatriz Fernández, consultora de comunicación política y profesora e investigadora de la Universidad de Navarra, dijo que era una gran alegría despertarse con la buena noticia de la liberación de Carreño, Requesens, Garcés, Rincón y Barreto. Enfatizó que todos sufrieron una prisión muy injusta, "así como son injustas las prisiones de los 315 presos políticos” que hay en Venezuela.

“Más allá de la alegría que representa que estén fuera de la cárcel, lo que significa esto es obviamente una confirmación de la existencia de los presos políticos en Venezuela”, expresó Fernández.

La académica considera positivo que las negociaciones entre Caracas y Washington hayan incluido a los presos políticos como fichas de negociación. “Por mas duro que suene eso es lo que son, fichas de negociacion, particularmente los que son encarcelados y tienen nacionalidad norteamericana”.

Fernández advirtió que en otros procesos de negociacion, cuando han liberado otros presos políticos, poco tiempo después entran otros nuevos. La estrategia se ha llamado “con cierta sorna y cierta ironía un poco perversa la puerta giratoria de las cárceles de presos políticos venezolanos”.

Fernández considera que los presos politicos son un recurso renovable para el para el regimen de Maduro. “Liberar presos políticos no cuesta mucho si puedes tener nuevos presos políticos que puedan servir nuevamente como pieza de negociación”.

El cronista social

Roland Oswaldo Carreño Gutiérrez, el preso político más celebre de Maduro tras el escape de Leopoldo López, Antonio Ledezma e Iván Simonovis, nació hace 58 años en el pueblo de Aguada Grande, en el centroccidental estado Lara, a unos 470 kilómetros al oeste de Caracas.

Su padre era José Baudilio Carreño, un mecánico automotriz, y Josefina Gutiérrez, una de las primeras mujeres que estudió informática en Venezuela.

La pareja se divorció cuando Roland era un infante y Josefina fue contratada por la firma IBM en Boston, Massachussets, dejando al niño al cuidado de su abuela y su bisabuela.

Años más tarde, Josefina regresó a Lara, se casó nuevamente y la recién formada familia se mudó para Caracas, donde matricularon a Roland en el Liceo Militar Monseñor Arias. Allí Roland dijo que aprendió a tener disciplina, a ser puntual, a tender su cama y a estar siempre impecable.

Estudió la carrera de Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello y se dedicó durante 16 años a ser cronista de sociales hasta ser el jefe de la sección en el diario El Nacional y director de la revista Pandora.

“El hecho de que yo escriba crónicas sociales, que le haga una entrevista a Ángel Sánchez, a mi amiga Carolina Herrera, a Mayela Camacho, a un pintor, a una modelo, no significa que esté desconectado de lo que pasa en el día a día de mi país”, expresó Carreño en una entrevista en 2015 publicada en el diario El Impulso.

Sus primeras incursiones en la televisión las hizo en el programa Modelos 2003 del canal Televen y en Show Bussines de Venezolana de Televisión (VTV). Y fue director editorial de ¡Hola! Venezuela, una versión local de la revista española Hola.

También es autor del Manual de Roland Carreño, que es un manual de urbanidad y costumbres contemporáneas, basado en otro conocido compendio de lecciones y consejos de comportamiento social editado por Manuel Antonio Carreño en el siglo XIX.

“No están de más unas cuantas líneas que nos den luces acerca del buen gusto, de la corrección y que sirvan de guía para aquellos que se resisten a sucumbir, a sumarse a la corriente de la descortesía, de la mala educación y de la falta de sentido común en ese diario compartir que es la convivencia”, dijo Carreño en 2014.

La política y la cárcel

Carreño comenzó a involucrarse en el periodismo político cuando se unió al grupo de presentadores de Buenas Noches, un programa diario vespertino de dos horas de duración transmitido entre el 2006 y 2013 por el canal Globovisión. Aunque era un programa de variedades, el espacio se caracterizó por su postura crítica hacia el gobierno del entonces presidente Hugo Chávez.

El periodista incursionó de lleno en la política al lanzarse como candidato a diputado de la Asamblea Nacional por el circuito 2 del estado Lara en las elecciones legislativas de diciembre de 2015, representando al partido Voluntad Popular dentro de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

Carreño expresó su deseo de ser electo diputado por el circuito donde estaba “su ombligo”, como llamó a su natal Aguada Grande. Sentía que a sus 49 años tenía cosas que decir y estaba capacitado para colaborar con la transformación económica y social del estado Lara.

No logró su cometido pero continuó su carrera política como coordinador nacional de Voluntad Popular, partido fundado por Leopoldo López, quien se encontraba detenido desde 2014 tras ser acusado de incitación pública a la violencia durante las manifestaciones de ese mismo año.

El 26 de octubre de 2020, Carreño fue detenido cerca de su casa en el estado Lara por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). La organización no gubernamental Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela (IPYS) señaló que el proceso a Carreño siguió el patrón de judicialización que se ha establecido contra la prensa en el país.

“Estoy un poco aturdido porque después de tres años de tanta espera y tanta angustia, que llegue en esta hora la libertad me llena de mucha esperanza de que también llegue la libertad de Venezuela. De que aquí necesitamos reencontrarnos todos, de que aquí tenemos que poner cada quien, con sus empeños, con respeto, con tolerancia, nuestros esfuerzos para que este país se encamine hacia un estadio de prosperidad, de reconciliación, de paz, de tranquilidad y armonía”, declaró el 19 de ocubre del 2023 al salir de la cárcel.

Fuentes: Opinión y Noticias, Confirmado, Poderopedia, Infobae, France24.

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