Rock en Baradero 2020: la tradición le marca la cancha a lo nuevo

Entre Coti con su versión rockera de "Nada fue un error" que desató un poco improbable y el inicio bailantero de Los Gardelitos con el himno cumbiero "La danza de los Mirlos" pasaron apenas dos horas. En el lugar en que ambos episodios se encuentren, podría explicarse la sexta edición de Rock en Baradero y también la metamorfosis paulatina de los antes llamados festivales de rock. Por un lado, la apertura a otros géneros y sonidos que permitan atraer a otros oídos y refrescar las grillas; por el otro, una plena conciencia de que el público de neto corte rockero (sobre todo barrial y stone) sigue siendo fiel a este tipo de eventos.

"Estamos abiertos y de a poco le vamos abriendo las puertas a otros géneros, pero siempre con la esencia del rock", explica José Luis Calderón, director del festival. El año pasado dimos un puntapié inicial a esta apertura con Babasónicos y Bandalos Chinos. Pero quedó un día muy indie y sentimos que le habíamos tocado un poco la esencia al festival. Para esta edición sabíamos que teníamos que seguir así pero también sabemos que estamos en el proceso de corregir. Seguir con esa presencia indie pero con un cierre contundente, por eso pusimos a Las Pelotas, Los Decadentes y Los Cafres".

Ese segundo día de festival, de hecho, contó con Juana Molina, Peces Raros y Muerdo como las propuestas más disruptivas de todo el fin de semana. Y aunque no estuvieron en horarios centrales, consolidaron esa transición que no es solamente hacia la música urbana. "Esta grilla muestra una apertura importante con respecto a otros años, hay bandas alternativas, es un cambio...", afirma Gabriela Martínez, bajista de Las Pelotas. En la misma sintonía, Eli Suárez, líder de Los Gardelitos, apunta: "Veo que se está abriendo, hay diversidad en general en todos los festivales, es cuestión de tiempo para que se vea como algo natural".

Las nuevas formas de escucha que conlleva a la conformación de un público ecléctico, alientan la transición hacia grillas más diversas. El lugar de Miss Bolivia en la grilla, entre Los Pérez García y Cielo Razzo, funcionó como caso de éxito en el festival. Cuando terminó su show, me comentó que estaba muy contenta por el respeto con el que la trataron y por cómo se movilizarom con su propuesta", cuenta Calderon. Tener una remera de Callejeros y bailar al ritmo de "Bien Warrior" ya no es algo por lo que se tenga que dar explicaciones

Para Eli Suárez, de hecho, es algo que influye de manera directa en la banda misma: "Romper estructuras es algo que para nosotros siempre espontáneo, pero ahora se da de manera consciente. Hace 20 años estaba más separado todo con las tribus, ahora está todo mezclado y eso te da libertad de hacer cosas que sorprenden. Pity con Intoxicados fue el que hizo el quiebre para nosotros al mezclarse con el hip hop. Eso terminó enriqueciendo la movida".

En este escenario de transición, la ley de cupo femenino parece jugar también un rol preponderante. La inclusión de artistas como Paula Maffia y Lucy Patané expandieron la propuesta del festival en más de un sentido. "Me parece una gran iniciativa", dice Calderónn respecto de la ley de cupo. "Pero no debe ser solo en el escenario, debería ser en toda la producción por igual. Acá ves chicas trabajando en todo el predio. La igualdad tiene que ser en salarios, derechos y respeto. Con esto de la nueva ley, se va a ir adaptando y mejorando todo. Si ves la diferencia con las ediciones anteriores, hay un gran cambio en los artistas, pero lo importante es que somos chicos y chicas trabajando en la previa durante y después del festival. Como tiene que ser".