Robert y Ghislaine Maxwell hablaban mediante “maullidos” por teléfono

Una exsecretaria del barón de la prensa británica caído en desgracia, Robert Maxwell, describió una extraña llamada telefónica que escuchó entre el magnate y su hija Ghislaine Maxwell, a quien hace poco condenaron por delitos de tráfico sexual. Detalló que se maullaban el uno al otro como gatos.

La exsecretaria de Mirror Group, Carol Bragoli, relató el intercambio, que se desarrolló en el altavoz del teléfono durante el mandato del magnate como propietario de un tabloide en la década de 1980, en el primer episodio de la nueva serie documental de tres partes de la BBC: House of Maxwell.

“Un día, sonó el teléfono de la recepción y dijeron: ‘Soy Ghislaine’”, recordó la Bargoli. “Y él dice ‘Pásamela’ y lo siguiente que escuché fue ‘miau’ y él respondió ‘miau, miau’ y ella dijo ‘miau’.

“Esto se prolongó durante unos diez maullidos y de repente él preguntó: ‘¿Qué haces?’ y ella dijorespondió ‘Nada’ y yo pensé ‘Sí, eso es correcto’”.

“En definitiva tenía una relación diferente con Ghislaine que la que tenía con los demás”.

En ese momento, Ghislaine Maxwell, la menor de nueve hijos, estaba en la Universidad de Oxford, o se había ido hace poco, donde asistió al Balliol College y estudió historia moderna con idiomas.

Después de graduarse, se convirtió en directora de Oxford United antes de mudarse a la ciudad de Nueva York a principios de la década de 1990 para apoyar los intereses comerciales de su padre al otro lado del Atlántico.

Mientras estuvo allí, se convirtió en un elemento fijo de la escena social de la Gran Manzana, conoció y se hizo amiga del multimillonario excomerciante de Bear Sterns y pedófilo, Jeffrey Epstein. Después lo ayudó a conseguir y hacer manipulación pederasta a niñas menores de edad para tener relaciones sexuales en sus propiedades de lujo en Nueva York, Florida y Little St James en las Islas Vírgenes de EE.UU.

Eve Pollard, exeditora de Sunday Mirror, también ofreció una perspectiva de la relación de Robert Maxwell con su hija y sus hermanos en el programa. Ella comentó “Tenía un gran cariño por Ian y Kevin, y Ghislaine. Era el tipo de amor que podía tomarte tanto por la garganta como por el corazón, y nunca sabías hacía cuál iría”.

Pollard recordó que Maxwell la presionó para que le diera un trabajo a la joven Ghislaine, lo que la llevó a decirle: “Dirijo un periódico y no creo que ella quiera ser periodista”.

Ella opinó sobre Maxwell: “Era muy hermosa cuando era joven y era inteligente. Siempre se ha dicho que ella era su hija favorita”.

Pero también recordó la aparente renuencia de su exjefe a pasar tiempo con su familia en su mansión de Headington Hall en Oxford.

“Bob, a menudo, apenas iba a casa los fines de semana, o iba a casa durante una o dos horas, medio día, y luego volvía a The Sunday Mirror un sábado por la noche. Uno pensaría que se quedaría en esa hermosa casa con sus hijos”, detalló.

“Y eso habría sido bastante difícil a veces, quiero decir que quieres que tu padre sea así de encantador, acogedor, padre, que te ame incondicionalmente”.

En noviembre de 1991, Robert Maxwell desapareció misteriosamente de la cubierta de su yate de lujo, el Lady Ghislaine, el cual lleva el nombre de su hija, frente a las Islas Canarias. A su cuerpo lo encontraron más tarde flotando en el mar.

Nunca se ha establecido si saltó, cayó o lo empujaron.