Rodrigo de Paul, el jugador que carga con la "condena" de ser amigo de Lionel Messi

Rodrigo de Paul en el partido entre Argentina y Canadá de la Copa América 2024. (Miguel J. Rodriguez Carrillo/VIEWpress)
Rodrigo de Paul en el partido entre Argentina y Canadá de la Copa América 2024. (Miguel J. Rodriguez Carrillo/VIEWpress)

Rodrigo de Paul carga con una etiqueta: es el amigo de Lionel Messi. No debería ser tan malo. Todos quisieran ser amigos de Messi. Pero el asunto cambia cuando se toma en cuenta el facto sádico que acompaña al futbol. Entonces, a de Paul parece que todo le viene regalado gracias a esa conexión. Eso es lo que sostienen sus detractores: han llegado al punto de suponer que sólo es seleccionado argentino por esa amistad con Messi.

Y ni hablar de la vida que lleva fuera del futbol. Mientras fue pareja de la cantante Tini, cada pequeño error dentro del campo tenía un motivo para ese sector crítico: estaba distraído, se había olvidado ya de jugar por estar pensando en la fama. Así fue, como máximo ejemplo, en el Mundial de Qatar 2022. De Paul tuvo un comienzo desastroso que no se arreglaba ni siquiera con la mejoría que sí mostraba Argentina a nivel colectivo, después de haber perdido ese primer partido contra Arabia Saudita.

Sobre Messi había la confianza natural. Para otros, como Dibu Martínez, existía la credibilidad de haber ganado la Copa América. ¿Por qué para de Paul no había nada de eso? No se entendía, pero era así. Y el nervio comenzaba a jugar su propio partido. De pronto, este centrocampista de toque sensato fallaba pases increíbles. Corría, como siempre, pero se perdía de inmediato en el caos de los partidos y dejaba de ser ese pilar lúcido que asistió a Ángel Di María en la final de la Copa América 2021 —y que puso otra asistencia escandalosa a Messi en los minutos finales, que no acabó en gol de manera caprichosa—.

Pero levantó el nivel que tanto le reclamaban sus malquerientes. Recuperó la memoria cuando más importaba y terminó siendo medular para que Argentina ganara el tercer mundial de su historia. No era gratuito nada. De Paul debutó a los 18 años, con Racing, se fue vendido al Valencia a los 20. Tuvo un breve regreso a Racing y luego partió al Udinese en 2016, adonde se convirtió en figura total. No tuvo reflectores durante una larga época, hasta que Lionel Scaloni lo volvió fijo en las convocatorias de La Albiceleste a partir de 2018. Y llegó en el momento indicado. Había un recambio y había un líder que necesitaba nuevos socios. Sí, se volvió amigo de Lionel Messi.

Y ni siquiera en ese aspecto es del todo valorado, porque su presencia en Argentina sí fue decisiva para que Messi se sintiera más cómodo. Así lo contó el propio capitán argentino en entrevista con Clank!: "(de Paul) hizo que yo entrara al grupo más rápido de lo que hubiese imaginado, me ayudó mucho. Fue una ayuda para los dos lados. Que él me hablara de esa manera y me integrara al grupo, y mi postura de sacarme la vergüenza y tratar yo de dar el paso. Enseguida fue muy sencillo porque cuando hay buena gente todo se hace más fácil".

No todo es futbol, o futbolístico, mejor dicho: los jugadores también necesitan sentirse a gusto en el lugar del que forman parte. Messi lo consiguió, en alguna medida, gracias a de Paul. Y en el campo, no hay torneo grande en el que el Motorcito no haya estado a la altura. Desde la Copa América 2019 hasta Qatar. Con 30 años, de Paul ya forma parte de la mesa grande de Argentina. Es un líder del vestuario y en el Atlético de Madrid, su club desde hace tres años, demostró que sabe adaptarse a lo que le exijan. Es más que el amigo de Messi, aunque esa sea su carta de presentación.